Negocios
24 de Septiembre de 2024Mayor prevención y redes de apoyo: cómo las empresas buscan enfrentar el consumo problemático de drogas entre sus trabajadores
De acuerdo a expertos, el impacto de no abordar esta problemática puede derivar en mayores tasas de accidentabilidad, ausentismo y error entre los trabajadores.
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Cerca del 30% de los trabajadores presenta un consumo problemático de drogas, según se desprende de un análisis publicado en agosto de este año, elaborado a partir de los resultados del último Estudio de Drogas en Población General que publica el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda).
De acuerdo a los datos recopilados por el organismo, se define como población laboral a las personas entre 15 y 64 años que declararon haber trabajado la última semana, realizaron alguna actividad por lo menos durante una hora, y también a quienes contaban con un empleo pero se encontraban ausentes temporalmente. Asimismo, contempla a quienes buscaron trabajo remunerado o realizaron alguna gestión para iniciar una actividad por cuenta propia.
De esta forma, en lo que respecta a las sustancias con mayor prevalencia en el sector laboral, la que prima es el alcohol (59,7%), seguida por el tabaco (34,6%), la marihuana (12,2%), los tranquilizantes (2,1%), analgésicos (1,8%), drogas sintéticas (1,4%), cocaína (1,1%) y pasta base (0,3%).
Natalia Riffo, directora nacional del Senda, dice a The Clinic que “es crucial que las empresas adopten una cultura preventiva para garantizar entornos de trabajo seguros y saludables. Esto implica capacitar a sus equipos en habilidades preventivas, implementar políticas claras sobre el consumo de alcohol y otras drogas, y establecer protocolos de actuación”.
Junto con ello, explicó que el programa Trabajar con Calidad de Vida del Senda “es una herramienta clave en ese sentido, ya que asesora de forma gratuita a empresas de distinto tamaño y organizaciones públicas en el desarrollo de un diagnóstico integral, la creación de planes de acción y certifica a aquellas que se comprometen con la prevención”.
De hecho, según datos de la entidad, solo en 2024 más de 600 organizaciones y empresas de distinto tamaño estaban implementando el programa, llegando a más de 80 mil trabajadores y trabajadores y sus familias, dado que la iniciativa también considera un componente de habilidades parentales.
Medidas de prevención
A este respecto, Yordana Fuenzalida, experta en prevención de consumo de drogas y académica de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad de los Andes, comenta que “las medidas que debiesen adoptar las empresas ante esta situación es poder conversar del tema a los trabajadores y abrir espacios de confianza para poder revisar estos temas de una manera más transparente, más amplia, que no sea un tema que se oculte”.
De esta manera, explica que “los trabajadores pueden buscar ayuda y la empresa debe ser un nexo para la búsqueda de esa ayuda, desde los apoyos, y que permita generar estrategias de prevención y promoción para que los trabajadores puedan tener más confianza en sus trabajos y sobre todo con sus jefaturas directas para que sientan el apoyo, porque generalmente lo ocultan”.
Sobre esto, Fuenzalida apunta que “el consumo de sustancias es individual y muy oculto, especialmente al interior de las empresas por el miedo a ser estigmatizado y por el miedo a generar discriminación en relación a las personas que consumen, por lo tanto, generalmente lo oculta”.
Y enfatiza en que las medidas deben ir en la línea de “generar charlas, psicoeducación y grupos de apoyo para aquellas personas que tienen problemas y abrir el tema para que las personas puedan sentir el apoyo por parte de las empresas”.
Por su parte, Alejandra Barria, psicóloga organizacional de la Universidad Católica y gerente de Consultoría y Estudios en Grupo GBE, advierte que “el consumo problemático de estas sustancias genera impactos en las organizaciones y en las personas no menor. Por ejemplo, se aumenta la accidentabilidad, con las consecuencias que eso podría tener para el trabajador, también la tasa de errores, y podemos tener mayor tasa de ausentismo”.
Mientras que a las medidas para lidiar con esta situación, Barria dice que “la organización tiene que orientarse a la prevención y desincentivar el consumo, y para eso es importante una política de cómo se va a generar, cómo se va a detectar, cómo se va a apoyar”.
“No sacamos nada con detectar si no se hace nada, y en ese sentido, es importante que los líderes, las jefaturas de las organizaciones estén capacitados en entender cuáles son los riesgos, los impactos, cómo ir enfrentando estos problemas, y por supuesto, hay que tener indicadores asociados a este tema”, añadió.
Junto con ello, hizo hincapié en aquellos factores que podrían estimular el consumo problemático, y que estén ligados al ámbito organizacional. A modo de ejemplo, plantea que estos pueden ser ambientes laborales que no sean saludables o que generen estrés.
Según la psicóloga, “no sacamos nada con tener una política hermosa sobre cómo vamos a tratar las drogas si tenemos ambientes laborales donde hay estrés, donde hay maltrato, donde hay malas relaciones entre los compañeros, porque esas situaciones incentivan el consumo de este tipo de sustancias. Por lo tanto, una de las medidas que debieran tomar las organizaciones que es muy relevante, es precisamente esa, el cómo ir generando factores protectores dentro de la organización”.