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El punto de inflexión del Partido Republicano: las acusaciones cruzadas y cómo se gestó la renuncia del senador Rojo Edwards junto a 25 militantes

El senador y cofundador de la colectividad, Rojo Edwards, renunció a la militancia junto a una veintena de personas denunciando que el partido abandonó sus principios y “dejó de enfocarse en la preocupación por las urgencias sociales”. En la tienda descartan que su partida tenga repercusiones, y aseguran que se veía venir, mientras el legislador manifiesta que es un sentir que es acogido por más militantes.

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Fotomontaje: Camila Cruz
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En la recta final de la campaña para el plebiscito, el Partido Republicano se enteró de la renuncia a la militancia de su único senador electo y expresidente de la colectividad, Rojo Edwards. Junto al legislador dejaron la tienda 25 personas más. Una realidad que para la mayoría del partido liderado por José Antonio Kast “se veía venir”.

Pese a que en la interna descartan que esta situación se trate de una crisis -quizás la primera de la joven colectividad fundada por Kast-, por el lado de los descolgados aseguran que son más los militantes que comparten las críticas a la directiva y al presente republicano. Incluso, apuntan a que el número de renuncias sería mayor.

“El liderazgo del Partido Republicano lamentablemente abandonó la preocupación por las urgencias sociales, adhiriendo de lleno a la ilusión Constitucional vendida por la izquierda”, dice el comunicado firmado por los, ahora, exmilitantes cuando anunciaron la renuncia masiva. Dentro de este grupo, aseguran que el clima en la interna hace un tiempo que venía en decadencia. 

“Matonaje contra quienes mostraban diferencias con la directiva”, “censura y expulsiones dentro de grupos de WhatsApp”, y “concentración del poder en pocas figuras”. Esas son las situaciones que acusan desde ese grupo que se viven en el partido.

“Los firmantes hicimos todo lo humanamente posible, tanto en privado como en público, para que el liderazgo del partido enmendara el rumbo, y considerara la opinión de los militantes. Todos estos esfuerzos fueron rechazados de plano sin ninguna consideración”, señala la carta firmada por el grupo liderado por Edwards.

Fotos: AgenciaUno

Mientras tanto, en la colectividad aseguran que es una buena señal esta fuga de militantes. “Es mucho mejor que hoy día el senador busque su propio camino. Que busque su propio destino político. Nosotros seguimos trabajando en un proyecto colectivo de largo plazo, que ha sido el proyecto político más exitoso en los últimos tiempos”, dice el jefe de bancada de los diputados del Partido Republicano, Agustín Romero.

El parlamentario añade que fue una salida menor de militantes, que se trata de “gente amiga de él, que trabaja con él”.

Al mismo tiempo que el partido enfrenta la salida de militantes, sus principales figuras también han sufrido una baja en las encuestas. Principalmente por el actuar de algunos en el Consejo Constitucional. Controvertidas frases de la expresidenta del órgano, Beatriz Hevia, como referirse a “los verdaderos chilenos”, o una serie de expresiones de Luis Silva han generado descontento. A esto se suma que la conducción de la colectividad ya venía con críticas previas.

Cuestionamientos a la directiva y acusaciones de “sectarismo”

El quiebre final se generó cuando el senador Rojo Edwards anunció que votaría “En contra” de la nueva Constitución, pero el malestar venía de antes. La postura que tomó el Partido Republicano ante el plebiscito fue el detonante. En particular, la persecución que acusaron militantes que se manifestaron por rechazar el texto.

“Lamentablemente el liderazgo del partido no dio libertad de acción. Uno tiene que poder defender sus principios sin ataduras en cosas tan importantes como esta”, sostiene Edwards, quien resalta que “el partido dejó de enfocarse en la preocupación por las urgencias sociales para enfocarse en el proceso constituyente”.

Una cosa que generó molestias es la forma en que opera desde la directiva, acusan, influenciados exclusivamente por José Antonio Kast. Como una “secta” o un comando del excandidato presidencial, se refieren a la conducción algunos de los que hoy no forman parte del partido. Incluso, advierten que funcionaría “como una empresa”, ya que algunos de la directiva viven del sueldo de la colectividad, y que por lo mismo siguen órdenes al pie de la letra.

“Yo no sirvo para ovejas de un rebaño, y no me gustan las sectas. Después de haberlo pasado muy mal durante muchos meses, producto de todos los castigos absurdos que me hicieron, dado que yo no había votado como el líder supremo decía que había que votar, dije hasta aquí llego. Ahí presenté la renuncia al Servel”, señala la diputada Gloria Naveillán, que renunció hace poco más de un año al partido. La parlamentaria acusa que cada vez que presentaba una diferencia, era sancionada con diferentes medidas.

En esa línea, sostienen fuentes a The Clinic, el principal problema es respecto a algunos personajes en la interna del partido que mueven los hilos, y que toman gran parte de las decisiones. Naveillán asegura que en un principio el Partido Republicano no trabajaba así, pero se fue dando a medida que fueron creciendo. Así, postula que “se mantuvo muy bien oculto en un principio, pero desde que asumieron con cargos parlamentarios se vio la manera de operar dando órdenes y dirigiendo a los parlamentarios como que fueran ovejas”, y agrega que “ahora con el tema de este plebiscito que viene ahora está más claro aún”.

Rojo Edwards manifiesta que el cambio de postura del partido ante la nueva Constitución fue lo que generó que la directiva abandonara los principios del partido. “El partido dejó de tener coherencia, liderazgo. En los militantes hay grandes diferencias internas por esto, pero el liderazgo del partido dejó de tener coherencia respecto a lo que nos juntó”, postula.

“Un alivio” para el Partido Republicano

“Dentro del partido dejó hace rato de ser un liderazgo positivo. Un líder que aportara, que supiera trabajar en equipo, que supiera trabajar por un proyecto colectivo. Nosotros valoramos su salida”. Eso manifestó la secretaria general del Partido Republicano, Ruth Hurtado, tras enterarse de la renuncia de Rojo Edwards. 

Su postura es compartida por otros militantes, en especial por parlamentarios que trabajaban junto a él en el Congreso. El diputado Agustín Romero afirma que “es bueno que se haya producido esto, y para mí en verdad es un alivio”. Así, agrega que “era un tema prácticamente sumido. Nosotros, en el hecho, ya no contábamos con él, y por lo tanto no se ha producido nada”.

La senadora Carmen Gloria Aravena, que hoy milita en el Partido Republicano pero que fue electa por cupo Evópoli, señala que “desde las elecciones internas había tenido varios desencuentros con la directiva actual del partido, no estaba de acuerdo con la conducción. No teníamos vinculación tampoco con los diputados de la bancada republicana(…) estaba claro el camino que iba a tomar él”. 

Lo que sí reconoce Aravena es que en otro minuto la salida de Edwards pudo haber generado mayores molestias en la interna. Pero estas semanas se estaba esperando su renuncia. Particularmente luego de que anunciara su voto “En contra”, que a partir de ahí dejó de tener peso interno.

“Era una crónica de una muerte anunciada. Era evidente que no estaba cómodo en el partido, y un partido no se acomoda a uno. Yo alguna vez también renuncie a alguno, al primer partido con el que milité, y pienso que el partido no se podía acomodar a mí”, enfatiza la senadora. 

En la interna coinciden con esta postura, junto con destacar que no se está viviendo una crisis en el partido. En esa línea, militantes respaldan la postura que ha tomado la directiva, y valoran que se den estas salidas.

El diputado Romero manifiesta que es una cuestión normal, los partidos se van reacomodando”, y que “también hay procesos de depuración que son súper normales y tienes que quedarte con la gente porque realmente puedes trabajar”. Además asegura que esta partida no afecta en absoluto de cara al plebiscito. 

Respecto al futuro de Rojo Edwards, tras el comunicado afirmó que buscará potenciar una alternativa política libertaria, aunque a The Clinic afirma que no ha pensado bien la idea. En cuanto a esto, desde el Partido Republicano aseguran que hace sentido que busque esta alternativa, ya que el senador podría representar un nicho más cercano a lo que es el presidente electo de Argentina, Javier Milei, cuyos principios no son compartidos del todo en la tienda liderada por José Antonio Kast.

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