28 años de cárcel para Nicolás Zepeda: justicia francesa declara culpable al chileno por el asesinato de Narumi Kurosaki

Durante la mañana de este jueves —y la tarde de Vesoul, Francia—, el chileno Nicolás Zepeda (32) fue declarado culpable por el asesinato y desaparición de su expareja, la japonesa Narumi Kurosaki, en un caso que se tomó la agenda noticiosa por años.

Asimismo, el tribunal de apelación de la ciudad dictaminó que la sentencia de Zepeda será de 28 años, 3 de los cuales ya ha cumplido desde su primer juicio. Así, el tribunal no tomó en cuenta la solicitud de la fiscalía, que había pedido cadena perpetua para el chileno.

Durante la audiencia en que se dio a conocer el veredicto, el presidente del tribunal, François Arnaud, sostuvo que Zepeda “es reconocido culpable de asesinato premeditado”.

Ahora, el chileno tiene cinco días para recurrir ante la Corte de Casación en Francia, que se pronunciará sobre la forma del proceso. Otra opción que baraja la defensa de Zepeda es llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

En abril de 2022, Nicolás Zepeda fue condenado a 28 años de prisión por homicidio premeditado. Sin embargo, apeló a la sentencia de primera instancia. El segundo proceso judicial se inició el pasado 4 de diciembre, en el marco del séptimo aniversario de la desaparición de Narumi Kurosaki.

La joven japonesa desapareció en la noche del 4 al 5 de diciembre en la residencia universitaria donde vivía en Besançon. Cerca de las 03:00 horas, quienes residían con ella comenzaron a escuchar “gritos de terror”. Los ruidos venían de la habitación 106, ocupada por la mujer.

Sus compañeros comenzaron a comentar que -probablemente- estaban “asesinando a alguien” y, desde ese momento, nadie volvió a verla.

La última intervención de Nicolás Zepeda: “¡No soy un asesino!”

Esta mañana, en su última declaración en el juicio de apelación, Nicolás Zepeda aseguró que “en este juicio hablaron mucho de lo que hice mal. Lo que hice, no hice y no dije”.

“Estoy muy lejos de ser aquel que me gustaría ser, pero no soy un asesino, no soy una asesino. No maté a Narumi. Yo no la maté. No soy un asesino”, remarcó antes de comenzar a llorar. Luego, Zepeda se cubrió el rostro mientras el jurado se retiraba para deliberar en una sala privada.