“Muchos jóvenes que aman la literatura se decepcionan cada vez que leen un libro de la Isabel Allende”

Un libro amarillo hace la diferencia entre una editorial independiente y una masiva. O más bien: un libro amarillo, que Galo -ex vendedor de licores, ex fumigador, ex vendedor de tomates, ex cajero de un bar, agrónomo, poeta, director de la Editorial Cuneta, organizador de la Furia del Libro- saca de su bolso, muestra la distancia entre lo que puede publicar una editorial pequeña y una grande.

-Acá está este libro, “Sobre la ausencia”, de Carlos Droguett, que incluye una entrevista que se la hace Ignacio Ossa, un periodista chileno, en el año 75 y hablan de toda la situación que se está viviendo en el país en ese momento y la brutalidad con la que están llevando las cosas. Después Ignacio Ossa es asesinado, descuartizado, por las fuerzas militares, y Carlos Droguett escribe un cuento sobre eso. Ése es un tipo de libro que difícilmente estaría en el ranking de los más vendidos. Se da preferencia a las novelas de la Isabel Allende que son novelas completamente pensadas para vender. Me imagino que la Isabel Allende tiene un staff de gente que trabaja con ella a las que les pregunta: “A ver, qué puede interesarle al gran público lector”. Y le dicen: “Mira, de repente la vida de un adolescente que tiene relaciones por internet” y entonces ella va y escribe “El cuaderno de Maya”…

-Ahora hay escritores “importantes” que están publicando en editoriales chicas. Pasó con la Alejandra Costamagna en tu editorial, Cuneta, ¿por qué crees que pasa?

-Eso habla de la consecuencia de los autores. Y cuando nos encontramos con una editorial independiente con un compromiso, un compromiso. ¿Cómo puedo decir para que no suene tan así…? Bueno, comprometida.

.Jaja. ¿Pero a qué te refieres con comprometida?

-Bueno, con un compromiso con la cultura del país.

-No era tan terrible decir la cultura del país…

-Es que no era eso exactamente. Es que hay tipos de declaraciones que se malinterpretan po, entonces es una lata. Pero bueno. Cuando las editoriales independientes tienen un compromiso que es con el editor, con el lector y con el autor, que es entregar un libro bien hecho con un contenido que no se puede encontrar en otro lugar, y cuando hay escritores que son igual de comprometidos con eso, y que ya tienen un prestigio ganado como la Alejandra y que en verdad a ella no le interesa que su novela…a ver…cómo lo puedo decir.

–Relájate.
-Es que no quiero meter las patas. A ver. Es que a la Alejandra no es que no le interese publicar en una editorial grande, porque yo creo que sí le interesa. No es que apoye las editoriales independientes porque las editoriales independientes no necesitan necesariamente el apoyo de un autor importante para tener fuerza, pero yo creo que el fenómeno es que hay una concordancia: cuando un escritor quiere ser concordante con la situación que vive un país o la sociedad, y existe un movimiento de las editoriales independientes que está como alternativa a la sociedad hegemónica, entonces el escritor se sube al mismo carro.

-¿Por qué te da tanto susto hablar? ¿Te han hecho mucho bullying después de las entrevistas?

Galo sonríe.

-¿Pero porque salías en el Mercurio o por lo que decías?

-Yo creo que por un todo. Es que el medio es muy particular. Por ejemplo, cuando el Diego Zuñiga (autor de “Camanchaca”) hizo un artículo de las editoriales independientes, dijo: puta, escritores importantes quieren publicar en estas editoriales, como la pregunta que hacis tú, entonces ponía que gracias a eso las editoriales son conocidas ahora. Y la critica que se me hizo que tenían razón, es que en verdad las editoriales independientes meten bulla ahora por las iniciativas que hemos hecho, como la misma Furia.

-¿Ha sido muy distinta la relación con el Consejo de la Cultura ahora que está Piñera?

-Creo que está más o menos parecido, pero ahora salieron las bases del Fondo del Libro y está súper complicado postular.

-Por qué tanto…

-Para postular es necesario sí o sí concursar con el apoyo de una persona jurídica. Eso quiere decir que, por ejemplo, yo que soy editor independiente, que trabaja como persona natural, onda con factura, no califico porque tengo que tener una sociedad. Y el tema es que para constituir una sociedad aquí en Chile tenís que pagarle a un abogado trescientas lucas para que te haga una escritura, después tenís que pagarle al conservador de bienes raíces sesenta lucas por inscribir esa sociedad, y después cuarenta lucas al diario oficial para publicar esa hueá. O sea, tenís que meter altiro trescientas cincuenta lucas para armar una sociedad y eso para una editorial independiente es plata perdida, cachai. Y se va a reflejar en que muy pocos proyectos se van a presentar desde editoriales independientes

-¿Por qué crees que hicieron eso?

-Ahora todo está enfocado a que el asunto funcione como empresa. Y las personas que están haciendo libros, los editores independientes y muchos agentes del libro, no son empresas. Entonces, por supuesto, eso trae a veces dificultades porque cuando estamos hablando de la iniciativa de una, dos o tres personas donde ninguno es ingeniero comercial ni contador ni nada por supuesto que es más complicado.

-¿Has hablado con los otros editores de esto?

-He visto por Facebook que hay una deserción grande. Gente que dice: “no, no vamos a postular” y es lamentable, cachai, porque el hecho de que una persona cumpla con requisitos adminsitrativos no quiere decir que su proyecto sea verdaderamente bueno y de impacto, y en ese sentido el Consejo de la Cultura de cualquier país tiene que facilitar la tarea del editor porque son editores los que están presentando los proyectos, no son ingenieros comerciales. Pero ellos piensan que cada iniciativa editorial es una empresa.

-Es la volada de este gobierno.

-Sí. Y uno como editor se ve obligado a transar en muchos aspectos: a hacer iniciación de actividades, a sacar facturas, a dar boleta. Pero una cosa es transar hasta ese punto y otra cosa es convertirse en una empresa. Y ése es el paso que muchos editores no están dispuestos a dar.

-¿No han pensando organizarse?

-Tratamos de organizarnos pero es difícil porque, por ejemplo, para empezar, es muy difícil porque cada editor -y justamente ésa es la riqueza que tiene el asunto de la edición independiente- cada editor tiene su ideología propia. Entonces unificar eso es muy difícil. Yo diría que incluso imposible porque significa homogeneizar algo que de por sí es heterogéneo.

Y Galo vuelve al tema del principio. La diferencia entre las grandes y las pequeñas apuestas editoriales:

– Yo creo que hay muchos jóvenes que aman la literatura y que, por supuesto, se decepcionan cada vez que leen un libro de la Isabel Allende o de la Marcela Serrano y piensan que no hay otra cosa. Muchos dicen: “no la literatura chilena vale callampa” porque conocen eso, pero no han leído a Marcelo Mellado…

-La otra vez entrevisté a César Cabello y dijo que él pensaba que la poesía chilena era un remedo de poéticas más grandes. O sea, después de Lihn y Parra todos se pajean sobre eso…

-Qué hora es, jajaja.

-Já.

-Bueno. Es una declaración interesante la que hace César…

-Jaja, pareces comentarista deportivo.

-Es que sabís qué, yo creo que tiene un poco de razón, César. A mí algo que me molesta de la poesía chilena actual es que hay mucho Lihn, para empezar. Como que Lihn es una especie de divinidad. Es cierto que Lihn es un tremendo poeta pero yo siempre veo en esos intentos de emulación un intento solapado de pasar a ser parte del canon. Y eso no significa correr ningún riesgo.

Furia del Libro

15 y 16 de octubre en el Museo de Arte Contemporáneo, Parque Forestal.

Más información en: furialibro.blogspot.com