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Poder

14 de Diciembre de 2011

La Golbornización de Allamand

El ministro de Defensa se quiere reinventar. Con una agenda más relajada, cargada de pautas ciudadanas en que puede, por ejemplo, aparecer abrazando vecinas o condecorando niños, el antiguo miembro de la Patrulla Juvenil de RN está tratando de construir un personaje que mezcle su imagen de hombre duro con la cercanía y empatía que destella su Laurence Golborne su más posible rival en unas primarias de la derecha. Con este giro el hombre del desalojo espera, esta vez sí que sí, asegurarse el cupo para ser el hombre que compita por reemplazar a Piñera.

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Andrés Allamand abrió su semana con un cambio radical: sin corbata, con la camisa-uniforme del Ministerio de Defensa y muy distendido, inauguró en Viña del Mar la temporada de playas del verano junto a Virginia Reginatto, representantes de la Armada, rescatistas y vecinos.

En la playa Los Marineros, muy sonriente, el ministro parecía renacer: habló de las playas peligrosas, del autocuidado, conversó con la gente y premió a Joaquín Miranda Leiva, un niño de 11 años que se robó el show por ser el salvavidas más joven del país.

Atrás quedaban los aviones, las fragatas, los tanques leopard y casi-casi hasta la entrevista que había dado durante el fin de semana sobre las tensiones con los vecinos donde hablaba de los políticos en tercera persona, borrando con el codo sus más de 20 años de trayectoria.

Según fuentes de Renovación Nacional, la idea es simple: con una carrera presidencial en proceso, Allamand necesita construir un personaje que barnice su imagen de hombre duro con algo de empatía y cercanía. Alguien que un día pueda advertir a los países vecinos sobre cuán listo está el ejército chileno para defender las fronteras y al otro pueda entregar un reconocimiento a un niño salvavidas en una colorida actividad en la playa.

Desde que asumió en la cartera, Allamand centró su trabajo en temas militares y fronterizos, cuidando especialmente no hacer declaraciones sobre temas de otros ministerios. La única vez que se salió de esta pauta fue en agosto, cuando Piñera presentó en La Moneda el Acuerdo de Vida en Pareja, pues se trataba de un proyecto presentado cuando aún era Senador.

Incluso, algunos en RN explican que fue precisamente la línea militar la que fortaleció su imagen, especialmente en los episodios que enfrentaban al país a Perú y Bolivia.

“Nadie se fija que está subiendo todos los días en las encuestas con los problemas que le están generando los amigos peruanos y bolivianos”, dijo Alberto Cardemill en julio.

Pero está claro que la catapulta del ex miembro de la Patrulla Juvenil fue el accidente de Juan Fernández, donde se vio afectado especialmente por su cercanía con la tragedia: en el CASA 212 iba su cuñado Felipe Cubillos. La encuesta Adimark reflejó esto con un salto de 20 puntos porcentuales en su aprobación entre la ciudadanía a 78 por ciento, superando a Laurence Golborne, que hasta entonces se perfilaba como el más probable candidato de la Alianza para las presidenciales tras el rescate de los mineros. Curiosa casualidad: la popularidad de los dos presidenciables de la derecha se para sobre el manejo que dieron a dos catástrofes que conmocionaron al país.

Guatón copión

Precisamente el hecho de que este sea el posible contrincante en unas primarias motivó a Allamand a adoptar una línea más blanda, “pero siempre dentro de los temas que competen a su ministerio”, aclaran en RN.

Golborne, es bien sabido, tiene una cuenta de ahorros basada en su carisma. El Bachelet de la derecha, se dijo en su momento. Por esto, no es extraño que Allamand aparezca en plena Plaza de la Ciudadanía viendo cómo un grupo de karatecas se repartían patadas, participe en eventos de la Defensa Civil durante la peregrinación a Lo Vázquez o supervise en persona cómo se construye el nuevo satélite chileno.

“Son temas ciudadanos, que le interesan a más personas, que salen en Las Últimas Noticias y en La Cuarta, con los que el chileno medio se siente identificado”, reconocen desde su partido.

Con esto, el ministro de Defensa busca ablandar su imagen para poder socavar de alguna forma la figura de Golborne, el hombre que posa tocando guitarra en tapas de revistas como un rockstar y que se contrapone diametralmente a la suya, el ermitaño que prefiere -al menos mediáticamente- la travesía por el desierto.

Sin embargo, cercanos al ex senador, sostienen que la iniciativa no salió del partido, no salió de La Moneda y no salió de nadie más que del propio ministro: “Él está siendo él. Acá no hay nada impostado. Estas son todas cosas que siempre le han gustado y Andrés en un comienzo se abstuvo de hacerlas, ahora no. Ahora hace lo que quiere”, explican como si hubiera un Allamand desconocido.

Uno muy distinto al que en el 2007 presentó como suyo un proyecto de ley en materia laboral que trabajaba en conjunto con Pablo Longueira y muy distinto al que a comienzos de los noventas fue involucrado indirectamente por Francisco Javier Cuadra en el caso de drogas en el Congreso. Uno reformado del que no le perdonó a Piñera haberlo abandonado en su campaña al Senado de 1997 y, como buen político, se sirvió el plato frío, alineándose como uno de los samurais más bravos de Lavín poco antes de las presidenciales de 2005.

En cualquier caso, en Renovación Nacional dicen que este “nuevo” Allamand tiene todo su respaldo si se decide a ser candidato aunque, aclaran, que el propio ministro ha reiterado en privado que aún no quiere figurar como tal pero “hay que mantenerlo en la pauta”.

Juan Fernández

Pero esa pauta no es cualquiera. Cuando a mitad de año el Gobierno parecía desmoronarse y los rumores de cambio de gabinete se materializaron, Allamand sonó con fuerza para reemplazar a Rodrigo Hinzpeter en el Ministerio de Interior, pero el hombre del desalojo habría rechazado la oferta, sabiendo que ese no era precisamente un ministerio que se caracterizara por ser un trampolín a la presidencia, de esto bien sabe Hinzpeter, que día a día ve cómo su cargo lo aleja de una posible candidatura.

Por esto la pauta, explican sus correligionarios, apunta a un segmento de clase media donde aún impera la imagen de un hombre serio por sobre la cercanía y carisma que irradia Golborne y que en el 2005 llevaron a Michelle Bachelet a la presidencia.

En La Moneda, en tanto, le ponen pañitos fríos al tema –quizás para evitar que suceda algo similar a lo que le pasó a Frei con su cambio de look en el 2004- y sostienen que no es nada fuera de los lineamientos generales del Gobierno para que sus ministros se unten un poquito de pueblo.

“Tiene que ver también con la idea del gobierno de que los ministros tienen que estar más en terreno, con la gente, comunicando las cosas que se hacen y generando cercanía con la gente”, dicen en Palacio.

Sin embargo, las salidas a terreno de Allamand podrían ser prioritarias. En los pasillos del Ministerio de Economía se rumorea que el viaje que tenía agendado Pablo Longueira a Juan Fernández fue postergado un par de semanas para que el ministro de Defensa viaje este fin de semana a una actividad con las familias de las víctimas del accidente.

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