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Poder

2 de Junio de 2011

Adimark y la factura al Ministro Hinzpeter

La caída de la aprobación del Gobierno, y del propio presidente Piñera, en la encuesta Adimark era una consecuencia previsible en La Moneda después de un mes cargado de protestas contra el proyecto Hidroaysén, movilizaciones estudiantiles y promesas truncas como el caso de la efímera extensión del posnatal y la eliminación del cobro del 7 […]

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La caída de la aprobación del Gobierno, y del propio presidente Piñera, en la encuesta Adimark era una consecuencia previsible en La Moneda después de un mes cargado de protestas contra el proyecto Hidroaysén, movilizaciones estudiantiles y promesas truncas como el caso de la efímera extensión del posnatal y la eliminación del cobro del 7 por ciento de cotización a los jubilados.

Pero la caída previsible no tenía las dimensiones del tropezón que finalmente arrojó la medición, con una baja de cinco puntos en el nivel de aprobación del mandatario al magro 36 por ciento.

Por esto la noticia fue una bomba en el interior de La Moneda y cuya explosión amenaza con desmembrar una Coalición por el Cambio que cada vez más se parece a un matrimonio por conveniencia que comienza a desmoronarse.

Primero vinieron las lecturas del efecto Hidroaysén. Elucubrados análisis llenaron los tabloides y programas radiales donde se habló de las consecuencias de la aprobación del proyecto hidroeléctrico y no faltó incluso quien habló de las culpas del Gobierno pasado.

Pero cuando la ola se retiró y las cifras de la encuesta mostraron que la evaluación del manejo de temas medioambientales sólo había retrocedido seis puntos porcentuales, aperecieron otros fantasmas como la visión sobre el manejo de la educación del ministro Joaquín Lavín, que se desplomó en 16 puntos y la evaluación del control a la delincuencia a cargo del jefe político de Piñera, Rodrigo Hinzpeter, que cayó en siete puntos.

Como buen matrimonio en crisis, las acusaciones de lado y lado no tardaron en aparecer en la familia RN-UDI. Esta última fue la primera en disparar oficializando su rechazo a la conducción política del Gobierno y acusando sin apuntar con el dedo a Hinzpeter.

Como lo ha sostenido el senador Pablo Longuiera y otros en el gremialismo, el problema está ahí, en el corazón de La Moneda.

Pare mire y escuche

En un comunicado presentado en una conferencia de prensa que pareció un evento sobre normas de tránsito, 21 diputados -al estilo Lavín cuando quería hacer llover en Las Condes- se presentaron ante la prensa acompañados de un disco pare.

Así, la mujer del matrimonio oficialista dejó en claro que no está de acuerdo en que el “gobierno centre su accionar en los temas que dividen a los partidos políticos”.

Una línea similar adoptó el vicepresidente de la tienda del presidente, José Manuel Ossandón, quien optó por la autocrítica y dirigió sus dardos de manera indirecta a Hinzpeter.

“Era lógico que el Gobierno bajara radicalmente en las encuestas. Se han cometido errores políticos graves, que han echado por tierra todo lo bueno de la agenda social. Casi la mayoría de los temas -desde el Magallanazo hasta el proyecto de Acuerdo de Vida en Común- han sido ‘balazos en los pies’, porque al final el Gobierno termina defendiéndose y cambiando todo sobre la marcha”, aseveró.

El diputado y vicepresidente de la UDI, Iván Moreira, aún con el sabor amargo de la encuesta en la boca, golpeó la mesa. “Esto ya dejó de ser un llamado de alerta y se transformó en un llamado de atención definitivo, para que el Presidente cambie el estilo de gobierno que está llevando adelante”.

Festín opositor

Al caído caerle, de esto bien sabe el gobierno, que durante 20 años pareció operar desde su sillín opositor con la calculadora en la mano, aprovechando cada error o falta de la Concertación para golpear.

Y este rol lo están aprendiendo los opositores de hoy: uno de los atributos del mandatario que históricamente han tenido un menor nivel de valoración es la credibilidad. El diputado DC Juan Carlos Latorre, explica que “la principal razón del descenso en las encuesta es porque el gobierno no es creíble”. En tanto, el diputado Rene Alinco, fue más allá: “esto demuestra una vez más el viejo adagio de que la mentira tiene patas cortas”.

Pero la crítica pasó a exigencia, como en el caso del presdiente de la DC, Ignacio Walker, quien declaró que el resultado de la encuesta amerita un cambio de gabinete. “Este gobierno ha fallado sistemáticamente por el lado de la conducción política”, declaró, poniendo un ladrillo más sobre la carga del titular de Interior.

El líder del PS, Osvaldo Andrade, fue más directo en su apreciación: “al gobierno le entró agua al bote. Este gobierno no tiene conducción, carece de liderazgo, el equipo político es una frustración”.

Cabe recordar que la Concertación tiene hoy un 65% de rechazo según la encuesta de Roberto Méndez.

¿Dificultades comunicacionales?

Los parlamentarios de la Alianza consultados por The Clinic Online no comparten la visión de una falta de credibilidad y sostienen que el descenso en las encuestas se debe más bien a un mal manejo comunicacional.

El diputado RN Alberto Cardemil sostiene que “hay una serie de medidas sociales espectaculares que han sido mal expuestas, porque existe un tema de eficacia comunicacional que hay que mejorar”.

El diputado UDI Felipe Ward explica que “hay un tema comunicacional que está influyendo en los números a la baja del gobierno”. Para el diputado UDI la gestión del gobierno ha sido buena, pero la percepción ciudadana es la que no está en sintonía con la gestión.

Pero la mala comunicación no es el único problema señalado por los parlamentarios oficialistas. Alberto Cardemil se atreve a hacer un análisis más profundo -muy profundo- que está relacionado con la naturaleza electoral misma de los Chilenos: “Yo creo que Chile es país es un muy izquierdista y por lo tanto, lo que haga un gobierno de centro derecha tiene que tener doble mérito para que se valore”.

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