Reforma Laboral: Concertación y derecha unida, jamás serán vencidas

El fin de semana pasado, parlamentarios de gobierno y oposición firmaron un acuerdo para una futura reforma laboral. La iniciativa fue desarrollada en una mesa transversal en que están los diputados Tucapel Jiménez (PPD), Osvaldo Andrade (PS), Nicolás Monckeberg (RN), Mario Bertolino (RN) y Felipe Salaberry (UDI). Este acuerdo se basa en seis puntos que pretenden mejorar las condiciones de trabajo en Chile.

Los parlamentarios que firmaron el acuerdo, coinciden que el punto principal de esta propuesta es la incorporación automática de un trabajador al sindicato de la empresa. Medida que fortalecería, según ellos, la sindicalización en Chile. Este mecanismo podría entrar en conflicto con la legislación vigente, pues las reformas laborales introducidas en los años ochenta prohíben la obligatoriedad de pertenecer a un sindicato. Pero el diputado Osvaldo Andrade explica que “no hay conflicto. Porque el trabajador sería libre de desafiliarse del sindicato en un plazo de 60 días. Esto es similar a lo que pasa cuando un trabajador ingresa a un trabajo y obligatoriamente se afilia a la AFP que ganó la licitación”.

La incorporación automática a un sindicato provocaría un aumento en el número de trabajadores sindicalizados en Chile. Al respecto, el diputado (PPD) Tucapel Jiménez comenta que “todos los estudios demuestran que los países con un mayor índice de sindicalización tienen un mejor clima laboral, mejor calidad de vida y productividad”. Considerando los conflictos históricos que han existido entre la derecha y los movimientos sindicales, podría existir una contradicción en el hecho de que parlamentarios de derecha incentiven la sindicalización.

Pero el congresista Mario Bertolino (RN) tiene una visión diferente “no tengo problema en que este proyecto fortalezca la sindicalización. Porque creo que es positivo que existan sindicatos, ya que son una herramienta que facilita la relación entre trabajadores y empleadores. A mi juicio, lo que se debe evitar es el uso abusivo de la estructura sindical para otros fines, sean estos personales o políticos”.

Para evitar que la estructura sindical sea mal utilizada, el proyecto incluye dos puntos encaminados hacia la profesionalización y regulación de la actividad sindical. La creación de una “escuela sindical”, que pretende educar a los dirigentes sindicales en materias laborales.

Según el diputado Mario Bertolino “hay gente que critica a un ministro porque no tiene experiencia política, pero si ponen a un político también critican de que esa persona dedique su vida profesionalmente a la política. En mi opinión, encuentro legítimo y positivo que una persona se dedique profesionalmente a la política o a la dirigencia sindical. Esta escuela sindical va a permitir que quienes hoy tienen una vocación de servicio como sindicalista, también tengan un educación formal en la materia”.

Eliminar cualquier posible abuso del fuero sindical es otra de las prioridades de esta reforma laboral. Los parlamentarios explican que en muchos casos hay trabajadores que utilizan el fuero sindical con el objetivo de evitar ser despedidos. Andrade habla de un curioso síndrome conocido como el sindicato del día después: “un trabajador sabe que va a ser despedido. Entonces funda un sindicato a la rápida y con el fuero sindical evita ser despedido”. El diputado Tucapel Jiménez enfatiza que la intención de esta iniciativa no es facilitar el despido de un sindicalista, sino que “evitar el abuso de los beneficios sindicales, porque estos abusos terminan desprestigiando la actividad y así nos lo han hecho ver muchos sindicalistas”.

“Adaptabilidad” y no “flexibilidad”

La propuesta de “pactos de adaptabilidad” consiste en la posibilidad de que un trabajador pacte con su empleador el establecimiento de días de trabajo o vacaciones. Estos pactos de adaptabilidad serían mediados por el sindicato de la empresa, en calidad de atribución exclusiva. Osvaldo Andrade explica que “está adaptabilidad obedece al hecho de que la gente ya se ha dado cuenta que un país es más productivo cuando hay menos rigidez laboral al interior de cada empresa. Con esto no se está dando un libertinaje que pase a llevar los derechos laborales, sino que se le da a cada empresa la posibilidad de adaptarse a sus labores productivas”.

El diputado Tucapel Jiménez cuenta que en el desarrollo del acuerdo fueron muy cuidadosos en “poner adaptabilidad y no flexibilidad, porque la palabra flexibilidad le viene a la CUT como patada en la guata”. Recordado es el discurso de Arturo Martínez el 1 de mayo de 2009 cuando dijo “¡Me paso por la raja la flexibilidad laboral!”.

Una “pequeña revolución”

El hecho de que el acuerdo haya sido suscrito por parlamentarios pertenecientes a distintas tendencias políticas, le da la esperanza a los congresistas de la comisión de trabajo de que la reforma laboral sea aprobada rápidamente, incluso antes de fin de año. Tucapel Jiménez califica el acuerdo como “una pequeña revolución. Aunque muy pequeña, porque que quedan afuera temas importantes como fortalecer la negociación colectiva, poner fin al reemplazo de los trabajadores que están en huelga, establecer un sueldo ético y la repartición de las utilidades”.

La reforma laboral:

-Fortalecimiento de la sindicalización: Un trabajador se incorporaría de forma automática al sindicato de la empresa al incorporarse con contrato indefinido.

-Creación de una escuela sindical: La idea es formar profesionalmente a los sindicalistas.

-Evitar el abuso del fuero sindical.

-Pacto de Adaptabilidad: Los trabajadores podrían pactar el establecimiento de sistemas excepcionales de distribución de jornada de trabajo y descansos con el empleador. Para esto, el mediador será el sindicato.

-Derecho laboral a suspender la prestación de servicios en caso de peligro para la salud de un trabajador. Esto