Lluvia de ladrillos: la peligrosa razón detrás de las extrañas marcas de un exclusivo edificio de Vitacura con Vespucio

Hace unos meses que un edificio ubicado en la intersección entre las avenidas Américo Vespucio con Vitacura llama la atención de conductores y transeúntes que circulan por la zona.

En la comuna que se caracteriza por su notable distancia con la realidad del resto del país, con calles adornadas de árboles, pasto en perfecto estado, grandes casas modernas y clásicas, y construcciones que se acomodan al estilo del barrio, el Edificio Vespucio Norte 1650 tiene aspecto de obra en construcción, pese a sus cincuenta años de antigüedad.

Todos los pisos que integran esta construcción están rayados con líneas blancas, y se ven desde fuera unos espacios de concreto en donde se evidencia la ausencia de ladrillos. El acceso peatonal del edificio está inhabilitado y tiene aspecto de una escena de crimen. Las arañas se apoderaron de la cerradura que hace meses no opera, y las cintas de peligro marcan con claridad la zona prohibida del edificio.

Entre la fachada y la vereda hay una separación de cuatro metros aproximadamente, en la que el conserje riega las plantas utilizando un casco de seguridad. “Parezco minero”, señala entre risas.

En términos técnicos, el inmueble experimenta un desprendimiento de fachada, pero no tiene mayores riesgos estructurales. De todas maneras, genera preocupación en vecinos tras los daños que generaron los primeros desprendimientos.

El desprendimiento de fachada

La mayoría de los habitantes del edificio de Vitacura son reacios a hablar, pero algunos se aventuran con detalles. Hace dos meses hubo un desprendimiento de ladrillos en la fachada, desde diferentes pisos, que alteró el orden en la comunidad. Uno de los ladrillos impactó en un auto estacionado, lo que, según señala una vecina, generó la pérdida total del vehículo. “Obvio que nos preocupa, pudo haber sido una persona”, señala la residente.

Son diferentes pisos en los que se ve el concreto por la caída de ladrillos. Pero, según comentan testigos, fue una del piso 12, aproximadamente, que abrió los problemas.

Los autos de alta gama que salen e ingresan al inmueble intentan hacer caso omiso a la realidad de la estructura. Por un lado porque ya están acostumbrados, y por otro, por el alto costo de reparación que significa restablecer la fachada.

El arreglo tiene que se completo, no solo las partes en las que se desprendieron ladrillos. Cuenta un trabajador del inmueble que hace cuatro años experimentaron problemas similares en algunas zonas del edifico, pero que ahora requeriría un arreglo completo. Atribuyen estos problemas a la antigüedad de la infraestructura, a la falta de mantención, y por qué no, a la humedad generada con las lluvias de los últimos años.

Lo cierto es que el arreglo ha generado conflictos, porque puede llegar a costar 70 millones de pesos. Esto implicaría un gasto cercano a los 5 millones de pesos por departamento, aproximadamente, entre los 15 departamentos de la torre. Además, especulan estar al menos un año más en estas condiciones.

La constructora del edificio, por los años que fue construido, no se hace cargo. Tampoco la municipalidad, porque al ser obras en la fachada no entra dentro del campo municipal, y la zona afectada es al interior de la construcción, por lo que no involucra espacio público.

Todo es incertidumbre para los vecinos de Vitacura que no proyectaron llegar a vivir en un edificio rayado que llama la atención por su preocupante aspecto.