Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

7 de Junio de 2012

Pinochetistas

Foto: Alejandro Olivares Don Juan González, presidente de la Corporación 11 de Septiembre, parece un hombre bueno. Él no participó del gobierno militar, aunque asegura que le hubiera encantado. Cuando habla de su general Pinochet, se emociona hasta las lágrimas. Considera que Chile no está preparado para la democracia, que los políticos lo han hecho […]

Patricio Fernández
Patricio Fernández
Por

Foto: Alejandro Olivares

Don Juan González, presidente de la Corporación 11 de Septiembre, parece un hombre bueno. Él no participó del gobierno militar, aunque asegura que le hubiera encantado. Cuando habla de su general Pinochet, se emociona hasta las lágrimas. Considera que Chile no está preparado para la democracia, que los políticos lo han hecho pésimo y que nos vendría muy bien otro gobierno autoritario. “Nosotros estamos encaprichados y tenemos todo preparado para llevar un candidato nuestro a la Presidencia de la República”, asegura. Le han pedido que no siga repitiendo públicamente que debiera ser el alcalde de Providencia, el coronel Labbé (hoy preocupado de no perder su sillón edilicio), pero él lo admira, lo halla hombre, con los pantalones bien puestos, no como a esos otros derechistas cobardes que le han dado la espalda al patriota que salvó a Chile del comunismo.

“A muchos de ellos los conocemos de cuando iban a cobrar los sueldos y poco menos que le lustraban los zapatos a mi general Pinochet. Dicen que no sabían nada de las torturas y ahora lo aceptan, porque escuchan a la izquierda”, agrega con molestia. Este domingo, la Corporación ha organizado la exhibición del documental PINOCHET, recién premiado en Miami con un galardón enteramente desconocido. Por muy bueno que fuera, ningún festival prestigioso osaría destacar una película que ensalce a un dictador. Le comento a P.V. que, más allá de lo políticamente correcto, quizás esté bien que así sea, porque podría implicar una apología de la violencia. “¿Y si se tratara del Che Guevara?”, me contestó.

A continuación, P.V., apasionado defensor de la libertad de expresión, me recordó el juicio en que, décadas atrás, un juez dictaminó que en nombre de los valores que la bandera norteamericana encierra, estaba permitido incluso quemar la bandera. Parlamentarios de izquierda y organizaciones de derechos humanos han buscado cámaras de televisión para exigir al gobierno que prohíba este acto pinochetista, en el que además del documental (que por lo visto en su sinopsis no es ninguna porquería, aunque a mí me lo parezca buena parte de lo que postula), será exhibida la sábana pintada con que un preso cubano se cubrió durante el encierro. Ellos le llaman “sudario”. ¿Por qué no podrían reunirse los viudos y viudas de Pinochet? ¿Por qué hacer como si no existieran? ¿No puede acaso pensar alguien que se trató de un gran gobierno? El asunto, por cierto, se complicaría si el acto ensalzara el crimen y festinara con el dolor causado. Pero, por otra parte, ¿no es de algún modo lo que hacen los Estados cuando conmemoran un triunfo guerrero? “La gran mayoría piensa que si el Partido Comunista (PC) está en 4 o 5% y pesa en una elección, nosotros (el pinochetismo) estamos arriba del 10% con los votos de la familia militar”, asegura don Juan González.

No sería raro que tuviera razón. Veinticuatro años atrás, un 44% de los chilenos votó por el dictador. ¿Todos los que sobreviven están arrepentidos? ¿Y todos sus descendientes avergonzados? Basta leer a los posteadores de nuestro sitio web para constatar que no es así. Al evento están invitados Margaret Thatcher, aunque no podrá asistir por razones de salud, pero Lord David Montgomery estaría confirmado, así como el alcalde de Miami, Tomás Regalao, y Blas Piñar, ministro de Francisco Franco, enviará a su hijo porque la vejez le impide moverse. “Están considerados dos congresistas estadounidenses y muchos cubanos anticastristas”, añaden. Alberto Cardemil (RN), María Angélica Cristi (UDI), Carlos Larraín (RN) y otras linduras de la patria también habrían sido invitados. Los pinochetistas están abocados a encontrar su propia Camila Vallejo.

Quieren un rostro joven que revitalice el mensaje de orden y el resto de los valores familiares y patrios que encarnó la dictadura. Si lo hacen dentro de las normas democráticas, están en todo su derecho. ¿O alguien desea un nuevo artículo 24 transitorio? Dato para los interesados en asistir: el evento se realizará este domingo 10 de junio en el teatro Caupolicán, a las 11 de la mañana. Para quienes opten por funarlos, sirven los mismos datos. Apuesto que esto termina en batalla campal.

Notas relacionadas

Deja tu comentario