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Poder

6 de Septiembre de 2016

El pirata chileno más buscado por Hollywood

Manuel Maureira vive en Curicó y hasta enero de este año era una de las mayores amenazas para la industria del cine estadounidense. En septiembre de 2014, Disney, Universal Studios y Warner Bros, lo denunciaron ante la PDI por administrar un servidor en Europa, desde donde intercambiaba películas piratas. Lo detuvieron con un abultado videoclub virtual por el cual cobraba 50 dólares mensuales a sus suscriptores. La mayoría de ellos eran piratas que se dedicaban a vender DVDs en las calles de distintas ciudades de Latinoamérica. Lo acusaron de ser el líder de una asociación internacional, pero él se defiende: “No conozco a toda la gente con la que me vinculan y tampoco soy la cabeza de una organización”, explica. Hoy vende tortas y pasteles en su ciudad.

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Cuando Manuel Maureira vio entrar a su esposa en la pieza, tan temprano en la mañana, supo inmediatamente que la policía venía por él. Segundos antes, aturdido aún por el sueño, había escuchado a los funcionarios golpear incesantemente la puerta de su casa y luego presentarse. Había imaginado muchas veces que ese momento llegaría, pero nunca que estaría en piyama cuando ocurriera.

-Te buscan los detectives –le dijo ella con cara de espanto.

Manuel salió a recibirlos tal como estaba y reconoció todo sin que nadie le preguntara nada: que durante varios años se había dedicado a piratear películas en internet. Se puso frente a un notebook y les mostró cómo lo hacía. Les dijo que él recibía las cintas digitalizadas desde fuera del país y que luego éstas eran subidas a dos servidores que administraba en Estados Unidos y España, donde habían 310 filmes en formato Blue Ray y 1.500 en DVD. Por acceder a la nutrida videoteca cobraba una membresía de 50 dólares mensuales. Tenía 59 clientes repartidos entre Chile, México, Puerto Rico, Ecuador, Brasil, Perú, Filipinas y España. Todo, desde su casa en una villa de Curicó, en la Séptima Región.

Hasta entonces, la Brigada de Propiedad Intelectual de la PDI, acostumbrada a desbaratar laboratorios con miles de discos copiados y decenas de grabadores, nunca antes había estado frente a tal nivel de sofisticación. Negocio que lo encumbró como el pirata número uno de Latinoamérica y el líder de una red internacional. Detrás de su denuncia estaba la Motion Picture Association of America (MPAA), agrupación gremial que tiene entre sus miembros a las poderosas compañías Disney, Paramount, Sony, Fox, Universal Studios y Warner Bros. Es decir, a Maureira lo estaba demandando Hollywood.

El 11 de enero de este año, cuando los detectives lo trasladaron al cuartel de la comuna y luego lo hicieron posar frente a los medios de comunicación que habían llegado tarde a la cobertura, el fiscal a cargo de la investigación salió a explicar las particularidades del caso.

-Es como un Netflix, pero pirata –les dijo a los periodistas.

La historia no era tan así.

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JOSÉ MOLESTO

Lectura de foto: Avisos que Manuel Maureira ponía en su Facebook para promocionar las películas que pirateaba

Manuel Maureira sorbetea una Coca Cola en una fuente de soda de Curicó. Tiene 36 años, la cara redonda, un metro ochenta de estatura, y 135 kilos de peso, ocho menos que cuando lo pillaron. Antes, cuando se pasaba gran parte del día sentado frente al computador vendiendo cuentas para acceder a películas piratas, había engordado hasta la morbidez.

-Llegué a subir 45 kilos, por el sedentarismo.

Maureira llegó a la piratería por la informática. Estudió esa carrera en el Instituto La Araucana, pero se salió al quinto semestre para entrar a trabajar. De aquella época son las primeras películas regrabadas que compró y que luego comenzó a intercambiar. Le gustaba todo tipo de cine, especialmente las de ciencia ficción, por los efectos especiales, y cada vez que se conseguía un nuevo estreno, recuerda, le sacaba una copia para agregarla a su colección. Soñaba con una pared tapizada en DVDs, llegó a tener casi tres mil, pero pensó que era peligroso mantenerlos en la casa y los regaló.

Para cuando eso ocurrió, internet se estaba convirtiendo en una de las principales amenazas de la industria. Ya no se necesitaban discos, ni grabadores, ni ir hasta el persa para acceder a las producciones. Tampoco se precisaba de dinero. La piratería aumentó exponencialmente con el aumento de la velocidad de descarga y los foros se convirtieron en los principales canales de distribución.

-Yo empecé a subir las películas a Chile Comparte y la idea siempre fue el intercambio: pasaba una y me daban otra. De a poco me fui haciendo conocido –recuerda.

Pero hacerse conocido en la web por estas cosas requiere de una identidad. No cualquiera, ni menos la verdadera. Digámoslo así: como la piratería es un delito, en internet Manuel no podía ser Manuel. A falta de un nombre, se inventó dos. El primer nickname que se puso fue Thunder, trueno en español. El seudónimo nació mientras buscaba en Google una imagen de Flash y se quedó pensando en el símbolo que aparece en su traje. La segunda, luego de una extraña asociación: José Molesto.

-José, porque es uno de los nombres más comunes en Chile y Molesto, porque todos mis amigos de internet decían que yo tenía mal genio, que siempre estaba molesto por algo –explica.

En su vida real, él era un padre de dos hijas que vivía con su esposa y que durante el día tenía una tienda donde arreglaba computadores. En la noche, la gente lo llamaba Thunder o simplemente José. Maureira comenzó a tener más éxito en la red que en la propia ciudad donde vivía. En Curicó, apenas lo conocían sus cercanos, pero en los foros se estaba convirtiendo en un compulsivo coleccionador de películas. Eso le trajo una inusitada fama entre quienes se dedicaban a la venta de discos piratas en la calle. Uno de ellos, un mexicano que administraba un sitio de descarga a través de un servidor FTP -que en su sigla en inglés significa File Transfer Protocol- en el que varias personas intercambiaban archivos sin restricciones. Allí, Manuel tenía un usuario, una clave y manejaba el contenido a su antojo. Con tanta dedicación, que cuando el mexicano se retiró del negocio, él quedó a cargo. Ahí decidió bautizar el sitio como su primer apodo: Thunder.

Thunder FTP se convirtió en aquella pared con películas piratas que siempre había soñado tener. Mejor aún. Como nadie sabía su identidad –pensaba- la web era el sitio ideal para acumularlas. Mantener los servidores, sin embargo, se había transformado en un problema. Cada mes se le hacía difícil pagar los costos para que la plataforma estuviera activa. Conflicto que simplemente dejó en manos del mercado. Como el material que tenía era muy cotizado, comenzó a cobrar mensualmente por una suscripción, y dejó abierta la posibilidad para que los colaboradores que aportaran con una cantidad de películas al mes, pudieran disponer de los archivos sin necesidad de pagar.

Al poco tiempo, se hizo un perfil en Facebook bajo el nombre de José Molesto. Descubrió que la clave para ganar dinero estaba en el marketing, que mientras más gente supiera del sitio, más suscripciones vendería. Su primer posteo lo escribió el 18 de febrero de 2014: “Hércules 3D. Exclusiva TS-HQ SUB. Dale me gusta o comparte, y participa en el sorteo de un mes de FTP 100% free”.

Manuel comenzó a tener más amigos en esa cuenta, que en la que tenía registrada con su nombre de pila.

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LA DENUNCIA

En septiembre de 2012, Aldo Herrera, uno de los amigos virtuales de Manuel, desapareció intempestivamente de la red durante algunas semanas. En la web comenzó a especularse que Serox, como era apodado, había sido detenido por la policía en Ciudad de México, bajo los cargos de distribuidor de películas piratas. A las pocas semanas, cuando recuperó su libertad, lo primero que hizo fue ponerse en contacto con Maureira: “Estás en la lista, te están buscando”, le advirtió.

Manuel pensó que el mensaje era una broma para asustarlo. Más que mal –recuerda-, Serox siempre le había tenido cierta envidia. Pero estaba equivocado. El dato no sólo era correcto, sino que su detención era la tercera de una lista que la Motion Picture Association of America había configurado con los nombres de los piratas más buscados de Latinoamérica. Desde fines de 2009, que un equipo interno de la MPAA venía siguiendo los pasos de la red. Mismos investigadores que habían estado detrás de la detención del ecuatoriano Jimmy Veintimilla, en junio de 2010, y del mexicano David Morales, en marzo de 2012. En todas las causas, José Molesto o Thunder, como hasta esa fecha se le conocía, era el punto en común.

Desde su casa en Curicó, comenzó a transformarse en un personaje incómodo para Hollywood. Su nickname aparecía vinculado a la mayoría de las copias piratas de los estrenos que circulaban en la web. Cientos de millones de dólares que las compañías perdían con cada lanzamiento que era grabado desde el cine, copia que en jerga técnica los piratas llamaban como cam.

El cam no es más que una abreviación del camcording, la peor calidad a la que una película pirata puede optar, pero la primera versión en aparecer luego de un estreno. Es la clásica copia que mezcla la producción audiovisual original con las sombras y risas de los espectadores que están en la sala. Un formato que la MPAA comenzó a combatir con fuerza desde hace algunos años y que tiene entre sus grandes aliados a los cines, estableciendo alianzas con ellos y capacitando a sus funcionarios para que sepan detectar a los posibles piratas. Según datos de la Asociación, en este año, se han detenido infraganti a grabadores de Bolivia, Ecuador, Brasil y México.

-De todas las formas de reproducción ilícita, el camcording tal vez es la más perversa, porque infringe un daño no solamente al productor del contenido, sino también a toda la cadena de exhibición cinematográfica, que tienen que competir con la misma película disponible online o en las calles, muchas veces por una fracción del precio –explica Ygor Valerio, jefe jurídico y de protección de contenidos para Latinoamérica de la MPAA.

No existen cifras claras sobre las pérdidas que genera la piratería. Además de ser un mercado informal, hay quienes creen que no necesariamente cada descarga ilegal genera un detrimento económico. Ninguno de los estudios considera otros factores. Por ejemplo, no se sabe cuántos consumidores nunca van al cine y cuántos lo hacen con frecuencia, por lo que no sería posible estimar que cada copia descargada sea una merma económica en sí misma. Pese a eso, informes de la MPAA han establecido que sus asociados pierden cerca de US$ 1.500 millones por año, versus los US$38.000 millones que recaudaron el año pasado por la exhibición de las 708 películas que se estrenaron. En el 2005, los números fueron peores. Según el estudio “El coste de la piratería”, ese año las pérdidas superaron los US$ 6.000 millones.

-El cálculo de pérdidas es dificultoso. Preferimos siempre hablar de datos primarios. Por ejemplo, los 50 mayores sitios de piratería online dedicados al mercado latinoamericano, recibieron, de acuerdo a datos obtenidos de la plataforma de Analyticis Similarweb, 2.5 billones de visitas originadas en Chile, Colombia, Argentina, Perú y México, lo que equivale al 10% de todas las visitas hechas a Google en los mismos territorios –agrega el representante de la MPAA.

Fue el propio Ygor Valerio quien, en contacto con el estudio D y P Abogados, al mando de José Ignacio Figueroa, se hizo parte de la primera denuncia del organismo en Chile. El 2 de septiembre de 2014 interpusieron una querella en la Fiscalía Centro Norte, en contra del usuario detrás de los apodos Thunder y José Molesto. Adjuntaron un informe de 39 páginas donde explicaron el modo de operar e identificaron a cada uno de los miembros que tenían acceso al servidor. Un grupo que en su mayoría estaba compuesto por vendedores de películas, que ponían a la venta en DVD gran parte del contenido que Maureira distribuía a través de su web. La investigación incluía una lista de más de 45 películas truchas que habían salido al mercado al mismo tiempo que en el cine: Gravity, Carry, Los juegos del hambre, El Hobbit, 300, Need for Speed, entre otras.

LA RED

Una semana después que la MPAA aterrizara en Chile para ir tras él, Maureira dio un nuevo golpe contra la industria. En su Facebook anunció que ya estaba disponible la película de Cantinflas, una versión cam que tenía la gran particularidad de estar grabada en HD, y que hasta esa fecha sólo había sido estrenada en Estados Unidos. La copia circuló por toda Latinoamérica antes que el 18 de septiembre recién se estrenara en México. Pese a eso, el film recaudó cerca de 4,5 millones de dólares en su primer fin de semana.

Ser el primero en subir una película a la web comenzó a darle grandes satisfacciones personales a Manuel.
-Buscaba reconocimiento, ser el mejor. Lo hacía por el ego. Hay gente que saca primero y hay otros que sacan calidad. Yo buscaba el equilibrio –explica.

Y ser bueno –según lo había entendido él- era estar siempre disponible y actualizado. A tal punto, que la fiesta de Año Nuevo de 2014 la pasó conectado: “Equipo Thunder ya trabajando al 100% 24X7 como siempre”, publicó en su Facebook a las 1:32 de la madrugada del primero de enero, presagio de lo que ocurriría durante todo el 2015. Por ‘equipo’, se refería a su grupo de amigos virtuales de otros países que habitualmente lo estaban ayudando a subir las películas. Aquel año, Manuel estableció una rutina de trabajo nocturno inflexible. Daba lo mismo si estaba de vacaciones o si al otro día había que levantarse temprano, él siempre estaba conectado, vendiendo membresías y ofreciendo nuevas descargas: Los Vengadores 2, Dragon Ball Z, Intensamente, Los Minions, y Ted 2, entre otras. Todas estrenadas y pirateadas ese mismo año.

De las diez películas más descargadas ilegalmente de todo el 2015, Maureira las tuvo todas. A fines de diciembre, la compañía Excipio, unos consultores que ayudan a las empresas a organizar sus nubes virtuales, dio a conocer la lista de aquellas copias. Una de ellas fue Jurassic World, de la compañía Universal, con casi 37 millones de descargas y que fue estrenada el 9 de junio en Hollywood. Tres días después, en el servidor de Thunder estaba disponible una versión en DVD Custom con audio latino. Es decir, una copia que los propios ayudantes de Manuel habían construido: tomaron la imagen de un lado, el audio de otro, e hicieron un menú de navegación a su gusto.
-Nosotros mejorábamos las versiones. Por ejemplo, conseguíamos las imágenes de las copias que circulaban en Rusia y les poníamos un audio latino grabado en Puerto Rico. Luego cuadrábamos las partes y la subíamos –detalla.
En el submundo pirata, las copias rusas son una de las mejores en calidad, aunque sean grabadas del cine. A la ausencia de leyes duras que desincentiven estas prácticas, se suma que después de cada estreno, los rusos lanzan un DVD llamado R5, de menor calidad que las que se exhiben en sala, pero mucho mejor que el formato cam. Material que rápidamente queda disponible en todo el mundo a tan solo un clic. Maureira explica que en la web uno encuentra desde personas que por 200 dólares entran a un cine a grabar, hasta otros que por 50 arman subtítulos en un generador de caracteres. Cuando él no conseguía esa exclusividad, siempre encontraba alguien disponible para comprar en la calle, del país que fuera, la copia ya pirateada. Es decir, si no podía ser el primero, Manuel pirateaba a los piratas, y luego hacía creer a todos que él la había conseguido antes.

-Nunca le compre a un cam directo. Esto es pura ingeniería social. La mayoría las conseguían mis amigos en la calle, pero decíamos que éramos los primeros. Ese fue mi error. Hubo un tiempo en que comencé a marcar las copias con mi nickname y por eso creo que me pillaron –agrega.

Estaba en lo cierto. Desde hacía mucho tiempo que un investigador de la MPAA se había hecho pasar por comprador para infiltrarse en su red de contactos. La PDI también estaba tras él. Aunque tenían su dirección IP y todas sus cuentas virtuales, la Brigada de Propiedad Intelectual se demoró 16 meses en encontrarlo. Primero supieron que vivía en Curicó, luego que tenía una tienda en un local comercial, y así llegaron hasta su domicilio en enero pasado. Lo pillaron con un computador donde estaban registrados los movimientos de dos servidores que tenía contratado fuera de Chile, y que en total tenían 32 terabyte de espacio. Allí estaban los 1.810 filmes piratas.
En los meses previos a su detención, subir películas se había transformado en una especie de vicio. Lo que diez años antes había empezado como un hobby, ahora prácticamente no lo dejaba dormir. Se pasaba largas jornadas revisando trailer, buscando estrenos, armando nuevas copias, y promocionando membresías. Entre el primero de diciembre y la primera quincena de enero de 2015, cuando lo detuvieron, subió 53 películas. Entre ellas Star Wars Episodio VII y Punto de Quiebre, del director Ericson Core. Parece anecdótico, pero ésta fue la última película que promocionó antes de irse preso: “Lista hace un par de horas. Exclusividad absoluta como siempre. Puede ser que en unos días veas en otro FTP, pero aquí lo bueno es siempre primero”, escribió en su muro el 11 de enero pasado.

PASTELERO

La detención de Manuel Maureira no sólo puso a la Brigada de Propiedad Intelectual frente a un nuevo tipo de pirateo, sino que además le valió un reconocimiento de la MPAA por la labor cumplida en la defensa de la propiedad intelectual. En marzo pasado, Ygor Valero viajó desde Brasil para participar de una ceremonia privada en la PDI, donde entregó un galvano a los detectives que esclarecieron el caso. Un rollo de cinta dorado con el logo de la Asociación en el centro, adosado a una madera y sobre una placa grabada que decía: “En reconocimiento a su excepcional dedicación, compromiso inquebrantable, y logros excepcionales en la realización de investigaciones para prevenir el robo de propiedad intelectual de películas y programas de televisión”.

En la PDI reconocen que el negocio de la piratería está mutando hacia modelos más sofisticados como los de descarga o en los que se pueden ver online. Las cifras de incautaciones de discos de este año hablan de eso. Si antes la productividad era medida en la cantidad de copias que se sacaban de circulación, el tema ahora es mucho más complejo de detectar. En los primeros ocho meses del 2016, se han realizado seis procedimientos y apenas se han decomisado 29 mil DVDs, número infinitamente menor a los 166 mil que hubo en el 2014 y los 179 mil del año pasado.
-El 25 de agosto se estrenó en Chile la película Argentino QL y un día después alguien subió un archivo al sitio piratetorrents.net, con la película grabada ilegalmente en una sala de cine. ¿Qué hace el productor, el distribuidor, y el exhibidor que la tiene en cartelera para recobrar sus inversiones? -se pregunta Ygor Valerio.
El caso de Manuel es emblemático por eso. En la MPAA ven su causa como una respuesta judicial a una práctica en constante mutación. Un triunfo en el que además buscan una condena ejemplificadora, que tal vez no ocurra. En el mejor de los casos, Maureira cree que por su irreprochable conducta anterior y la cooperación que ha tenido, arriesga un procedimiento abreviado. En lo que va del año, ha asistido a tres audiencias, la última ocurrida la semana pasada, cuando el abogado de la defensoría penal que lo representa pidió el cierre de la investigación por segunda vez, pero los abogados de las compañías nuevamente se opusieron. Los representantes están a la espera que se levante el secreto bancario de su cuenta y de otras pericias que aún no están listas. En aquella sesión, el juez otorgó 40 días más, pero advirtió que si no estaban los antecedentes no habría más plazo.

Manuel ha aceptado los cargos, pero discrepa del apodo del ‘pirata más grande de Latinoamérica’. Él –dice- no dirigió ninguna red.

-No conozco a toda la gente con la que me vinculan y tampoco soy la cabeza de una organización, ni el más grande de Latinoamérica. Al día siguiente que caí yo, pillaron una organización brasileña con 18 mil discos. El que gana plata es el que vende en la calle, al detalle –cuenta.

En su defensa, Manuel busca establecer que el dinero obtenido por el delito no ha sido sustancial. Cree que si le explica a los jueces cómo vive, ellos podrán entender que no se hizo millonario como algunos creen.

-Yo pagaba todos los meses 750 dólares por el arriendo de los servidores y a veces me quedaban excedentes, pero la mayor parte del tiempo faltaba dinero. No veo el enriquecimiento. No tengo casa propia y ando en un furgón chino –agrega.

El vehículo del que habla, sin embargo, ni siquiera le pertenece. En su parte frontal y lateral lleva pegado un sticker de una torta y el nombre de la pastelería que su esposa tiene. Desde que dejó de piratear películas, Manuel ha pasado gran parte de sus días ayudándola a repartir los pasteles y dulces que le mandan a hacer. También aprendió a hornear pie de limón y a decorar bizcochos.

-La detención fue un alivio. El pirateo me dejo con hipertensión y prediabetes, pero ahora he dormido bien y no siento esa necesidad de conectarme que me daba antes. Subir películas se había transformado en un vicio. Yo pensaba que nunca iba a salir de esto –explica.

Sus exclientes aún lo recuerdan en su Facebook: “Ojalá recupere su libertad pronto”, escribió un usuario de Guatemala hace algunos meses.

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