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10 de Diciembre de 2015Copiloto narra cómo fue el angustioso rescate de Douglas Tompkins y los otros kayakistas
"Cuando los encontramos, la situación era desesperante. Estaban todos desparramados, porque las olas los había separado. Cuando tratamos de aterrizar, algunos, que ya habían logrado salir, me hicieron señas de que todavía había dos personas en el agua. El lago era como un mar furioso. Mucho viento, mucho oleaje. Los vimos, sobrevolamos y ahí estaba uno de ellos, aún a bordo de su kayak, sujetando a Douglas Tompkins, en el agua”, recordó Philipe Reutter.
Philipe Reutter, copiloto del helicóptero que fue en rescate de Douglas Tompkins y los demás kayakistas relató con detalles cómo fue ese ultra tenso momento en que se enteró del accidente en las aguas del Lago General Carrera y los instantes siguientes en que debió prestarles ayuda.
Añadió que “no teníamos mayor información, no sabíamos qué tipo de accidente era, sólo que andaban en kayak. Entonces, me vestí con un arnés, un salvavidas y pusimos una cuerda, de esas para bollas redondas que usan en los botes, y partimos”.
El profesional reconoció que al comienzo creían que se trataba de algo menor, por lo que al llegar al lugar de los hechos constataron que debían realizar maniobras más complejas para lograr el objetivo.
“En un principio pensamos que estaban en la playa, con los kayaks varados. Pero cuando los encontramos, la situación era desesperante. Estaban todos desparramados, porque las olas los había separado. Cuando tratamos de aterrizar, algunos, que ya habían logrado salir, me hicieron señas de que todavía había dos personas en el agua. El lago era como un mar furioso. Mucho viento, mucho oleaje. Los vimos, sobrevolamos y ahí estaba uno de ellos, aún a bordo de su kayak, sujetando a Douglas Tompkins, en el agua”.
El copiloto aclaró que en ese momento no pudieron subirlos ya que la máquina no tenía las herramientas necesarias para concretarlo. En esa línea explicó que “una persona no puede subir cargando a otra que está mojada. Así que lo que hicimos fue arrastrarlos. El kayakista agarró el salvavidas y la cuerda con una mano y con la otra mantenía a Douglas. Durante casi 45 minutos los arrastramos hacia una orilla, porque teníamos que ir muy lento, para que no se dieran vuelta con el enorme oleaje”.
Ya cuando logró que estuvieran a unos cinco metros de la orilla, saltó para ayudarlos a salir del agua, puesto que el helicóptero no podía acercarse más.
“fue terrible. Muchas veces pensé que nosotros también íbamos a caer al agua, porque las olas subían y bajan, y teníamos que mantenernos a muy poca distancia, ya que llevábamos una cuerda corta, y sólo como una tincada. No es que el helicóptero estuviese equipado para esto, no es su trabajo. Además, para que la cuerda no se enredara con el motor de cola la mantuvimos corta”, recordó con angustia.