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Libros

3 de Diciembre de 2023

Cuentos de gatos: una selección en 100 palabras

Santiago 100 Palabras Gatos Ilustración: Camila Cruz

Todos los domingos, The Clinic y Santiago en 100 Palabras presentan una selección de cuentos que han participado en el evento literario. Hoy, los cuentos están dedicada a los gatos.

Por Santiago en 100 Palabras

Como todos los domingos, The Clinic presenta una selección de cuentos de Santiago en 100 Palabras. Hoy, dedicado a los gatos.

Liz Taylor

Siete gatos tenía, uno por cada marido de Elizabeth: Conrad, Michael, Mike, Eddie, Richard (el más lindo), John y Larry. Era divertido cuando los llamaba con su voz aguda y nasal. Parecía que hubiera llegado una gringa al barrio. Un día temprano trajo a un gato nuevo y le puso Faustino, el nombre de mi papá. Mi mamá lloró todo ese día.

Autor: María Vallejos, 28 años, Providencia
Versión: S100p – V versión – 2009-2010

***

La niña que pinta gatos

La niña se sienta todas las tardes en su terraza con vista a muchas otras terrazas. Desde su puesto dibuja, con plumones de colores, los gatos que imagina encerrados tras las ventanas que miran las suyas. Gatos que ve andar ocultos tras velos y cortinas de los otros departamentos. Animales cómodos que, agradecidos, se revuelcan con lentitud en su apacible sosiego. La niña hace sus dibujos y cuando los termina, los tira del balcón hacia donde caigan, convencida de que siempre alguien los toma, los guarda y los cuida.

Autor: Juan Guillermo Valenzuela, 31 años, Las Condes
Versión: S100p – VI versión – 2011

***

Orión

Mi gato se llama Carlos, camina en dos patas y me muerde los talones. Es raro, dice que viene de un asteroide. Por las noches se pone un gorro de aluminio, cuenta estrellas con ojos de extraterrestre, las anota en una croquera y se las regala a la gente.

Autor: Carlos Álvares, 24 años, Maipú
Versión: S100p – V – 2009-2010

***

Mefistófeles

Mefistófeles es un gato negro que ve pasar a la gente con indiferencia solemne desde las alturas del techo de un auto viejo, cuya pintura ha sido testigo y víctima del tiempo. Nadie sabe quién lo bautizó, pero todos saben cómo se llama. A veces se digna a mover la cabeza lentamente de izquierda a derecha, y luego cierra los ojos y bosteza, abriendo el hocico como sólo pueden hacerlo los gatos. Otras veces los perros le ladran, pero él sigue imperturbable, inalcanzable. Por las noches es distinto: sale a cazar almas y le hace honor a su nombre.

Autor: Sebastián Gana, 30 años, Lo Barnechea
Versión: S100p – V – 2009-2010

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