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Nacional

26 de Abril de 2010

Chilevisión, la roca en el zapato de Piñera

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• Nombró a director de TVN siendo dueño de un canal de TV

POR JORGE ROJAS G. • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES
Lleva diciendo que va a separar la política de los negocios desde el 2005, cuando perdió las elecciones presidenciales con la ex presidenta Bachelet, pero parece que 5 años no han sido suficientes. Hoy, Piñera tiene un gran problema: acaba de nombrar al presidente de TVN, debe mandar proyectos clave en materia televisiva y aún no vende su canal de TV, una clara muestra de cómo los conflictos de intereses van a comenzar a poner en duda la confianza en la nueva administración. Esté reportaje, publicado hace una semana en la edición de papel, es anterior a que circulara la reciente versión sobre una posible venta del canal al conglomerado Teléfonica por el inesperado precio de U$160 millones.
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Si hay algo que a estas alturas cruza transversalmente al gobierno de Sebastián Piñera es el conflicto de interés. Primero la lupa estuvo puesta en el 11,3% de acciones de Lan que el presidente poseyó hasta el 24 de marzo; después en los negocios de sus ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores, y hoy el foco alumbra a Chilevisión, el canal de TV del que Piñera es dueño y que compró en abril de 2005 en US$24 millones y que hoy -según expertos- está tasado en más de US$80 millones.
Si bien el tema de la propiedad de Lan era importante de resolver cuanto antes, porque al Presidente se le achacaba que había faltado a una promesa de campaña y que la no venta podría provocar en el futuro un conflicto de interés, en el caso de Chilevisión la cosa es distinta y más grave, porque los conflictos de intereses ya se materializaron. Ocurrió con la nominación del nuevo director de TVN, el empresario Leonidas Montes, que Sebastián Piñera hizo un día antes de iniciar su gira internacional por Argentina, Brasil y Estados Unidos. En términos simples: el dueño de Chilevisión nombró al director de TVN. Y de paso entró en colisión con el artículo número 12 de la ley 19.880 de Procedimientos Administrativos, que dice que es causal de abstención de actos administrativos el “tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada directamente en el asunto, o haberle prestado en los dos últimos años servicios profesionales de cualquier tipo y en cualquier circunstancia o lugar”. El problema es que -en este callejón sin salida- a Piñera le fue imposible abstenerse, porque si lo hacía nadie podía nombrar al director de TVN, como señala la ley de la estación estatal.
Tanto ha escalado el conflicto que Piñera tiene con Chilevisión que hoy nadie sabe a ciencia cierta en qué está pensando el Presidente. Él mismo ha sido confuso y contradictorio en sus declaraciones: primero dijo que iba a dejarlo en manos de una fundación, luego que vendería y ahora último que no hay ninguna ley que le impida ser dueño de un canal de TV. Son estas equívocas señales las que han provocado incluso que ya ni en la Coalición por el Cambio el Presidente encuentre fieles que le presten ropa pues hoy todos creen que la mejor solución es vender. Algo que pone muy mal a Piñera.

LA FUNDACIÓN

La idea de traspasar Chilevisión a una fundación lleva tiempo madurando en la cabeza del Presidente. Comenzó a trabajarla durante la campaña y a concretarla días después de resultar electo. Así quedó constancia en el decreto exento 415 del departamento de personas jurídicas del Ministerio de Justicia, cuando el 22 de enero pasado se dio luz verde a la modificación de los estatutos y del nombre de la “Fundación Futuro”, que desde ese momento pasó a llamarse “Fundación Cultura y Sociedad”.
Según se desprende de la escritura, los nuevos estatutos le dan a Sebastián Piñera el traje a la medida para que el traspaso de Chilevisión no sea un desprendimiento total del canal y le asegura una influencia directa e indirecta sobre quienes estarán a cargo de administrar la estación televisiva. Lo que, ciertamente, no soluciona los conflictos de interés.
Ejemplos del control que tendría el Presidente sobre la fundación hay varios. El artículo quinto dice que la Fundación tendrá un directorio de cinco miembros que será integrado por su fundador (Sebastián Piñera) o quien lo reemplace, que según el artículo vigésimo noveno debería ser un familiar directo como su esposa Cecilia Morel, su hermana Magdalena Piñera o sus hijos Magdalena María, Juan Sebastián, María Cecilia o Cristóbal. A él se suman cuatro personas más nombradas por el propio fundador, quien además decide si los directores siguen o no en el cargo.
Hay otra cosa que llama la atención en los estatutos: basta con que tres directores estén de acuerdo para declarar la inhabilidad física o moral de un director. Cosa que no garantiza la pluralidad con la que el presidente quiere investir al canal.
Es más, sólo el hecho de que sea el propio Piñera quien deba nombrar a los administradores de la fundación le quita toda credibilidad a que esa es la mejor fórmula para acabar con los conflictos de interés.
-El problema es que mientras Piñera sea dueño directamente o indirectamente a través de una fundación que él controla, se genera un conflicto inevitable de interés, porque él tiene que nombrar al presidente de TVN, al presidente del Consejo Nacional de TV (CNTV) y, lo más serio de todo, tiene que presentar el proyecto de ley para generar el nuevo modelo de negocio de TV. En ese punto se juega todo, quiénes ganan y quiénes pierden, y eso es incompatible con el hecho de que el dueño de un canal es quien va a presentar esa legislación -dice José Joaquín Brunner, ex director de Chilevisión y ex presidente del CNTV.
La misma opinión tiene el senador DC Andrés Zaldívar, quien al cierre de esta edición había anunciado que pediría un congelamiento en el nombramiento de los directores de TVN y del CNTV hasta no llegar a un acuerdo con el gobierno para zanjar el tema de la propiedad de Chilevisión.
-Hasta el momento no se ve una voluntad de solucionar este problema y ni siquiera el Presidente sabe bien por qué camino va a salir. Si el directorio de la fundación está nombrado por él y todos dependen de él, directa o indirectamente, la fundación no es ninguna garantía y no elimina el conflicto de interés -critica.
Para algunos como José Joaquín Brünner, acá se ha confundido el foco del conflicto. Dice que el tema no tiene que ver con la concentración de medios que pueda tener el Presidente siendo dueño de Chilevisión y nombrando a los directores de TVN, sino que el problema real está en el conflicto de interés que puede generar un traspaso, incluso porque después de cuatro años Piñera puede volver a ser el dueño de Chilevisión. Por eso es que para Andrés Zaldívar la dilatación de la venta puede ser grave y la cosa puede terminar muy mal.
-Acá se puede producir un juicio político si es que las decisiones que toma Sebastián Piñera benefician sus intereses. Imagínate lo que significa que un presidente sea sometido a un juicio político. Ahora, yo creo que no se va a llegar a eso porque sería exacerbar la situación -concluye.

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