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Invernadero de Quinta Normal
Fotos: Philippe Vigoroux / The Clinic

Ciudad

1 de Octubre de 2024

Invernadero de la Quinta Normal, un abandono que lleva 100 años: Santiago y Conaf trabajan para volver a habilitar el monumento nacional

Desde su abandono en 1922 a la fecha se han presentado múltiples iniciativas para salvar el invernadero, pero ninguna ha prosperado. El alto costo de recuperación del monumento ha frenado a diferentes administraciones municipales. Este año, Santiago junto a la Conaf iniciaron un proceso para volver a habilitarlo tras años de su cierre. Eso sí, las condiciones en las que está impiden que vuelva a funcionar como invernadero.

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En el extremo sur del Parque Quinta Normal, casi en la esquina donde se encuentran las calles Portales con Matucana, hace años posa el esqueleto del invernadero de la Quinta Normal, hoy monumento nacional. Su estructura, aunque oxidada, se mantiene en pie, y en los últimos años han abundado los proyectos ciudadanos y municipales por recuperarlo, pero ninguno ha llegado a buen puerto.

Con el paso del tiempo, la vegetación que rodea el monumento sigue creciendo, y ya no quedan ninguno de sus vidrios originales. La imagen de su deterioro ha motivado a actores políticos y ciudadanos a buscar alternativas para su recuperación. Hoy, el invernadero no puede cumplir su misión original, pero la municipalidad de Santiago trabaja en un plan para habilitarlo.

El mismo municipio en 2013 tuvo una propuesta oficial, bajo la administración de la entonces alcaldesa Carolina Tohá. El anuncio de su recuperación generó una gran expectativa. El monumento -que desde 1922 comenzó un proceso de abandono progresivo- tenía una oportunidad para revivir. Sin embargo, la iniciativa, tal como el invernadero, quedó en el olvido. En 2016 solo se logró avanzar en la limpieza del lugar y se cercó el perímetro del monumento.

¿El motivo del fracaso? El elevado costo de recuperación y manutención.

“Miles y miles de millones. Era muy costoso y no estaba el financiamiento. Esa propuesta no avanzó porque el solo estudio indicaba mucho dinero”, asegura la concejala de Santiago, Paola Melo.

Carlos Maillet, exdirector nacional del Servicio del Patrimonio y exdirector de Gestión del Patrimonio en Santiago, confirma que la falta de presupuesto ha sido una gran barrera. “A lo largo de los años, se han lanzado varios planes de recuperación, pero no han logrado avanzar debido a los altos costos asociados con la restauración de una estructura tan antigua y compleja. Se requiere una inversión significativa no solo para la restauración inicial, sino también para el mantenimiento a largo plazo”, afirma.

Reconoce que los constantes cambios de administración en la municipalidad han impedido que exista continuación de proyectos.

Tras el fracaso de la propuesta de la exalcaldesa Tohá, han surgido iniciativas ciudadanas, pero enfocadas en el interior del invernadero, y no en la infraestructura. En 2016 la organización EcoBarrio Yungay intervino el interior, con un barrido de semillas, pero al poco tiempo el monumento fue cerrado.

En 2021, Amo Santiago y Vive Vivero reunieron firmas para presentar otro proyecto para limpiar y preservar el espacio con un programa ambiental y educacional, pero no alcanzaron a tener una audiencia para presentar la idea.

Este año, la municipalidad de Santiago junto a la Conaf iniciaron un plan de protección del invernadero, que se encuentra en sus primeras etapas, pero busca habilitar la estructura.

Cercado, sin vidrios, y rodeado de maleza. Así se ve hoy el invernadero. Foto: The Clinic.

El plan de Santiago y la Conaf

En enero de este año, la Municipalidad de Santiago firmó un convenio con la Conaf para el fortalecimiento del invernadero de Quinta Normal. La firma implicó la creación de una mesa técnica para elaborar un plan que se comprometa con la protección de la estructura.

Según detallan en el municipio, la propuesta contempla una reactivación inicial del uso del invernadero mediante una “habilitación temprana”.

Santiago envió un informe al Consejo de Monumentos Nacionales con los detalles del estado del invernadero, y las acciones previstas para habilitarlo.

En particular, la solicitud de la casa edilicia al CMN busca intervenir con diferentes acciones. El cierre perimetral del área; resguardo de baldosas y adoquines desprendidos; desmalezado y podas de mantención; limpieza superficial del espacio; implementación de medidas de mitigación de riesgos de accidentes; rehabilitación del sistema de riego existente; instalación de jardineras móviles con especies nativas; e instalación de paneles informativos forman parte del programa.

Sobre su recuperación como invernadero, desde el municipio destacan que “las condiciones estructurales actuales del recinto no permiten su funcionamiento como invernadero, ya que está descubierto en todos sus lados y en el techo, imposibilitando la creación de un microclima controlado. Por lo tanto, el espacio solo puede ser utilizado como vivero temporal en las condiciones actuales”.

Ya no queda ningún vidrio en toda la estructura, lo que imposibilita al monumento cumplir con invernadero. Foto: The Clinic.

¿Por qué no se puede recuperar el invernadero?

Las propuestas recientes no han sido las únicas para recuperar el invernadero de Quinta Normal. Entre 1989 y 1995 fue rehabilitado y utilizado como conservatorio de plantas medicinales. Esto, pensado en retomar la función original de la estructura, que en 1890 fue adquirido por el Estado, y posteriormente administrado por el Jardín Botánico de Quinta Normal, bajo las órdenes de su director Juan Söhrens. Pero fue abandonado prontamente la iniciativa.

Las razones de los fracasos de los proyectos son varias. El factor económico es el principal, y cada año se hace más complejo salvar la estructura, porque se deteriora.

“La estructura del invernadero está compuesta principalmente por hierro y vidrio, materiales que, tras décadas de abandono, han sufrido un deterioro severo. La restauración de este tipo de construcciones requiere técnicas especializadas para asegurar la integridad estructural y la preservación de los elementos originales”, afirma Carlos Maillet.

Fernando Imas, restaurador de patrimonio, complementa y menciona que “los problemas para el avance de los proyectos tiene que ver con conseguir recursos para su recuperación, pero también con su uso futuro. La administración de este tipo de espacios en el contexto actual de la Quinta Normal es difícil. Se han buscado diversas alternativas, todas sin mucho éxito”.

Desde el punto de vista municipal, la concejal Paola Melo afirma que “la dificultad ha estado en que la infraestructura, que es bien añosa, cuando se ha pensado, la mirada inicial ha sido la recuperación de la infraestructura. Y eso también pasó más o menos en el 2014, en el 2013, cuando hubo como una observancia sobre la recuperación del invernadero como tal. Entonces, claro, siempre se pensó en recuperar la infraestructura que es justamente lo más caro”.

Rosario Carvajal, concejala y candidata a alcaldesa, que como dirigente del Barrio Yungay también aportó en la discusión de la recuperación del monumento, advierte que hay falta de voluntad. “Sabemos que la Subdirección de Patrimonio hizo una evaluación del Estado, y que estaría estructuralmente en buenas condiciones. Una muy buena noticia, pero más allá de la evaluación, por lo menos en el concejo municipal, estamos terminando el periodo, no ha pasado ningún proyecto de inversión para su recuperación”.

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