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Opinión

18 de Febrero de 2024

Columna de Gloria Hutt | El Presidente Piñera: liderazgo presente

Agencia Uno

"Los líderes no se reemplazan. Cada uno es producto de su tiempo y muestra atributos que lo caracterizan. Cuando desaparece un líder sólido, su legado sigue presente y es parte de un activo institucional y colectivo que debe ser resguardado", plantea la presidenta de Evópoli en su debut como columnista de The Clinic, dedicada al exmandatario, quien murió la semana pasada. "Más que preguntarnos quién tendrá el liderazgo, nuestra tarea será asegurar que lo sembrado por él, llegue a terreno fértil y se transforme en una oferta política clara y creíble, sólida y valorada por los ciudadanos", agrega.

Por Gloria Hutt

En medio de la conmoción que aún nos afecta, la figura del Presidente Piñera se ha mostrado con fuerza en toda su identidad. Él llenaba todos los espacios, actuaba simultáneamente en una diversidad de temas y le importaba, más que nada, el trabajo bien hecho orientado a resultados.

Nunca tuve duda sobre su dedicación al interés superior del país como inspiración, y eso lo hacía un jefe y referente muy motivador. Hacía sentir que el rigor del trabajo duro, resistiendo los embates, era la única manera de avanzar. Compartiendo completamente esa visión, fue para mí muy satisfactorio ser parte de sus dos gobiernos.

Estos días lo hemos visto en todas las dimensiones. Estadista, padre de familia, jefe y referente para sus equipos, estudioso, y generador de vínculos afectivos que le costaba expresar, pero que logró construir con eficacia compartiendo esfuerzos comunes por un objetivo mayor.

Los hechos que rodearon su funeral han permitido, en cierta forma, revelar una parte de él que estaba generalmente cubierta por la imagen distorsionada de un tecnócrata insensible, o debilitada por la descarnada cancelación que la oposición ejerció contra él, sus equipos y sus simpatizantes durante sus administraciones.

Pero estos días, algo tan simple y tan propio suyo como “hechos y no palabras”, encontró el canal para manifestarse como su huella, nada menos que en el corazón de la ciudadanía que, después de haber sido dura y esquiva, ha terminado por reconocer los méritos de su aporte, y ha valorado con cariño el impacto que su esfuerzo produjo en la vida de muchos.

Los líderes no se reemplazan. Cada uno es producto de su tiempo y muestra atributos que lo caracterizan. Cuando desaparece un líder sólido, su legado sigue presente y es parte de un activo institucional y colectivo que debe ser resguardado. En cierta forma, su presencia física comienza a ser menos relevante que la inspiración que deja y eso lo mantendrá vigente. Esa será la inmensa contribución del Presidente Piñera a nuestra coalición.

Su muerte, tan inesperada y profundamente dolorosa, junto con remecernos, ha mostrado con mucha claridad el rumbo de nuestra acción política, ha marcado las huellas que nos identifican y ha traído a la superficie el valor de un enorme capital humano que formó entre sus colaboradores, y que debería ser la base sólida de conocimiento y gestión que devuelva a Chile al rumbo perdido: camino al desarrollo y a un mejor vivir para todos.

Al convocar a una reunión de sus excolaboradores en el aniversario del primer mes de su fallecimiento, buscamos reunir nuevamente a quienes le ayudaron a alcanzar las metas, y mostrar que con buena capacidad profesional, dedicación y compromiso, el país se beneficia.

También es un buen momento para reivindicar su visión de país, anclada en conceptos como solidez institucional, protección de la democracia, sentido cívico, respeto por los valores patrios y la historia, cultivo de las libertades personales, fortalecimiento de la creatividad y el emprendimiento, valoración del mérito y protección de la competencia sana en los mercados; innovación y tecnología en un mundo que nos desafía, claro foco en el crecimiento como eje indispensable para el desarrollo, avances sociales en sintonía con avances materiales, cuidado del medio ambiente y seguridad para todos. En resumen, una mejor vida para toda la ciudadanía.

Él hablaba siempre de cruzar con éxito el umbral del desarrollo: estuvimos cerca, el desafío nuevamente es muy grande. Ese era un desafío permanente. Su liderazgo también debe movernos a incorporar de manera efectiva su método de trabajo en la política, como una actividad no exenta de reglas de gestión que la pueden fortalecer de manera sustantiva.

Enfrentamos el desafío de ser dignos herederos del legado Piñera, en forma y fondo. Más que preguntarnos quién tendrá el liderazgo, nuestra tarea será asegurar que lo sembrado por él, llegue a terreno fértil y se transforme en una oferta política clara y creíble, sólida y valorada por los ciudadanos. Los liderazgos surgen desde los ciudadanos. En la medida que seamos capaces de instalar esa propuesta y trabajar como él hubiese querido, la sucesión se consolidará como consecuencia natural.

Muchas gracias por todo, Presidente Sebastián Piñera.

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