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Opinión

15 de Octubre de 2023

Columna de Karla Rubilar | Octubre aún sigue aquí

Karla Rubilar Agencia Uno

"Debemos reparar el quiebre en los cimientos de la cohesión social, superar la enorme crisis de confianza y resolver de una buena vez la crisis constitucional, que tanta inestabilidad nos ha dado y sigue dañando al país", plantea la exministra de Desarrollo Social y Familia del gobierno de Sebastián Piñera en su columna para The Clinic.

Por Karla Rubilar

Si algo aprendimos del pasado 18 de octubre de 2019, es que la violencia, que muchos justificaron, no puede ser un camino válido de justicia social, pese a que algunos romantizaron “el fuego” para luego querer llegar al Gobierno a través de la misma democracia que sin lugar a duda ayudaron a desestabilizar.

A cuatro años de la crisis social más grande de las últimas décadas, y con el recuerdo aún en la mente del metro, las Iglesias y pymes ardiendo en llamas, debemos reconocer, con dolor, que las heridas aún no han sanado y que las demandas sociales de mejor salud, educación, pensiones, entre otras, que eran vitoreadas por millones de chilenos, siguen sin tener solución.

En el recuerdo, también está el 15 de noviembre de 2019, donde la clase política recurrió una vez más, y como siempre debió ser, a la tan menospreciada “institucionalidad”, esa vieja política de los acuerdos que muchos desechan para ganar likes o estar de moda con la bravata de turno, pero tan necesaria en tiempos de crisis.

El país selló así un gran acuerdo “por la Paz, la justicia social y la nueva Constitución” que nos permitió sentarnos a pensar juntos el Chile que queremos construir para los próximos 50 años, reafirmándonos que la capacidad de diálogo y de llegar a consensos, nunca puede estar fuera de la mesa.

Desde ese octubre, tenemos a nuestro haber dos procesos constitucionales: el primero de ellos fue otro “estallido”, esta vez de imposiciones que siguieron dividiendo a Chile. La ideología fue más grande que las ganas de entregarle una salida unitaria a los chilenos. Los resultados estuvieron a la vista con un categórico rechazo a ese camino refundacional.

Y ahora tenemos una nueva oportunidad que no podemos desperdiciar. Ya no de rechazar, si no que de construir algo para el futuro y entregarles a nuestros hijos un mejor país que el que recibimos de nuestros padres. Para eso debemos reparar el quiebre en los cimientos de la cohesión social, superar la enorme crisis de confianza y resolver de una buena vez la crisis constitucional, que tanta inestabilidad nos ha dado y sigue dañando al país. Porque las urgencias no pueden seguir esperando, debemos concentrar todos los esfuerzos para sacar adelante esos verdaderos dolores sociales que vergüenza debería darnos no ser capaces de resolver.                              

No queremos más violencia ni zanjar legítimas diferencias con división y destrucción. El dolor y las heridas son tan grandes, que debemos estar a la altura. Si las llamas se apagaron para darnos una nueva oportunidad, nadie puede volver a encenderlas para ensuciar a un país lleno de sueños y esperanzas, pero perdido por la indolencia de quienes ganan al seguir separándonos. Chile nos está mirando y necesita otras respuestas que, por cierto, los que creen en la violencia como una forma legítima de lucha, nunca estarán en condiciones de entregar.

Los que vienen, serán días y meses intensos, qué duda cabe. La política estará de nuevo a prueba. Espero que, con la experiencia adquirida, nadie se atreva a justificar más saqueos y delincuencia o amenace con nuevos estallidos como herramienta electoral para el futuro. Le debemos a los chilenos la certeza y seguridad de que cerraremos este difícil ciclo de una vez por todas en diciembre, para abocarnos a lo urgente, todo aquello que no puede seguir invisible por el bienestar de todos.

Es imperativo hacerlo, porque, aunque nos duela, octubre aún sigue aquí. Y lo que es peor, a algunos les conviene que así sea.

*Karla Rubilar, exministra de Desarrollo Social y Familia.

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