Iglesia de la Veracruz del Barrio Lastarria alista su restauración, a cuatro años del incendio en el estallido social que obligó a mantenerla cerrada

Son las 17:00 horas en el Barrio Lastarria. Los locales de comida comienzan a llenarse, vendedores callejeros copan buena parte de las veredas a vender ropa, libros y artículos varios. Los músicos, por su lado, aportan lo suyo al bohemio ambiente de la calle José Victorino Lastarria. Pero en medio de toda esa vitalidad, el ícono patrimonial y turístico del barrio está totalmente en silencio.

Se trata de la Iglesia de la Veracruz, un edificio de casi 170 años de antigüedad declarado Monumento Histórico de la ciudad. Característico por su arquitectura patrimonial y su color rojo colonial, la parroquia ha estado cerrada desde el 12 de noviembre de 2019, luego de que un incendio afectara gravemente su salón principal. Tras ello, la fachada se pintó para tapar los grafitis del estallido social, y el acceso central y las ventanas fueron clausuradas con planchas de metal. Nadie volvió a entrar ahí.

En marzo de 2020 el Consejo de Defensa del Estado presentó una querella criminal por el incendio que afectó a la Iglesia de la Veracruz, en el marco de las manifestaciones sociales que se realizaron desde la Plaza Baquedano y se extendieron hacia la Alameda. De acuerdo a material audiovisual, un sujeto encapuchado lanzó un elemento acelerante en la puerta principal del templo. Producto del fuego se quemó por completo el piano, los cuadros que colgaban de las paredes, muebles, ventanas y puerta principal, datos que constan en un informe evacuado por el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural. Hasta el momento no hay responsables del incendio.

Han pasado cuatro años desde que la iglesia cerró. Durante ese periodo, se desarrolló, silenciosamente, el proyecto de Remodelación y Restauración de la Iglesia de la Veracruz. La iniciativa fue presentada por Sáez Joannon Arquitectos ante los vecinos el pasado lunes 29 de enero, en el salón que está al costado de la nave quemada de la parroquia.

Vecinos que asistieron a la presentación del proyecto entregaron detalles a The Clinic de los cambios que propone el plan de remodelación. La iglesia tendría más espacios abiertos al público, un jardín interior y su fachada sería pintada de blanco, el color original de la iglesia. 

Héctor Vergara, presidente de la junta de vecinos de Barrio Lastarria y Barrio Forestal, valora los cambios que vienen. “Maravilloso que sea blanco, que logre una diferencia con lo que era antes. Como junta de vecinos estamos con la idea de tender a un barrio calmo; bien funcionaría un blanco para la iglesia”, comenta mientras observa el frontis de la parroquia.

Desde el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) agregan que el anteproyecto cuenta con opinión favorable desde la institución. Este replantea los usos y espacios de la casa parroquial, del restaurante Victorino y sus dependencias. Además, se exigió subsanar aspectos técnicos, como la pavimentación del interior del templo. Por todo esto, se espera una reestructuración importante del inmueble.

Poner la primera piedra a cinco años del incendio

Ximena Joannon, arquitecta a cargo del proyecto, comenta que esta iniciativa partió al día siguiente del incendio de la parroquia. No obstante, la elaboración de la iniciativa se dio por Zoom dado la pandemia, lo que provocó retrasos en el trabajo.

Además, Joannon asegura que el proyecto es más complejo de elaborar y evaluar porque tiene tres componentes de patrimonio. “La iglesia en sí es un edificio patrimonial, está en un barrio que es patrimonio y las casas contiguas también lo son”, comenta la experta.

Pese a las demoras, desde la comunidad valoran el proyecto. “Pasaron varios años en que no había nada, así que bienvenida a la restauración”, comenta el presidente de la junta de vecinos. En paralelo, el futuro párroco de la Iglesia de la Veracruz, Jaime Tocornal, puntualiza que no es “llegar y construir”, y que la obtención de recursos es un tema central. 

“Al ser edificios de patrimonio, el gasto es aún más alto”, agrega Tocornal. Hasta ahora, si bien aún no se define desde dónde se solicitará el financiamiento, es probable que se acuda al sector privado por temas de rapidez.

El académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Diego Portales, Gonzalo Schmeisser, comenta que no es un camino fácil. El principio básico de la obra patrimonial es que se fabricó con materiales y conocimiento de la época. “Por lo tanto es mucho más complejo, desde el punto de vista de la arquitectura, reconstruir algo anacrónico, que es un conocimiento que ya no se tiene”, apunta el arquitecto.

Además, Schmeisser comenta que el Consejo de Monumentos, si bien se preocupa del patrimonio de los edificios, posee leyes muy rígidas para su protección. “Eso impide la operación sobre el edificio, sobre el objeto o el espacio del monumento. Se ponen muchas trabas. Entonces, la recuperación del espacio público termina siendo trabada por las leyes del CMN y quedan en letra muerta muchas veces”, puntualiza.

La encargada de la restauración de la iglesia señala que la aprobación del proyecto debería de ser rápida, al tratarse de un proyecto emblemático. “Espero que el primer semestre nos den permiso, y que dentro de este año ya estén construyendo. Si enviamos esto en marzo, en junio tendríamos respuesta”, señala Ximena.

Si bien la consulta ciudadana corresponde a una de las etapas finales, desde el Consejo de Monumentos dicen que la iniciativa final aún no ha sido ingresada a evaluación del CMN. Cuando eso ocurra, será sometido al análisis de los consejeros. Una vez que cuente con la autorización, iniciarán las obras. Antes de eso, es posible que hayan cambios en el proyecto.

La arquitecta añade que, de forma simbólica, “queremos poner la primera piedra el 12 de noviembre. Es decir, cuando se cumplan cinco años del incendio.

Los esfuerzos de la comunidad para recuperar la iglesia

El pasado 13 de diciembre, a las 19:00 horas, la música se tomó el salón principal de la parroquia de la Veracruz. Se instalaron luces al lado de las murallas quemadas y sillas apuntando a la zona del coro. Ahí, una gran cantidad de vecinos se sentó a escuchar la sinfónica gratuita organizada por Lastarria de Pie, una iniciativa de la Universidad Católica que busca revitalizar el barrio.

Por primera vez, el público general entraba a la nave incendiada. Roberto Méndez, fundador de Lastarria de Pie, comenta que “un poco temerariamente” dejaron entrar a más de 100 personas a la convocatoria. “Era realmente impresionante, a algunas personas se les salían lágrimas”, relata el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica.

Méndez enfatiza que un equipo especializado fue a evaluar la estructura antes de realizar el concierto. No obstante, la Municipalidad de Santiago volvió a clausurar el edificio. Y las siguientes fechas de conciertos que tenían planeadas para la iglesia se cambiaron de recinto. 

“Finalmente, lo que hicimos fue pedir perdón, no permiso”, agregó el fundador de la iniciativa. Sobre esto, el administrador de la iglesia, Germán Barrera, comenta que han mantenido contacto constante con Lastarria de Pie, ya que “nos preocupa lo que ocurre en el barrio y estamos dispuestos a brindar ayuda, por pequeña que sea, como vecinos más antiguos de la zona”.

Pese a la temeraria acción de Lastarria de Pie, desde la junta de vecinos valoran este tipo de actividades. Además, hay un consenso entre la comunidad que es necesario que se restaure la iglesia, ya que adultos mayores asistían a talleres, y era un lugar donde muchos iban a bautizarse o a hacer funerales. “La mayoría de la gente que vive en Santiago se bautizó aquí, algunos probablemente ni lo saben”, indican desde la parroquia.

El futuro de la Iglesia de la Veracruz

Verónica vive desde hace 23 años en Lastarria, en calle Victoria Subercaseaux. Si bien ella no vio directamente el incendio en 2019, los gritos, golpes y la columna de humo que divisó desde su hogar la alertaron de que algo no estaba bien. “Sentí todo, sentí mucho miedo”, recuerda. Después de ese incidente, Verónica dice que ya no se siente “muy segura” de caminar por Lastarria.

Pese a que este testimonio se suma al de otros vecinos, desde la comunidad insisten en que reabrirla ayudaría a recuperar los espacios del barrio. “Se pinte blanca o de cualquier otro color, se rayaría igual, es una cosa de educación”, agrega Ximena Joannon.

Frente a posibles futuras vandalizaciones del inmueble, Gonzalo Schmeisser afirma que las soluciones desde la arquitectura son “súper pragmáticas”. “Es poner una reja y que la gente no se pueda acercar”, detalla. La solución es un proceso más complejo, “incluso utópico”, dice. “Es acercar el patrimonio a la gente, que el tipo con el spray lo piense dos veces antes de dibujar”.

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Han pasado ya 4 años del incidente y la iglesia sigue igual. Ausente y silenciosa. Por dentro, la nave principal está vacía; los cuadros que no se quemaron fueron retirados y las bancas se incendiaron casi por completo. Las paredes aún guardan el hollín del incendio que al tocarlo te deja las manos oscuras. Por fuera, casi pasa desapercibida. De vez en cuando transeúntes se paran frente a ella y miran detalladamente su arquitectura. Después de unos minutos, continúan su camino.