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Nacional

8 de Agosto de 2013

Las cartas que obispos y sacerdotes leales a Karadima enviaron al Vaticano para exculparlo

CIPER accedió a una veintena de cartas que usó la defensa de Karadima en su último intento por convencer al Vaticano de que el ex párroco de El Bosque era inocente. Vistas desde hoy las cartas resultan demenciales. Particularmente las de los obispos Tomislav Koljatic y Horacio Valenzuela quienes atribuyen las acusaciones no a los abusos sexuales de Karadima, sino a un complot de la izquierda y los masones. Una carta del cardenal Errázuriz a Karadima revela la delicadeza con que lo trataba mientras cerraba la puerta a sus víctimas. Los hechos muestran lo débil que fue la Iglesia ante el cura abusador, exactamente lo que hoy reclaman las victimas en los tribunales.

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Vía Ciper

En estos días el cura Fernando Karadima deberá volver a enfrentar un interrogatorio judicial debido a la demanda que mantienen sus acusadores James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz. En ella se sostiene que la Iglesia Católica chilena es responsable por no haber investigado las denuncias contra el sacerdote que oportunamente se le hicieron llegar a sus autoridades. Más aún, los denunciantes acusan que los obispos formados por Karadima (Andrés Arteaga, Tomislav Koljatic, Horacio Valenzuela y Juan Barros) supieron por años de los abusos sexuales y sicológicos que cometía su mentor y los encubrieron. Y que el entonces arzobispo de Santiago Francisco Javier Errázuriz actuó indolentemente ante las denuncias y testimonios que recibió.

“Pese a recibir nuestras denuncias y el informe del padre Eliseo Escudero (primer investigador eclesiástico del caso), el arzobispado de Santiago no adoptó medida alguna tendiente a evitar que los hechos denunciados se siguieran cometiendo o bien tomar medidas disciplinarias en contra del párroco en cuestión, el cual siguió ejerciendo el sacerdocio a lo menos cinco años después de efectuada la denuncia. Esto refleja la desprolijidad y falta de importancia con que fue tratado el tema, pese a su gravedad”, sostuvo el abogado Juan Pablo Hermosilla, quien representó a las víctimas en el juicio penal donde se estableció que las acusaciones de abuso sexual contra Karadima eran ciertas, pero estaban prescritas.

Una serie de documentos a los que accedió CIPER muestran en detalle a qué nivel llegó el respaldo que obispos y sacerdotes formados por Karadima le dieron a su guía. En una veintena de cartas enviadas al Arzobispado de Santiago y al Vaticano, se describe a Karadima como un hombre recto y bondadoso; “un hombre que ha centrado su vida en la Eucaristía, celebrada y adorada, con fervor”, según escribió el sacerdote Juan Ignacio Ovalle Barros. Un hombre que “atrae hacia las cosas de Dios”, según afirmó el sacerdote Francisco Javier Manterola Covarrubias.

Estos testimonios tenían un objetivo claro: anular las acusaciones de las víctimas, que se han demostrado verdaderas tanto en el juicio eclesiástico como civil; y que había recopilado el procurador eclesiástico Fermín Donoso en su demoledor informe de junio de 2010 (Ver Informe del procurador Fermín Donoso).

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