Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

28 de Abril de 2024

Columna de Marco Moreno | Reformas políticas y ventana de oportunidades

Créditos: Agencia Uno.

Marco Moreno, columnista de The Clinic, escribe sobre cómo "la reforma al sistema político es una cuestión central para avanzar en el mejor procesamiento y respuesta a demandas y problemas públicos a través de mejores políticas". Y profundiza: "La pregunta no es si es importante la discusión sobre la reforma al sistema político. Demos por descontado que lo es sin lugar a duda. La evidencia de que disponemos lo confirma. Perón solía decir 'la única verdad es la realidad'. Y es que la realidad muestra de forma inequívoca que la pregunta debe ser respecto de si existen las condiciones de borde para esta reforma en el actual contexto político, económico, social y clima de opinión pública".

Por Marco Moreno

Una nueva disputa tensiona la política. Que duda cabe que la reforma al sistema político es una cuestión central para avanzar en el mejor procesamiento y respuesta a demandas y problemas públicos a través de mejores políticas. Estas son finalmente el producto más visible y directo de la actividad política y son el resultado de una transacción política.

Pero ¿cómo convencer a nuestras angustiada y desconfiada sociedad de que el interés general y el bien común necesitan ahora de la reforma al sistema político? Esta parece ser la interrogante que hoy ocupa el interés y energías de nuestra élite política.

De manera sigilosa en el verano pasado un grupo de expertos de izquierda y derecha recogieron las conclusiones derivadas de la comisión de expertos del último proceso constituyente referidas a medidas para combatir la fragmentación política, evitar el discolaje y mejorar la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo.

A partir de estas elaboraron un documento técnico con 24 puntos que ha circulado en los partidos y medios. A partir de este insumo —más los de las propias colectividades— se inició una discusión que ha llevado a los actores políticos a tomar posición. Desde el bloque opositor se han activado para instalar el tema en la agenda de gobierno buscando la toma de posición de La Moneda. La ofensiva opositora y mediática a arrastrado al oficialismo.

El diputado Gonzalo Winter —Convergencia Social— ha compartido la urgencia que planteaban RN, UDI, Evópoli, el PS y expertos en relación con revisar las barreras de entrada —umbral del 5%— para ingresar al Congreso. La senadora y presidenta del PS, Paulina Vodanovic, ha alertado sobre la falta de voluntad política en relación con la discusión. El presidente del PPD, Senador Quintana, sentenciaba que “sin un cambio al sistema político, va a ser difícil alcanzar acuerdos en el futuro en ninguna materia”.

Parlamentarios, exministros del bloque opositor, publicistas y medios afines han insuflado de una inusitada prioridad la reforma al sistema político. Esta postura del bloque opositor ha sorprendido a muchos, pues es conocida su posición refractaria a cambios de reglas en materia política como quedó demostrado en los ensayos constitucionales fallidos. 

El Presidente Boric tomó posición a comienzos de la semana que termina cuando afirmó que primero debemos legislar pensiones y pacto fiscal para después pasar a la discusión sobre sistema político. Y es que el argumento del Presidente toca el fondo del problema: el desacompasamiento entre urgencias sociales y lo que se receta como respuesta de la política.

Los estudios de opinión muestran el déficit de confianza en las instituciones de la democracia. La reciente encuesta Bicentenario al preguntar por confianza hacia los partidos políticos y el Congreso muestra que solo un 1% dice tener mucha y bastante confianza en estas instituciones. La verdad sea dicha, el momento para llevar acabo esta discusión fue el de los ensayos constitucionales de 2022 y 2023.

Recordemos que la reforma al sistema político fue la oferta que puso sobre la mesa la élite política para abrir el debate constitucional. Finalmente, la discusión no prosperó en ese largo proceso constitucional fallido.

La pregunta no es si es importante la discusión sobre la reforma al sistema político. Demos por descontado que lo es sin lugar a duda. La evidencia que disponemos lo confirma. Perón solía decir “la única verdad es la realidad”. Y es que la realidad muestra de forma inequívoca que la pregunta debe ser respecto de si existen las condiciones de borde para esta reforma en el actual contexto político, económico, social y clima de opinión pública.

Una buena aproximación para ayudar al esclarecimiento de la pregunta la ofrece la teoría de la “ventana de oportunidades” en políticas públicas, desarrollada por John Kingdon en su libro “Agendas, Alternatives, and Public Policies” (1984). 

Kindong propone que hay momentos específicos en los cuales las condiciones políticas, sociales y/o económicas están alineadas de tal manera que hacen posible la adopción e implementación exitosa de ciertas políticas públicas.

Las ventanas de oportunidades se abren debido a la convergencia de tres corrientes o flujos distintos: i) Problemas: esto es las cuestiones que el público, los políticos y otros actores consideran dignos de atención y que necesitan solución; ii) Soluciones o alternativas: propuestas específicas que pueden abordar los problemas identificados y, iii) Política: Se refiere al clima político y las condiciones institucionales que afectan la capacidad de adoptar políticas, como las preferencias de los líderes políticos, la distribución de poder entre diferentes grupos y la opinión pública.

Kingdon argumenta que las políticas públicas se formulan cuando estos tres flujos coinciden. Durante estos momentos, los defensores de ciertas políticas pueden aprovechar la disposición del público y la voluntad política —que abren una ventana de oportunidades— para impulsar cambios significativos.

Es claro que el problema existe. También que hay soluciones disponibles. Aunque estas aún deben debatirse porque ninguna suscita consenso. Un ejemplo: mientras el guarismo del 5% como umbral tiene tracción en algunos sectores en otros, como en el caso de lo señalado por el diputado Winter, ese porcentaje entrañaría un peligro “pues muchos votos quedarían sin representación” por lo que plantea un 3% máximo como barrera para que partidos entren al Congreso.

Se augura una larga discusión y una no menos compleja negociación. Basta recordar en este punto que el cambio del sistema binominal tomó nada menos que 25 años. Pensar que esta discusión tomará poco tiempo es un espejismo. Se necesitará tiempo. Tiempo para pensar, para evaluar, proponer, pactar, regular y aplicar.

Hace rato que la política democrática ha perdido el control del tiempo porque la gente quiere soluciones inmediatas. Seria recomendable que nuestra élite dejara el actual estilo anestesiado de hacer política y lo remplazara por un buen balance de problemas, es decir, entender la interrelación y dinámica entre problemas identificados, así como en la capacidad de priorizarlos de manera efectiva para encontrar soluciones adecuadas. 

En segundo lugar, la solución por sí sola no es bala de plata. El cambio de reglas al sistema político no garantiza que los actores modifiquen de manera inmediata sus conductas, estilo y prácticas. No podemos aspirar a que providencialmente los parlamentarios voten ahora alineados, que se termina el discolaje o cambien sus prácticas clientelares.

Las reglas generan incentivos, pero también restricciones desde donde los actores despliegan sus movimientos tácticos y estratégicos. La reforma al sistema de partidos —que es lo que se ha planteado hasta ahora— no es la llave mágica para resolver todos los problemas. Tampoco lo que se apruebe en materia de reforma tendrá efectos inmediatos sobre una próxima elección, la conformación del próximo Congreso o la dinámica que tendrá una próxima legislatura.

Suponer que el actual Congreso pueda tramitar en paralelo iniciativas políticas y sociales tiene más de wishful thinking que de factibilidad política. Los proyectos se priorizan en función de su nivel de urgencia. Pensar que se podría hacer en lo que resta del actual mandato y con un ciclo electoral en desarrollo, donde los actores que deben decidir son incumbentes, instala una cierta sospecha sobre fines y objetivos.

Nuestra élite del poder debería entender que, así como se abren las ventanas de oportunidades para instalar temas en la agenda y ofrecer soluciones, las ventanas también se cierran. Parece más razonable utilizar el tiempo en una discusión más avanzada y conectada con las urgencias de la ciudadanía primero, como lo son pensiones, pacto fiscal y seguridad pública, que una discusión sobre reforma al sistema político cuya viabilidad política, definida por las condiciones del entorno, no parece posible y respecto de la cual la ventana parece por ahora haberse cerrado.

Notas relacionadas

Deja tu comentario