Ley de 40 horas: expertos debaten sobre los alcances de la gradual reducción que parte con una hora menos de trabajo

La puerta de la oficina de Pedro Góngora (52) estaba entreabierta cuando su compañero de trabajo, sentado frente a él, le contó lo que todos rumoreaban en los pasillos de su oficina. Ambos, llevaban casi 10 años trabajando en una empresa de gestión de capitales privados y el tema de la reducción de la jornada laboral impulsada por la Ley de las 40 horas orbitaba en el ambiente esta semana.

Su colega cerró la puerta. “Me dijo que no hablara tan fuerte, pero que el jefe había dicho en la cocina, que la reducción de hora laboral serían 12 minutos más de almuerzo, no una hora menos de trabajo. En la casa habíamos estado hablando con mi pareja, decíamos que quizás íbamos a poder hacer alguna actividad los viernes, ahora que íbamos a salir un poco más temprano. ¿Pero 12 minutos para el almuerzo?”, relata Pedro Góngora al teléfono. 

Minutos más tarde después de esa conversación, la ministra del Trabajo Jeannette Jara confirmaba en un punto de prensa que “ese no era el espíritu de la nueva Ley de las 40 horas”. Inmediatamente, presentó un dictamen que declaraba ilegal que los empleadores usaran técnicas como la del jefe de Pedro Góngora para reducir la jornada.

La hora menos, debe ir en un día específico de la semana. Éste es el primer gallito que se produce entre empleadores y trabajadores y que suscita debate público. Después de él, queda la pregunta en el aire: ¿Realmente beneficiará la Ley de las 40 horas a las personas con tiempo para su uso personal? 

Es un entrampado que se ha dado por las dudas que ha generado las miles de posibilidades que se pueden dar. La distribución de la jornada laboral dependerá de un acuerdo entre quien emplea, y quien responde a ese empleador con su trabajo. “Una cosa es lo que aparece en el Código del Trabajo y otra cosa es la realidad”, comienza a explicar Pamela Martínez. Es doctora en Derecho de la Universidad de Valencia y abogada laboral. “¿Tienen realmente las y los trabajadores la posibilidad de negociar la jornada en una relación de poder donde es probable que los empleadores se impongan en la decisión?”. 

Pedro Góngora volvió a su casa y se metió a Internet a estudiar de qué se trataba realmente la ley. “Yo pensé que iba a ser tan fácil como que nos dejaban salir más temprano y ya”, comenta. “Pero después de lo que dijeron en la oficina, ahora siento que hay un truco para que no salga el beneficio”, agrega.

María Paz Palma, abogada a cargo del Departamento Laboral del estudio Palma Abogados, explica que “es posible que hayan conflictos, lo de los 12 minutos fue claramente una torcedura de la ley. Pero, creo que la mayoría de la gente sí cree en que se va a implementar bien. Además, no hay que olvidar que otra parte del espíritu de este cambio, es que sea gradual, para que los empleadores también tengan tiempo de acomodarse a este cambio”, opina.

Por eso, las 44 horas son este año, el próximo serán 42 en 2026, y así hasta llegar a las 40 horas en 2028, según indica el modelo aprobado . 

Podría peligrar el beneficio

¿Existe la posibilidad de que el beneficio de reducir las horas de trabajo exista, pero que para obtenerlo, haya un precio más alto que pagar? Pamela Martínez, quien también es profesora de derecho en la Universidad de Chile, cree que sí. “La ley hubiese tenido sentido si solo se hubiesen reducido las horas de trabajo”, dice la abogada, quien recalca que en este caso también interviene en la estructura de la jornada laboral, ya que el empleador es quien entrega una propuesta de horarios y jornada.

La problemática entre las partes que tienen que lograr este acuerdo, se puede evidenciar en la naturaleza desigual que existe en las relaciones laborales. Francisca Vargas (30) de hecho, cuenta que tuvo miedo de preguntar si en la empresa de retail en la que trabaja, estaban viendo como implementar la nueva ley. “Nadie quería acercarse al gerente a preguntar. Hemos tenido un año de malas ventas y nos da susto que piense que es desubicado que pidamos trabajar menos. Pero la empresa tampoco nos ha comunicado nada, entonces, da un poco de incertidumbre y ansiedad”, cuenta. 

Según Pía Vergara, psicóloga clínica y organizacional independiente: “la resistencia a la reducción de la jornada laboral se da en las estructuras más arcaicas de las empresas grandes. El tiempo para uno todavía es considerado un lujo, cuando en realidad es una necesidad. Si todavía tenemos empresas que hacen trabajar 50 horas o más sin pagar horas extra, o pidiendo test de embarazo a la mujer que dice que está embarazada, estamos hablando de que la desconfianza es la base de los problemas laborales en Chile”. 

Y aquí es donde entra la relevancia de la fiscalización de la Dirección del Trabajo para que las jornadas acordadas. “En Chile existe una creencia ingenua de que con solo promulgar un texto se cambia la realidad. Las 40 horas serán igual como fue la ley de alcoholes, que no funcionó hasta que invirtió en fiscalización. Por eso es importante que una iniciativa de buen espíritu se plasme en conductas concretas”, agrega Pía Vergara. 

Aunque este tipo de relaciones laborales, que podrían poner en juego el beneficio, están evolucionando. Según el estudio Workmonitor 2023 de la consultora global en recursos humanos Randstad, en Chile el 50% de los encuestados ha dejado el trabajo debido a un ambiente laboral tóxico. Y aunque al 59% le preocupe perder su trabajo, el 49% cree que podría encontrar uno nuevo rápidamente. Desde la plataforma, dicen que los liderazgos horizontales son una tendencia en el país. 

“A pesar de que creo que las franjas etarias van a continuar existiendo, las generaciones más nuevas son mucho más flexibles. La idea de trabajar por objetivo, la tienen en el ADN. Espero que esta ley a la larga, venga a dar sustento de que esta generación tenía razón. No es necesario medir el nivel de productividad, por la cantidad de horas que uno está sentado en la oficina, sino por la entrega de los productor o proyectos por objetivo”, opina Pía Vergara. 

¿Qué pasa con el artículo 22?

Hasta la implementación de la ley, Socorro Pernía (39) llevaba ocho años trabajando bajo la regulación del Artículo 22° del Código del Trabajo. Eso significaba que su trabajo como coordinadora de recursos humanos en una empresa comercializadora, no estaba sujeto a una jornada de trabajo tradicional. “Mi día laboral podía tener agenda llena de reuniones con alta gerencia, planificaciones, desarrollo de planes y miles de datos que organizar. Con todo, siempre lograba terminar a la 15:00 horas”, cuenta.

Con la nueva Ley de las 40 horas, el contrato de Socorro Pernía debe ajustarse a un sistema llamado “jornada flexible”. Conserva el carácter de jornada con horas concretas, pero dando una flexibilidad. ¿Por qué? Uno de los compromisos entre del Ministerio del Trabajo fue supeditar el trabajo “sin horario” del artículo 22 solo a gerentes, administradores, apoderados con facultades de administración y empleados sin una fiscalización superior inmediata. 

Jornada flexible, pero “jornada” al fin y al cabo. La norma dice que todo trabajo realizado fuera de las 40 horas, deberá ser pagado como horas extra o devuelto con horas compensatorias. Para Socorro Pernía no es un beneficio. “Yo después de las tres de la tarde aprovecho de estudiar con cursos online para complementar mi carrera y voy al gimnasio. No me sirve el pago de horas extra, las personas no deberían tenerlo porque no deberíamos pensar que el trabajo es infinito y nunca acaba. Lo que no se alcanza a hacer en ocho horas, ya no se hizo en el día”, comenta. 

El 65% de los encuestados por el estudio Workmonitor de Randstad, no aceptaría un trabajo que pueda afectar el equilibrio entre su vida laboral y personal. El 48% decidió renunciar porque su trabajo no encajaba con el tiempo que querían destinar para sí mismos. “Lo que necesitamos no es un margen de horario, es tener una regulación para hacer trabajo por objetivos. Esta ley es una buena iniciativa, pero sería mucho más fácil medir si la persona es productiva o no respecto a el trabajo a contra-entrega. Eso permitiría que rompiéramos la rutina de ir de la cama al trabajo y después a la cama de nuevo”, dice la psicóloga Pía Vergara. 

A qué dedicarán el tiempo los chilenos

La empresa de reclutamiento y selección de talentos Laborum realizó en 2023 un estudio estadístico sobre las implicancias de la reducción de la jornada laboral. En él, el 66% de los trabajadores encuestados considera que el equilibrio entre la vida laboral y personal, es el mayor beneficio de las 40 horas. Un 33% considera que aumentará el descanso físico y de su cuerpo. Un 17% cree que habrán menos despidos y renuncias. 

Consultada por The Clinic, la ministra Jeannette Jara dice que “uno de los principios rectores de la ley, es generar un derecho para que trabajadoras y trabajadores tengan mayor soberanía sobre el uso de su tiempo. No es casual que utilicemos esta palabra. Es la persona, en el ejercicio de su libertad, la que sabrá qué hacer con el tiempo liberado”, indica.

Scarlett Donoso (26) empezó a trabajar 40 horas semanales desde enero y comparte que sí se ha sentido “más libre, más dueña de su tiempo”. Ella es administradora pública en la Corporación de Deportes y Cultura de Recoleta. Cuenta que el estilo de vida que lleva está determinado por las 40 horas.

“Puedo ir al médico sin tener que pedir un día administrativo, por ejemplo. O también tengo tiempo para hacer cosas mientras espero que mis amigos salgan del trabajo para verlos. Lo mejor, es que puedo viajar a mi casa en la sexta región todos los viernes”, cuenta Pernía. Su horario laboral es de 9:00 a 17:00 horas de lunes a viernes.

Respecto a la gradualidad del beneficio, Diego Tala, director comercial de Laborum en Chile, explica que “los cambios se van a mostrar más al final, acercándose a las 42, 41 y 40 horas. Todo cambio tiene que ser de manera gradual, bien ordenada y de manera cultural adentro de la compañía”, dice. 

La ministra Jeannette Jara agrega e insiste en que el corazón de la Ley está en ver los beneficios reflejados “por sobre todo, en que habrá más tiempo para compartir con los hijos. También para poder viajar en la micro en un horario que permita ir sentado. O tener más tiempo para la pareja”. Aunque exista la posibilidad, de que la gente haga lo que estime conveniente para mejorar su calidad de vida.

Otro punto importante a considerar, es el real impacto que tendrá con las cuidadoras de niñas, niños y adolescentes o adultos mayores. Son parte de en sector de la población donde el beneficio podría verse mermado. 

La última Encuesta del Uso del Tiempo en Chile fue realizada hace case 10 años —2015—. A la espera de una nueva edición en 2025, las últimas cifras sobre el uso del tiempo de mujeres en la realización de quehaceres domésticos y de cuidados es de 6,6 horas diarias. Es decir, una jornada laboral extra, versus las 3,2 que dedican los hombres. “Por eso el cambio debe ser ante todo cultural”, explica Diego Tala. “En eso, las empresas pueden influir positivamente informando, canalizando y promoviendo que el colaborador busque formas saludables y responsables de ocupar el tiempo”, agrega.

Cadem publicó en julio del 2022 una encuesta que reflejó “qué es lo primero que se les viene a la cabeza a los chilenos cuando piensan en ‘tiempo libre’”. “Descansar, dormir y relajarse” quedó primero, “disfrutar en familia” de segundo e “ir al cine, ver televisión, realizar hobbies o juegos” de tercero.