Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar

Cultura

14 de Octubre de 2011

Juan de Dios Eyheramendy: “Las minas chilenas están mal atendidas, no se las cogen bien”

A su hermana le ponen María de los Milagros. A él, Juan de Dios, cuando nace, hace 36 años, en Argentina. -Para que Dios te proteja, para que Dios te bendiga-, le dice la madre a Juan. Dios debe existir: Juan se levanta tarde, no trabaja como para cansarse, puede estar un día jueves a […]

Por

A su hermana le ponen María de los Milagros. A él, Juan de Dios, cuando nace, hace 36 años, en Argentina.

-Para que Dios te proteja, para que Dios te bendiga-, le dice la madre a Juan.

Dios debe existir: Juan se levanta tarde, no trabaja como para cansarse, puede estar un día jueves a las dos de la tarde tomándose un mate en la terracita de su departamento sin pensar en nada.

-¿Qué cosas le pides a Dios?

-No sufrir de viejo y elegir cómo morir.

-¿Cómo te gustaría morir?

-Acostado. Víctima de sexo exagerado. Mirando el techo con tu cabeza en mi pecho.

Si Ricardo Arjona y Martín Fierro tuvieran un hijo, ése sería Juan de Dios -una de las tantas estrellitas de la farándula- que todo lo versa, lo rima, lo transforma en refrán.

-¿De qué vives?

-¿Yo de qué vivo? Jajaja. Buena pregunta. Soy ingeniero. No soy gil. No te voy a contar de qué vivo. Soy ingeniero.

¿Ingeniero?

-Me las ingenio para llegar a fin de mes.

Juan de Dios se ríe más de un par de segundos, se queda callado, enumera: ha trabajado como modelo. Ahora -dice- como actor: con Belloni en Morandé, en Vampiras, con Pato Torres en el teatro de los sábados de Chilevisión.

-¿Qué quieres? ¿Carrera de actor?

-No. yo quiero pasarla bien.

-¿Siempre fuiste bueno para el verso?

-Si no es en verso no converso.

Juan de Dios vuelve a reírse, se calla, dice:

-En realidad no sé si bueno para el verso. Quizás ustedes lo toman así porque no están tan acostumbrados. En vez de estar con la Blackberry, con el Iphone, prefiero agarrar papel y lápiz y ponerme a escribir.

-¿Poesía?

-No tanto poesía. Tengo un diccionario. Voy escribiendo las palabras y las escribo no tal cual la Real Academia Española sino como lo que significan para mí.

-A ver. Un ejemplo.

-¿Querés que te lo traiga?

Se para, vuelve con un montón de hojas: un cuento y el diccionario.

-Ése cuento lo mandé a un concurso.

-¿Cuál concurso?

-Un concurso de cuentos de hace tiempo. En realidad leí las bases en una revista y saqué una mención especial. Pero fijate que buenas descripciones que tengo. Te tiro unas cortitas.

Algunas de las palabras que Juan lee del diccionario son:

Pelota: “¿Qué definición tengo de pelota? Es sonrisa que se dibuja cuando cualquiera la toca, idioma del mundo entero, la dueña la más deseada, chiquita, grande, ovalada, es fuente de inspiración, de una gambeta, un revés, de un pase y una estocada. Es el centro de atención. El mundo es una pelota, pelota la más deseada”.

Baño: “¿Qué es el baño? Lugar que repara daños, redoblado entre los caños permite verte de adentro. En el baño te ves al interior, te mirás a los ojos, es la única manera que vos misma te mirás a los ojos y ves lo que hay adentro”.

Silicona: “Silicona, no dudo de tu existencia ni reniego de tu antojo, sólo reprocho a la ciencia romper junto a ti la esencia pura casta y natural que Dios creó con sus ojos”.

Deja de leer.

-Yo no estoy en contra de las operaciones siempre que sean para mejorar, pero si te operás que sea porque realmente tenés una enfermedad. ¿Cómo te vas a operar? Estás loco.

-¿No te metes con minas operadas?

-Lógico. Me meto con todas. Pero sabes qué, en mi vida he tenido muchas minas pero nunca una mujer. Porque llega el domingo, apoyo la cabeza en la almohada, se apagan las luces, se van los amigos de ocasión y quedás solo. Ninguna mina viene acá a cocinar algo, a pasar un buen momento. Todas vienen acá buscando la locura y el rock and roll, y a los quince días me quieren afeitar la barba.

-De repente tú quieres puras minas y no una mujer.

-A mí me gustaría tener una mujer. No me importa raza, religión ni color. Exijo amor y locura. Yo siempre estoy abierto al amor. Vivo en carne viva todos mis días. Me levanto y trato de hacer, de dar lo mejor de mí, disfrutar lo típico, disfrutar lo cotidiano. Yo pienso que vos sos rico si lo que tenés te alcanza.

-¿Te metes harto con minas chilenas o no tanto?

-Sí. Chilenas, extranjeras. Mirá: yo pienso que no hay una fórmula exacta de cómo conquistar una mina. Las minas no son tontas. Son minas nada más. Entonces uno no les va a venir a vender un verso haciéndose el galante o el chamullero.

-¿Cómo lo haces entonces? ¿Dejas el verso?

-Noo. Es que tenés que ser auténtico, tal cual sos y lo importante es que la mujer se divierta. Sacarle una sonrisa, entendés. Y un poco también usando la artesanal: la charla, el café, el mano a mano, la botellita de vino, cocinar, fumarse un puchito, irse al parque. Que no la quieran deslumbrar con riquezas. Deslumbrala con el corazón: siendo dulce, siendo amable, caballero.

-¿Te rechazan?

-Sí, claro, pero no me quedo con la duda. El peor trámite es el que no se hace. Si yo voy a una fiesta y veo a una chica que me gusta, antes de irme de la fiesta se lo tengo que hacer saber. Tengo que ir y hacerle saber que me gusta y que me gustaría que se venga conmigo. Aunque suene un poco cursi o cortante sin conocerla que le diga eso pero si vos se lo explicás de buena manera…

-Haz como que estás en una fiesta y dilo.

-Te quiero, te adoro, vos sos la vaca, yo soy el toro. Jajajajaja. No. Nada. Qué le voy a decir. “Flaca, nada, te estuve mirando toda la noche, me parecés atractiva, yo no sé qué vas a pensar de mí, que te voy a parecer un loco, que vengo a venderte cuentos pero la cosa es muy simple: me gustaría tener tu teléfono, me gustaría que nos volviéramos a ver, por si te animás vente conmigo esta noche”. Y si se ponen muy cerca le digo: “si chocamos de trompa no tengo ni seguro ni carnet, no sé quién va a pagar los daños”. Jajajajaja.

-Eso debe ser más argentino. Yo creo que los chilenos son más de mirar, mirar, mirar toda la noche y chao.

-Eso es de puñetero, boludo. Yo detesto los puñeteros.

-¿Puñetero?

-El puñetero, el pajero, el que no se atreve y después se va a hacer la paja a la casa con el Redtube. Dejáte de joder. Hay cuarenta y cinco mil mujeres, son todas hermosas, en los defectos las mujeres las encuentro hermosas. En sus kilitos de más que les molestan tanto, los adoro. En su nariz aguileña que se quieren respingar: me encanta su nariz aguileña.

-Eso lo dices para hacerte el lindo.

-No. Yo he tenido novias gordas. De 120 kilos.

-No te creo.

-Sí.

-Recién vi una que tenías en el computador y era la tremenda mina

Jajajajajaja.

-Muéstrame la de ciento veinte kilos.

-Ésa era la mejor porque me daba calor en invierno y sombra en verano.

Juan de Dios se ríe más largo que nunca. Empieza otro tema:

-¿Sabés qué loco? Las minas chilenas están mal atendidas, no se las cogen bien. Andan histéricas, los hombres estresados.

-¿De quién es la culpa?

-Se la voy a echar al sistema porque el sistema te endeuda, el sistema te presiona, el sistema hace que andés todos los días loco, me entendés, buscando la plata para pagar la tarjeta de crédito del mes anterior, buscando la plata para pagar el colegio de los chicos que estás atrasado cuatro cuotas. Yo no tengo tarjeta no tengo nada. Me meto, saco el combustible que me financia los gustos, que es el dinero -el único Dios verdadero- y después me salgo. A mí no me llega ninguna factura debajo de la puerta. Ni el teléfono está a nombre mío.

-¿A nombre de quién está?

Jajajajajaja. Menos pregunta Dios y perdona.

-Jaja. Oye. La típica pregunta: ¿cómo tiran las chilenas?

-Son muy calientes. Son golosas.

-¿En serio?

-Sí. Mirá: yo he tenido tres amores en mi vida. Uno fue de pendejo, con una mina más grande que yo y los otros dos amores acá en Chile. Y esos dos amores se han basado, básicamente, en la parte sexual. Estuve enamorado. Y no es de menos macho estar enamorado.

-¿Quién cree eso?

-Algunos dicen no fue una calentura, no si una minita que tengo para gastar de vez en cuando. Mentira, si estás enamorado, estás enamorado. El amor es el sentimiento más puro y más maravilloso del mundo. Porque se equivoque uno no tiene que pagar el amor. Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado. Quedás con susto porque el que se quema con leche cuando ve la vaca llora. ¿Pero qué más lindo que estar enamorado? ¿Hay un sentimiento más lindo?

-Dura poco.

-El amor para mí es un estado de ánimo. No lo digo yo, lo dice Freud, el padre del sicoanálisis. Uno puede estar contento, triste, cansado, enamorado. Es un estado de ánimo más: te puede durar 25 años, te puede durar un mes, te puede enamorar en la cola del supermercado, te puedes enamorar en la calle.

-¿Lees a Freud?
-Leo lo que se me cruza. Leo todo pero más que nada leo para cultivar el léxico. Por ahí me gusta leer desde una historia de Condorito hasta, no sé, te puedo leer Shakespeare.

Notas relacionadas

Deja tu comentario