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Mundo

10 de Junio de 2012

Las ocho canciones preferidas por los torturadores estadounidenses

– «¡Paren! ¡Paren, por favor se los pido! ¡Paren! ¡Es un crimen! ¡Es un crimen!» – «¿Crimen? ¿Qué es lo que es un crimen?» – ¡Eso! ¡Usar a Ludwig Van así! ¡Él no hizo daño a nadie! ¡Beethoven solo compuso música! Alex, el protagonista de «La naranja mecánica» (la novela de Anthony Burgess llevada al […]

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– «¡Paren! ¡Paren, por favor se los pido! ¡Paren! ¡Es un crimen! ¡Es un crimen!»

– «¿Crimen? ¿Qué es lo que es un crimen?»

– ¡Eso! ¡Usar a Ludwig Van así! ¡Él no hizo daño a nadie! ¡Beethoven solo compuso música!

Alex, el protagonista de «La naranja mecánica» (la novela de Anthony Burgess llevada al cine en 1971 por Stanley Kubrick), no puede evitar gritar de dolor al ser sometido a la terapia con la que los especialistas pretenden curarle de su «adicción a la violencia». El tratamiento se convierte en una especie de tortura para Alex, obligado a ingerir un fármaco que le provoca el vómito y a visionar cruentas escenas con la novena sinfonía de fondo. El joven termina por no ser capaz de escuchar la composición, que vincula forzosamente al tormento pasado durante su «rehabilitación».

Aunque en el filme de Kubrick la melodía no se utiliza directamente como un método de tortura, para Alex supone un verdadero suplicio. No deja de sorprender cómo una pieza brillante como la novena sinfonía de Beethoven puede servir para causar malestar e incluso dolor. Pero lo cierto es que otras sintonías que a priori podrían parecer completamente inofensivas ya han sido usadas en el pasado con prisioneros de guerra en cárceles y bases militares. Christina Aguilera, Jimmy Hendrix, los Bee Gees e incluso canciones infantiles como las de la serie «Barney y sus amigos» o «Plaza Sésamo» podrían haber valido para minar la moral de los detenidos en Irak o en Guantánamo.

La polémica por el supuesto uso de esta singular banda sonora para obtener declaraciones de los presos ha vuelto a poner a la Administración estadounidense en el punto de mira por la reciente emisión de un documental de la cadena árabe Al Yazira en el que se asegura que los carceleros de Guantánamo utilizaban canciones de «Plaza Sésamo» para acabar con los nervios de los detenidos, quienes eran obligados a escucharlas sin parar a través de unos auriculares, a veces incluso durante varios días, según el programa.

Pese a que el Pentágono se ha apresurado a negar las acusaciones, afirmando que nunca se ha «torturado» ni «maltratado en absoluto a los detenidos» en Guantánamo -sin desmentir que se haya usado la música para aumentar la vulnerabilidad de los prisioneros-, hemos aprovechado la ocasión para recopilar ocho temas particularmente aptos para usar como «armas de castigo» (se da el enlace de un vídeo por cada canción):

1. «Sunny Days» («Plaza Sésamo»). Usada desde el principio de la serie infantil, ya en el año 1969, ha tenido varias versiones. Refleja el universo mágico y lleno de felicidad del famoso barrio. «¿Puedes decirme cómo llegar a Barrio Sésamo?», dice la letra.

2. «Dirrty», Christina Aguilera. La revista «Time» dedicó parte de su edición en el año 2005 a describir cómo eran de los interrogatorios en Guantánamo a Mohammed al Qahtani, acusado de intentar participar en el 11-S. A medianoche, cuando empezaba a quedarse dormido, le despertaban con la potente voz de Aguilera. El contenido «ílicito» de sus letras desde el punto de vista de muchas culturas también pudo ayudar a la hora de elegir canción.

3. «Meow Mix» (anuncio de televisión). Los soldados estadounidenses empleaban este divertido tema en Guantánamo para sus interrogatorios y, en ocasiones, lo reproducían a través de los altavoces para que todos los presos lo escucharan. La melodía, elaborada solo a partir de maullidos, resulta completamente abrumadora y llega a ser insoportable tras escucharla varias veces.

4. «Bulls On Parade», Rage Against the Machine. En las bases de EE.UU. en Irak las letras repetitivas y las potentes guitarras del tema de Rage Against The Machine «Bulls On Parade» convirtieron a la canción en una de las elegidas por los militares para intentar obtener la información de los presos.

5. «Voodoo Child», Jimmy Hendrix. El solo de guitarra de Hendrix en su famosísimo tema puede convertirlo, a muy elevado volumen, en una verdadera arma. Así se utilizó durante la rendición de Manuel Antonio Noriega, en Panamá, en 1989.

6. «I love you» («Barney y sus amigos»). Interpretada normalmente para despedir cada episodio de la serie infantil, la canción del entrañable dinosaurio Barney podría resultar altamente perjudicial para la salud mental de cualquiera al ser escuchada de forma continuada. Y ello a pesar de su «cariñoso» mensaje, carente de toda maldad: «¿No vas a decirme que tú también me quieres?»

7. «Hells Bells, Shoot to Thrill», AC/DC. La voz aguda y estridente de Brian Johnson cumple a la perfección el objetivo de molestar a los presos con los que se empleó en Afganistán. Más aún en cuanto se pone a elevado volumen y se repite en bucle.

8. «Stayin’ Alive», Bee Gees. Usada también en la base de Estados Unidos en Cuba, su reproducción debió paracerles a aquellos prisioneros de Guantánamo que comprendieran el significado de la canción una auténtica tomadura de pelo: «Música alta y mujeres calientes / me han dado patadas desde que nací». Eso sí, sin dejar de animarles a «seguir con vida».

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