WhatsApps, insinuaciones e invitaciones al departamento: la historia de la carabinera suspendida por acoso sexual y laboral a subalternos

Una capitán de Carabineros de la 44° Comisaría de Lo Prado fue suspendida luego de que fuese denunciada por dos subalternos. Como publica La Tercera, los efectivos policiales acusan a su superior de acoso sexual y laboral.

La suspensión de la carabinera ocurrió luego de que, mientras se le investigaba, ingresara un recurso de protección a su favor en la Corte Suprema, que resultó rechazado. La decisión la tomó el general director de la institución, Ricardo Yáñez, cuando las denuncias llegaron a su conocimiento.

La investigación contra la funcionaria policial comenzó después de que un uniformado denunciara en otra comisaría que, durante un tiempo, su superior le envió una serie de mensajes inapropiados. En ellos -planteó- la carabinera lo habría invitado reiteradamente a su departamento.

Además, acusó que la excapitán lo habría tomado del chaleco antibala para forzarlo a que la besara sin consentimiento. Según la denuncia, ante la negativa del efectivo, “esta se molestó y, con un tono elevado, le ordenó que se fuera al carro policial”. En ese lugar, lo habría intentado tocar sin su autorización.

A eso se suma que el carabinero afirmó que durante sus funciones, la capitana le había realizado “insinuaciones sexuales explícitas” en relación a sus tenidas. Luego, se siguieron sucediendo los mensajes de carácter sexual por WhatsApp.

Luego de que comenzara la investigación interna, el comisario responsable logró determinar que existió otro funcionario que apunta que la carabinera le hizo “insinuaciones groseras e inadecuadas de carácter íntimo”. El efectivo policial agregó que en varias oportunidades fue víctima de “muestras de cariño con besos y abrazos que no le agradaban e incluso le incomodaban”.

Al mismo tiempo, sostuvo que recibió mensajes “insistentes e inapropiados” de carácter sexual y, también, comentarios sobre su aspecto físico con uniforme.

Eran “bromas”: las excusas de la carabinera imputada de acoso sexual y laboral

En el recurso de protección que presentó en la Corte Suprema, la carabinera -de iniciales A.T.V.G- aseguró que al llegar a la comisaría entabló una relación de confianza con uno de los denunciantes. Así, dijo, se realizaban “bromas” con un “lenguaje propio de pares masculinos […] sin advertir que pudiera resultar excesivo”.

Además, afirmó que en su entorno familiar -muy masculino- absorbió “una cultura en la cual existían licencias a la hora de bromear con temas que hoy resultan ser mucho más observados y cuestionados”. Sobre las acusaciones de acoso sexual, dijo que el denunciante “construyó una historia contraria a la realidad, sosteniendo que estaba siendo acosado por una oficial. Para ello, recurrió a un mecanismo demasiado burdo borrando sus WhatsApp y mensajes. Todos aquellos que él había enviado en respuesta a la relación de confianza y juego que mantenía con la recurrente, durante meses”.

En el escrito, la carabinera añadió que el efectivo “pidió ayuda a un segundo funcionario con el cual mantenía un vínculo de estrecha amistad. Esto, con el propósito de crear un segundo episodio que diera verosimilitud a su denuncia”.

Mientras Carabineros realizó su propio sumario interno, la Fiscalía decidió no profundizar en la investigación. Desde el Ministerio Público se argumentó que se trataba de un caso de índole laboral. Por ello, se derivó a un tribunal competente.