Los mitos y verdades de la caña: ¿sirve tomar agua y no mezclar tantos alcoholes distintos?

Se acerca el Año Nuevo, época de celebraciones, festejos y reuniones con amigos, donde aumenta el consumo de alimentos pero también el de alcohol. Y, con ello, es probable que aparezca un temido enemigo: la caña, también conocida como resaca, un fenómeno recurrente en estas fechas.

En conversación con The Clinic, el gastroenterólogo de la Clínica Universidad de los Andes, Christian von Mühlenbrock, explica que “la caña es el conjunto de síntomas que aparecen por el exceso de consumo de alcohol. Eso puede pasar por una acción directa del alcohol o porque el hígado dejó de degradar otras toxinas”.

“En definitiva, el mismo alcohol puede producir la molestia o, también, el mismo hígado tomó tanto y se cansó, lo que termina generando que no degrade otras toxinas”, añade.

El especialista comenta que la intoxicación por alcohol puede afectar directamente el estómago, generando una gastritis o problemas intestinales, como la diarrea. Pero, al mismo tiempo, se pueden producir síntomas “más sistémicos, como el dolor de cabeza, los dolores musculares o el malestar general”.

¿Cómo evitar la caña mientras estoy tomando?

Uno de los grandes mitos en relación al consumo de alcohol es que las mujeres tienden a ser las más afectadas por ello. Sin embargo, según el doctor Von Mühlenbrock, esto no es un tema sexual sino de tamaño y contextura. “Tiende a afectar más a personas flacas y con menos cantidad de grasa, y las mujeres tienden a tener menor peso y ser más flaca. Lo que importa acá es la composición corporal. Entonces, en ese sentido, puede afectar más a mujeres”, aclara.

Otra afirmación común es que lo que genera la resaca es la cantidad de alcohol que se consume. Eso, para el médico, es cierto. “Lo principal es la cantidad de alcohol, los gramos que se consumen. Lo que pasa es que cada trago tiene distintos gramos de alcohol, distinta proporción”, dice.

“Hay un mito que dice que si uno va cambiando de alcohol es peor. Más que eso, lo que importa es la cantidad en gramos, el porcentaje de alcohol. Pero, también, los distintos tipos de alcoholes se absorben más rápido o más lento. Por ejemplo, si consumo un trago sin tener nada en la guata, o si tiene más cantidad de azúcar, muchas veces pasa desapercibido, lo consumo más rápido y genera síntomas más severos. Siempre es el alcohol el que produce el síntoma pero también influye el cómo se absorbe el trago que tomé”, asegura.

El especialista insiste en que “el hecho de que el alcohol vaya mezclado con otras cosas, engaña al cuerpo y puedes consumir más alcohol sin darte cuenta. Y si el alcohol se ingiere más rápido, el efecto tóxico va a ser mucho más rápido, tanto en el estómago como en el hígado. El cómo se ingiere influye mucho”.

¿Sirve de algo tomar vasos de agua entre cada trago? Christian von Mühlenbrock afirma que “con eso se puede diluir. Pero si una piscola tiene 10 gramos de alcohol, independiente de que lo tomes más o menos diluido, vas a tomar la misma cantidad de alcohol. La diferencia es que si tomas agua y te hidratas, está más diluido y tiende a caer mejor a la guata, pero el hígado va a recibir la misma cantidad de alcohol. Podría ser que, en la caña, tenga menos síntomas de gastritis o cosas del estilo”.

“El agua hace que estemos más hidratado. Si consumimos alcohol y tomamos agua, lo que hacemos es hidratarnos. Entonces, se previene por ese lado la caña. Pero no es que sea menos nocivo el alcohol”, agrega.

¿Qué pasa si se toma un paracetamol antes de dormir? ¿Evita la caña del día siguiente? “El paracetamol permite evitar el dolor de cabeza, pero la caña la vas a tener igual. La intoxicación está. Pero hay que tener ojo con si existe algún problema en el hígado, entonces no hay que abusar. Va a depender de cada persona”, plantea el médico.

Cerveza, bebidas isotónicas y sopas: ¿cómo hacer frente a la caña cuando ya llegó?

“Me voy a tomar una cerveza, así se me pasa la caña”. Esa es una de las clásicas frases que se escuchan por estos días. Sin embargo, el especialista asegura que “es completamente un mito, porque es más alcohol. Le estás pegando más combos al hígado con eso”.

En cambio, Von Mühlenbrock dice que tomar bebidas isotónicas puede ayudar a superar la caña pues “uno de los síntomas es la deshidratación”. En ese sentido, añade que la leche también puede ser de ayuda, especialmente para personas con acidez. Lo mismo ocurre con una sopa o una crema.

El médico de la Clínica Universidad de los Andes sugiere que, el día de la resaca no se consuman comidas grasas, dado que “hace trabajar más al hígado. Además, relaja el esfínter que separa el estómago del esófago, provocando más reflujo. Lo ideal es comer más proteínas y de formas más parcelada”.

Tomarse un café, dice el gastroenterólogo, “no empeora ni mejora. La cafeína ayuda al dolor de cabeza, pero no desintoxica. Pero en general el café protege el hígado. No es malo tomar café de verdad de forma habitual”.

Consumir frutas también puede servir para enfrentar la caña, pero dependiendo de si hay o no síntomas de hinchazón.

Tres métodos infalibles para superar la resaca

A juicio del doctor Christian von Mühlenbrock, hay un tip infalible -pero impopular- para evitar la caña y ese es “tomar con moderación y dejar las llaves”. Pero, además, existen tres métodos clave: “primero, que el alcohol se consuma siempre con alimentos”.

“Segundo, estar siempre bien hidratado, para evitar efectos como dolores musculares y dolor de cabeza al día siguiente”, complementa.

Para el día siguiente, sugiere “no mantener el mismo ritmo del día anterior. Comer más liviano, alto en proteínas, evitar alcohol e hidratarse”.