Los medios se cuadran en etapa crítica de huelga mapuche

Por Luis Cuello / LA OTRA PRENSA
Si algún extranjero viera un noticiero televisivo chileno en estos días, no comprendería nada. En unas horas más, se cumplirán 80 días de huelga de hambre de 35 presos políticos mapuche. Se realizan intensas gestiones para lograr una solución al conflicto, se internacionaliza, se radicalizan las posiciones de la derecha más conservadora, por referir sólo algunos de los hechos que giran en torno a la huelga que vive sus horas más críticas.

La televisión vive su realidad virtual, su fantasía. Teletrece de esta noche no mencionó el tema en sus titulares y apenas dedicó un minuto para enunciar un par de hechos. 24 Horas, de TVN concedió dos minutos de su tiempo.

¿NO SE SUBAN POR EL CHORRO?

Es un tema secundario, una noticia más. Sin embargo, la información tiene una sola dirección: los mapuche rechazaron la oferta del gobierno debido a su “intransigencia“. Se pretende grabar a fuego que los huelguistas se están excediendo en sus peticiones, que se pasaron de listos.

La receta es sencilla. Borrar la argumentación, la cuestión discutida. Pues lo cierto es que la oferta del gobierno no resuelve el problema, y sólo consiste en desistirse de cuatro querellas, sin hacerse cargo de las tres demandas principales de los mapuche.

Por lo tanto, el resultado del diálogo no satisfacía mínimos requerimientos relacionados con la aplicación de la ley antiterrorista. Pero el libreto dice que están pidiendo demasiado.

Ante un conflicto de esta complejidad, los relatos que llegan a circular son decisivos. Si se cierra toda posibilidad a un debate abierto, la manipulación de la realidad resulta eficaz.

Durante la etapa final de la llamada revolución de los pinguinos, en 2006, la prensa tomó medidas activas para deslegitimar el movimiento estudiantil. La expresión más grotesca de aquel episodio fue la portada de Las Últimas Noticias que rezaba: “Cabros, no se suban por el chorro”.

Hoy, bajo otro escenario, donde existen vidas en juego, los medios vuelven a cuadrarse con la posición oficialista y niegan a la población el derecho a recibir información completa.
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