Este y todos los viernes, The Clinic y Santiago en 100 Palabras presentan una selección de cuentos que han participado en el evento literario. En esta oportunidad, la temática es sobre bicicletas.
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Segundo viernes de febrero y como todos los viernes, The Clinic y Santiago en 100 palabras presentan una selección de los mejores cuentos que han participado del evento literario. Escritos que tiene, en esta oportunidad, como tema principal las bicicletas.
Inspírate en estas historias y participa en @santiagoen100palabras hasta el 30 de abril de 2024 en www.santiagoen100palabras.cl.
Lady Di
Esta tarde tomé mi bicicleta y me fui por la ciclovía desde Matucana hasta Independencia. Me sentía casi como de la realeza, como si fuera la Lady Di de Recoleta. Esta tarde fui la más pituca y no andaba ni siquiera con una luca. Tenía el pelo rosado y un tatuaje recién hecho en el antebrazo.
Autor: Sara Espinoza Meza, 30 años, Quinta Normal.
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Paseo en bicicleta
Las calles por las que habitualmente pedaleo están llenas de inclinaciones, pero hay una especialmente notoria y exigente. Cada vez que llego a ese punto en el que la calle se eleva, siento que tengo control sobre mí, que hay algo que depende totalmente de mí y de lo que haga. Hay una meta a la que llegar, un final que concretar y pongo todo mi esfuerzo en esos veinte o treinta segundos que demoro en subir. Después, cuando desciendo, aparecen sensaciones opuestas. El descontrol, la vulnerabilidad, el desconocimiento. A veces creo que es parecido a amar a alguien.
Autor: Paulina Ortega Contreras, 24 años, Maipú.
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Nunca salía
Juan Guillermo Azócar. Cuando yo era chico él había inventado una bicicleta que frenaba sólo con el pensamiento, según él. Entonces nos subíamos y el nos gritaba cagado de la risa “¡piensa en el freno!, ¡piensa en el freno!”, hasta que chocábamos inevitablemente con árboles, postes y columpios. Luego nuestras mamás iban a reclamar a su casa y el viejo no salía. Nunca salía.
Autor: Felipe Caroca, 32 años, Independencia.
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La ciclista
La vi una mañana montada en su bicicleta color lila, de la que colgaban variados accesorios, entre ellos un atrapasueños y un claxon de camión. Su pelo color bronce, asomado bajo el casco, flotaba al viento. Subía por Bilbao y, repentinamente, se le cruzó un perro. Tocó su potente bocina y el animal saltó como tres metros. La gente que transitaba se paralizó, a un auto estacionado se le disparó la alarma y una camioneta pegó un frenazo de miedo. Ante tal hecatombe, ella bajó de su bicicleta, hizo una profunda reverencia a los espectadores y siguió tranquilamente su camino.
Autor: Julia Ávila, 71 años, San Miguel.
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Del campo a Santiago
Vivo en Huilquilemu (bosque de zorzales) en El Maule. Me movilizo en bicicleta: calor y polvo en verano; frío, lluvia y mucho barro en invierno. De Santiago me gustaría conocer el metro y viajar en él a todos lados. Para ello busco a alguien interesado en hacer un intercambio. Necesito que me ofrezca, por una semana, una pieza en Santiago y me preste su Bip. Yo le paso mi casita en Huilquilemu y le presto mi bicicleta. Quizá esto nos sirva como ascensor: uno pa’ que baje el apremio y el otro pa’ que suba la adrenalina, como la llaman.
Autor: Pedro Berríos, 78 años, Providencia.