Secciones

The Clinic
Buscar
Entender es todo
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad
Contexto | FreeRange

Tendencias

20 de Febrero de 2025

“El vínculo sin ley”: Cómo los amigos están reemplazando a los romances y las familias en las nuevas generaciones

Históricamente, los vínculos más significativos en la vida de las personas eran la familia y la pareja. Una situación que en este siglo está cambiando, aseguran especialistas, quienes tienen varias explicaciones para la forma en que están evolucionando los vínculos afectivos.

Por Matías Vega
Compartir

Filósofos y pensadores contemporáneos coinciden en que para las nuevas generaciones los amigos están pasando de ocupar un rol secundario en la jerarquía de relaciones humanas a convertirse en el principal núcleo afectivo de nuestras vidas, desplazando a las parejas amorosas e incluso a las familias.

Pero, ¿por qué está ocurriendo esto?

En entrevista con El País, la filósofa y autora de ‘La pasión de los extraños’, Marina Garcés, plantea que “ante el colapso del amor, de la familia y del trabajo, los amigos es lo último que queda”. Es decir, dado que en nuestra sociedad el matrimonio no es garantía de estabilidad, y la familia tradicional es cada vez más cuestionada por los más jóvenes, las amistades se están convirtiendo en la columna vertebral de las redes de apoyo de las personas.

La filósofa califica la amistad como un “vínculo sin ley”, por cuanto no conlleva un acuerdo o contrato tácito de funcionamiento como ocurre en las relaciones de pareja y el matrimonio, ni las expectativas de conducta o futuro, como ocurre tanto en ese escenario como en el de las familias.

Por su parte, la filósofa Alicia Valdés, acota que esta evolución de las dinámicas sociales afecta especialmente a quienes sienten que necesitan un refugio y aceptación que no encuentran en sus familias, como las diversidades sexuales.

“Muchas personas trans, dentro del colectivo LGTBI+, que sufren violencia en el entorno familiar, encuentran en las redes de amigos ese calor, cuidado y refugio que, en muchos casos, no hallan en otros espacios”, fundamenta la pensadora.

El fenómeno también tendría una arista económica. Según plantea el escritor Pol Guasch, autor de la novela ‘En las manos, el paraíso quema’, las personas se están viendo empujadas a convivir con amigos cada vez más, ante las dificultades monetarias.

“Ahora no puedo hablar de formar una familia o de convivir con mi pareja, porque es algo que no puedo costear. Se multiplican, por tanto, las historias de amigos que comparten piso, porque esa es la realidad a la que hemos sido relegados”, expone.

¿Qué es un amigo?

Sophie-Grace Chappell, autora del libro ‘A Philosopher Looks at Friendship’ (Una filósofa estudia la amistad), sugiere también que estamos en una crisis de definición de la amistad, un concepto que de por sí siempre ha tenido más matices que los que la propia palabra puede abarcar. Es decir, “no es que no sepamos cómo se supone que debe ser un amigo. Más bien, sabemos demasiado bien cómo ‘debe’ ser un amigo, y simplemente nos resulta difícil aceptar ese ideal”.

Sí hay algunos estándares. Por ejemplo, ella misma delimita que “la verdadera amistad no se mide en términos de beneficio o ganancia, sino en la simple alegría de la compañía mutua. Un amigo no debe pensarse como mero remedio contra la soledad”.

Garcés complementa esta idea señalando que instrumentalizar la amistad es lo que, precisamente, la anula, y Valdés ejemplifica con el caso del “networking“, es decir, la creación de redes profesionales en que las fronteras entre estos vínculos pueden difuminarse.

En el mismo sentido, el filósofo francés Geoffroy de Lagasnerie, acota en su obra ‘Elogio de la Amistad’ que, por ejemplo, en entornos familiares existen varias palabras que definen grados de cercanía (hermanos, hermanastros, padres, abuelos, tíos, nietos, suegros, primos, cuñados, etc), pero que esto no ocurre en las amistades.

La misma palabra es, así, usada para referirse al amigo del trabajo con el que no se comparte mucha vida social fuera de la oficina, para los amigos cercanos, para los amigos íntimos, para los amigos a distancia, etc. De hecho, esta falencia intenta suplirse precisamente con esos “apellidos” que complementan la palabra “amigo”.

Tampoco tenemos una palabra para referir, por ejemplo, a alguien que no tiene amigos.

Temas relevantes

#amigos#filosofía

Comentarios

Notas relacionadas