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Opinión

4 de Junio de 2012

Pepa Flores, el transgénero candidato a concejal RN favorito de Carlos Larraín

Flower por Flores. Pepa Flores. Pepa, que fue Pepe cuando nació en Lihueimo -sexta región- hace una cantidad de años que no quiere que nadie sepa, y no tenía el pelo rubio, liso, largo -como hoy-, no usaba esos tacos café que tiene puestos, no soñaba con ser concejal por RN de San Clemente (ni […]

Camila Gutiérrez
Camila Gutiérrez
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Flower por Flores. Pepa Flores. Pepa, que fue Pepe cuando nació en Lihueimo -sexta región- hace una cantidad de años que no quiere que nadie sepa, y no tenía el pelo rubio, liso, largo -como hoy-, no usaba esos tacos café que tiene puestos, no soñaba con ser concejal por RN de San Clemente (ni con que Carlos Larraín la apoyaría -transgénero y todo), no sospechaba que llegaría a vivir el año 97 a San Clemente, no sabía siquiera que existía San Clemente -un pueblo de cuarenta mil personas que queda a media hora de Talca-, ni que abriría ahí la peluquería Flower de la que está saliendo justo ahora.

-¿La foto de afuera de la peluquería eres tú?

-Sí. Me carga. Mucho fotoshop. Se me ven hasta los ojos verdes, azules, no sé- dice y maneja hasta su casa en la que junto a café, galletitas, un cuadro brillante que tiene una palmera, miles (de verdad miles) de adornos, una foto que tiene junto a Lily Pérez -muy rubias las dos- y tres perritos que llegan apenas hasta las pantorrillas (uno de ellos, el favorito, está vestido), Pepa contará su vida:

Era Pepe Flores, tenía quince o dieciséis y le decía a sus papás que era gay.

-¿Cómo lo dijiste?

-Ay, han pasado tantos años.

-Hay conversaciones de las que uno siempre se acuerda.

-Les dije que yo era diferente a mis hermanos. Mi papá tenía parcelas. Iban todos mis hermanos a trabajar al campo y a mi no me gustaba ir. Me llevaban y yo me venía. Entonces le dije a mi papá: “por eso me venía”. A mi me gustaba ayudar en la casa, ayudar a mi mamá, hacer el aseo, esas cosas. Hasta que le tuve que decir que yo era diferente, que yo tenía otra tendencia sexual y mi papá no entendía, po. Lo primero que hizo fue que me llevaron al médico. Yo le decía: “papá, si no es una cosa que el médico me de un remedio y se me quite” pero el médico habló con ellos y después, a la larga -no te voy a decir altiro- por lo menos dejó de llevarme al campo.

¿Y tu mamá?

-La mamá siempre sabe lo que cría. El papá no pero la mamá sabe lo que cría. Me defendía cuando mi papá me quería pegar, me defendía de los vecinos también -de repente- porque los vecinos eran medios raros, molestosos. Decían: “Mire, señora Elba, su hijo hizo esto, su hijo hizo lo otro, su hijo andaba a tal hora en la calle en la noche”. Por eso fue fuerte, muy fuerte, cuando murió. Ahí yo le dije a mi papá: “Todo el amor que sentía por mi madre lo voy a volcar hacia usted y vamos a ser los dos”.

Son los dos, el papá muere al año y la muerte trae dolor y liberación. Por fin puede empezar a llamarse Pepa, vestirse de mujer, hacer que su vida sea suya.

-¿Y tus hermanos?

-Unos me quieren más que otros. Tuve un problema con mi hermana que me dijo: “No vengas porque mis hijos están chicos y después van a crecer, y se van a dar cuenta del tío que tienen”. “No vengo a tu casa”. Y nunca más volví.

-Lo cuentas como si nada.

-Es que ya pasó eso. Ya me dolió. Ya sufrí lo que tenía que sufrir. Ahora ya no. Imagínate que una vez, hace muchos años atrás, pasé a saludar a un hermano a su casa y me atendió en la reja, afuera. No me hizo entrar. Nunca más volví porque yo no voy a andar mendigándole saludos a ellos, ¿me entendís? Ellos nunca me han dado entonces ¿por qué me tengo que estar arrodillando si tengo un hermano que me quiere el doble de lo que me quiere el de acá? No sé. Además va en como tú se lo plantees a tu familia.

-¿Cómo?

-Ay, cómo te lo explico: si la gente en el campo te mira de mala forma, entonces tengo que actuar para que no lleguen cosas a oídos de mi familia. No hay que crear motivos para que se puedan avergonzar.

-Pero hay un punto en que no es responsabilidad de uno, si no de como ellos se lo toman.

-Es que yo digo: tal vez pueda ser la excepción porque yo siempre fui así como tú me estás viendo ahora: no he sido revoltosa, escandalosa.

-Me da la sensación de que entre los mismos gays hay cierta homofobia cuando dicen: “Yo soy gay, pero no soy loca”. O “yo soy lesbiana pero no soy camiona”.

-Ahí se contradicen porque dentro del mundo de nosotros todos los gays nos decimos loca. Pero a mí no me gusta la loca. No me gustan los gays para pareja. Yo tengo una pareja hace siete años pero es hombre. Bisexual pero hombre. Pero una pareja gay no.

-¿Por qué no?

-Porque para gay estoy yo. Es que a mi me gustan los hombres. Si me gusta un gay, para eso me gusta una mujer mejor.

-Pero un gay igual es hombre.

-No po. No es hombre. Es gay porque le gustan los hombres.

-¿Qué es ser hombre?

-Hombre po. Como el Keno. Ése es hombre. Que le gusten las mujeres.

El Keno ha estado todo el tiempo sentado al lado de Pepa, callado, comiendo galletitas compulsivamente. El Keno fue concejal, es RN, es una de las primeras personas que Pepa conoció en San Clemente y uno de los motivos por los que Pepa terminó postulando.

-Toda la vida he sido de derecha. Toda mi familia es de derecha. Le vai tomando amor al partido. Hace cinco años que milito porque me gusta RN. El otro día me preguntaron por ahí si me tomaría una foto con x persona y yo dije: “Es que es de la UDI”. Igual hay que quererlos pero tienen otra visión del cuento. ¿Sabís lo que pasa? Yo lo miro por mi condición porque los RN nunca me han rechazado. Dicen que Don Carlos es homofóbico, que Don Carlos tiene su cuento con los gays pero lo que él no acepta es el matrimonio. La unión entre dos personas del mismo sexo ¿cachai? Eso es lo que no entiende. O sea, yo te digo: yo tampoco sé si lo haría.

-¿Casarte o estar a favor del matrimonio gay?

-No sé si me casaría. No sé.

-Una es que tú no te cases y otra es que no esté la legislación.

No que salga, que salga. Regio. Pero no todos tenemos que estar de acuerdo, cachai.

-¿Cómo conociste a Carlos Larraín?

-Mira. A él no lo conozco personalmente…

-Igual me sorprende que te apoye siendo que votó contra la ley antidiscriminación.

-Sí po. Es que se le cuelgan hartas cosas pero don Carlos fue bien preciso en una entrevista que dio en un diario: dijo que él no estaba en contra de la homosexualidad. Que estaba sólo en contra de la unión de las personas de un mismo sexo. Porque esta cuestión ha existido toda la vida. La gente está de acuerdo con eso también. Él lo mira por el asunto de la descendencia, Que no es un amor que no da hijos. Él lo mira así…

-¿Y qué te parece esa mirada?

No es que no me guste don Carlos si no de la ley de adopción es que una está sola en la vida, tiene una pareja que tampoco está seguro si la va a tener siempre ¿por qué le ponen tanta traba a la ley de adopción si a las finales uno puede dar mucho más cariño a una guaguita o a un hijo, me entendís?.

-Entonces es más importante que el matrimonio…

-Yo prefiero adoptar a un niño antes de casarme. Una también puede tener buenas enseñanzas, buenos valores. No porque sea gay los valores los va a dejar de lado.

-¿Qué pensaste cuando Larraín votó en contra de la ley antidiscriminació?

-Obvio que no me gustó. Pero es que estoy ligada a amistades RN. He tenido bastante llegada con la gente. Yo ayudo a gente acá, de repente hacemos eventos. Yo tengo un grupo de chicos -los chicos con los que trabajo en la peluquería- con los que hacemos show de transformismo bien bonitos y bien respetuosos. Yo organizo y bailo mi poco también.

-¿Cómo fue que llegaste a tener la peluquería?

-Llegué a San Clemente por un amigo que tenía influencia en cuanto a cursos y esas cosas. Y me dijo: “hay cursos para gente como tú”. Jaja. Tampoco me quería decir así que me dijo: “gente como tú” . Era cocina, peluqueria y yo le dije: “peluquería me tinca”. Estudié como un año nueve meses con práctica y todo y al final era un curso para travestis po, cachai, para trabajadoras sexuales. Pero yo no estaba ni ahí porque quería estudiar. Y me vine acá. Acá la gente pela. Pela. Yo llegué con pelo largo, rubia, con tacos a vivir entonces era como raro, la gente miraba, se cuchicheaba, los chiquillos en la esquina te molestaban pero a mi me daba lo mismo porque yo le decía a mi amigo: “Si hablan, que hablen. Mejor. Que hablen, hablen porque más me voy a dar a conocer aquí. Más rápido me voy a dar a conocer”.

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