Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Libros

2 de Febrero de 2024

Cuentos sobre la radio: una selección en 100 palabras

Santiago en 100 Palabras Ilustración: Camila Cruz

Como todos los viernes, The Clinic y Santiago en 100 Palabras presentan una selección de cuentos que han participado en el evento literario. En este primer viernes de febrero, la temática es sobre la radio.

Por Santiago en 100 Palabras

Este viernes y todos los viernes, The Clinic y Santiago en 100 palabras presentan una selección de los mejores cuentos que han participado del evento literario. La radio es la temática de esta oportunidad.

Inspírate en estas historias y participa en @santiagoen100palabras hasta el 30 de abril de 2024 en www.santiagoen100palabras.cl.

Radio a pilas (Mención honrosa)

Al tío Mario le gustaba escuchar las noticias. Tenía una pequeña radio a pilas que se colgaba en la muñeca derecha y la trasladaba a todas partes. La escuchaba cuando almorzaba, cuando iba al baño, cuando regaba el jardín y también cuando dormía. En el barrio, en vez de tío Mario, le decían tío Radio. Cuando le diagnosticaron alzhéimer, primero dejó de trabajar. Después dejó de entender y luego dejó de hablar. Sin embargo, el tío Mario nunca dejó de escuchar las noticias en su pequeña radio a pilas.

Autor: Alejandro Müller Gutiérrez, 44 años, Ñuñoa.

***

Música Otoñal

Pongo a sonar un disco de jazz otoñal para así engañar a este clima estival tan seco que me ahoga. Con la música de fondo a ojos cerrados simulo nubarrones. En las montañas caerá uno que otro copo y en lo alto los truenos nos recordarán nuestro tamaño. Me sirvo un vaso de licor y tomo la manta, no vaya a ser que agarre algún resfrío. Por la ensordecedora radio del vecino de abajo me entero de las calles anegadas y los damnificados. Se inicia una colecta. Maldición, y yo que sólo quería olvidar el verano.

Autor: Francisco Javier Rodríguez, 28 años, Macul.

***

Mamá tenía algo con la mesa

Bastaba que pasara una mosca y a mamá se le arrancaba el ojo bizco. Era el izquierdo y tenía el gesto inconsciente de tapárselo con el pelo. Había comprado una mesa en el persa Biobío y cuando nos llegó no permitía que le cayera ni una hebra de té: las pellizcaba como a hormigas y se las metía en el bolsillo del delantal. Luego prendía la radio y cuando salía Cecilia la Incomparable se daba vuelta y marcaba el ritmo: paño, cadera, trapo, cadera, y se ponía a ras de la mesa y con el bizco la escaneaba entera.

Autor: Nicolás Hip, 37 años, Santiago.

***

Una radio de mano

A veces me gustaría saber que vivo en Cañete, una ciudad del capitalismo tardío, al sur de Chile. Que tengo 75 años y estoy sentado en la Plaza de Armas de esa ciudad escuchando la radio Agricultura, algún programa sobre deportes. Y que no hago nada más que escuchar una radio de mano, todo el día.

Autor: Álvaro Bustos, 18 años, El Bosque.

***

El Jose

En el programa de la radio encontraban pareja para solitarios. Estaba llamando la cincuentona Rosita. El Jose, con sus 45, anotó el número de la dama en su celular. Un viernes en que estaba recién pagado, pasó junto a sus compañeros de la constru a servirse algo en el Far West de Bandera. Al fragor de unos jotes se fue armando de valor para llamar a la Rosita. Se juntaron en el centro, tomaron cerveza y comieron completos. Después se fueron al Santa Lucía para saciar sus instintos reprimidos. “Préstame quince lucas”, le dijo Rosita, “total ya somos pololos”.

Autor: Jaime Aguilera, 46 años, Quilicura.

Notas relacionadas

Deja tu comentario