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Opinión

11 de Octubre de 2010

Desde el plantón

Por

Lunes 11 de Octubre, 13 hrs.

La mina San José se ha convertido en el lugar ideal para cualquiera que quiera irse de tesis respecto al periodismo, los medios de comunicación y su sentido último. No queda piedra sin entrevistar y sólo hay espacio para los chismes y la trastienda de la trastienda. Los periodistas chinos, el constructor de tarimas, el payaso Rolly, la escuelita de Lavín, los canutos que no fallan y quién tiene la motorhome más grande. Los que gozamos con esas miserias estamos felices, porque el paisaje es infinito. Entre los más serios cunde la preocupación, pues se expande la voz de que hay que pagar una alta suma en euros para conseguir “una verdad”. Las declaraciones de expertos en seguridad, personal médico e ingenieros son gratis pero tienen poca gracia. También grabar al payaso o entrevistar a los del carrito de Tierra Amarilla que regalan churrascos de pescado al final de la tarde. Recién retiraron la perforadora y a cambio llegó “la bandera del terremoto”, que ya no debe dar más de hoyos. Esas se supone que son noticias pero las tienen todos. El asunto es asegurarse a través de las familias con un minero rescatado y tener una exclusiva para contar de aquí hasta que se acabe la semana. Y para los que no transitan por esa senda, averiguar cuanta plata corre en este casual y bullente mercado.

El campamento que se ha armado alrededor de la mina se configura de la siguiente manera. En las proximidades de la barrera que separa la perforación de la prensa, familias de los 33 y extras está la “calle principal”. Allí se instalaron los canales grandes con sets construidos sobre febles empalizadas, Iván Valenzuela, Cony Santa María, Rafa Cavada, la CNN y el piño de corresponsales extranjeros a la espera de algo. También hay familiares con pancartas y animitas, centro de prensa, un comedor, un escenario, la escuelita de Lavín, el carrito que regala los sandwiches y otras instalaciones de difícil detalle. A espaldas de este verdadero centro, detrás de una lomita, está el barrio tranquilo, repleto de motorhomes, baños químicos y choferes durmiendo en sus van. En este sector el ambiente es cordial, nadie parece muy alterado por dar un golpe noticioso y somos vecinos de la colosal motorhome de Univisión donde descansa Don Francisco, lo que garantiza el status de nuestra ubicación.
Quienes gozan con los fierros, acá tienen un paraíso entre sistemas de transmisión satelital, islas de edición portátiles, generadores de electricidad y cámaras de foto y video –ahora son lo mismo- de última generación. De estas últimas, la reina es la Canon 5D Mark 2 con lentes para cine. También hay unas Panasonic P2 de estudio y yo me defiendo con mi ultra portátil Lumix GF-1 con lente 1.7 ultraluminoso Leica. Tonteras que no le interesan a nadie, salvo a los que matamos el tiempo aquí a la espera de que suceda algo interesante.

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#33 mineros#mina san josé

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