Salud: un desafío político

Primero que nada, esta columna es una invitación, una convocatoria a participar en el primer Plebiscito Nacional por la Salud que se está realizando desde el 23 de abril y hasta el domingo 6 de mayo y que busca conocer la percepción de la ciudadanía acerca del Sistema de Salud que necesita el país. Se trata de una consulta sencilla de 5 preguntas, preparada por la Mesa Social de Salud que agrupa a diversas organizaciones de trabajadores, usuarios y estudiantes del sector.

Lo segundo es recordar que nuestro Sistema de Salud es mixto y que su “parte privada” sufre de los mismos males que otras grandes empresas que no están suficientemente reguladas: alta concentración, tendencia a la integración vertical y notable escasez de información para los usuarios. Sin embargo, entre estas “fallas del mercado”, como diría un economista, no se menciona la principal de ellas: la desigualdad. De acuerdo a cifras oficiales, para financiar la salud de cerca de 13 millones de chilenos se utilizan 3,41% del PIB, mientras que la salud privada, donde se atienden 2,8 millones, concentra 4,4% del PIB. Además, Chile tiene un promedio de gasto de bolsillo en Salud de 40%, el doble del promedio de la OCDE. Es decir, al igual que en Educación, el dinero que tiene cada usuario en el bolsillo es el principal factor a la hora de decidir dónde, cuándo y con qué calidad se atiende en Salud.

Chile necesita enfrentar el lucro en Salud, y frenar el abuso económico que hacen las grandes empresas dueñas de isapres, clínicas y centros médicos. En su lugar, necesitamos fortalecer nuestro sistema público de Salud, con una atención primaria sólida que sea su columna vertebral. Sin embargo, ni la Superintendencia de Salud le pone freno al abuso de la Salud Privada; ni el Ministerio de Salud logra fortalecer la Pública. Tampoco la clase política lo logra en el Congreso, donde decenas de iniciativas que buscan reducir el poder de las isapres guardan eterno reposo.

Por el contrario, más de un 20% del presupuesto público, alrededor de 400 mil millones de pesos, son desviados al sector privado, por medio de compras de servicios y otros, porcentaje que en vez de disminuir, tiende a crecer año tras año.

Podríamos recopilar más y más estadísticas para reflejar la profunda desigualdad en Salud, la que se agudiza al comparar regiones y comunas, tal como quedó en evidencia con la movilización de Aysén. Sin embargo, aquí el desafío de tener un sistema de Salud en Chile que se haga cargo del Derecho a la Salud, no es de evidencia, sino de madurez política.

Si bien vivimos un interesante período de nuestra historia, marcado por la reactivación social de los movimientos estudiantiles y regionales, fortalecer la organización social en Salud no es un proceso sencillo. Y más difícil aún es impactar a un mundo político que parece muy sumido en sus propias dinámicas, distantes de las que ocurren en los consultorios y hospitales públicos repartidos a lo largo de nuestro país.

Necesitamos recorrer un camino de reconocimiento, de encuentro entre actores que juegan diferentes roles en Salud, trabajadores y usuarios, médicos y auxiliares, personas sanas y enfermas. Construir una propuesta política en Salud no es un problema principalmente técnico; sino de hacerse cargo también del sujeto social diverso que debe llevarla adelante. Construir aquello, pese a ser tan importante como en Educación, puede que lleve más tiempo.

Esperamos que iniciativa como el Plebiscito Nacional de Salud y la Mesa Social contribuyan en esa dirección.
Para participar visita: votociudadano o consulta.votociudadano

Presidente Agrupación de Médicos de Atención Primaria
Mesa Social de Salud