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Mundo

11 de Junio de 2012

El radar gay

Un estudio reciente afirma que se puede detectar en milésimas de segundo la inclinación sexual de una persona con solo verle el rostro.

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Vía www.semana.com

Cuando una persona conoce a otra se lleva una primera impresión con solo cruzar unas palabras. Según un nuevo estudio, esta aguda percepción también funcionaría para determinar la orientación sexual del interlocutor. A este ‘sexto sentido’ se le conoce coloquialmente como ‘gaydar’, palabra que resulta de unir gay y radar. Desde hace aproximadamente una década varios científicos han estudiado el fenómeno y un reciente trabajo acaba de confirmar su existencia.

Joshua A. Tabak y Vivian Zayas, psicólogos de las Universidades de Washington y Cornell, en Estados Unidos, respectivamente, realizaron dos experimentos con un grupo de 129 personas. Le mostraron a cada una de ellas más de 400 fotografías de hombres y mujeres jóvenes para que identificaran su preferencia sexual. Los resultados del trabajo, publicado en la revista PLoS ONE, revelaron que los participantes acertaron, a nivel general, en un 60 por ciento.

La cifra no parece contundente, pero lo es si se tiene en cuenta que esas personas vieron cada imagen solo durante 50 milisegundos, un tercio de lo que dura un parpadeo. Además, las fotografías eran en blanco y negro, fueron recortadas y no incluían cabello, barba, maquillaje, gafas, aretes, tatuajes u otros elementos que pudieran dar pistas sobre su tendencia sexual.

Tabak y Zayas descubrieron que las medidas del alto y el ancho de la cara o la distancia entre los ojos son claves para juzgar la preferencia sexual de una persona. En investigaciones anteriores, los científicos habían encontrado que se puede detectar fácilmente si alguien es homosexual con solo observar los ojos, la boca y su corte de cabello. Sin embargo, “lo que este nuevo estudio demuestra es que estos rasgos faciales no solo son importantes por separado, sino que también lo es la distancia entre cada uno”, dijo Nicholas Rule, psicólogo de la Universidad de Toronto y pionero de la investigación sobre este tema.

Uno de los aspectos más curiosos de los experimentos es que los voluntarios fueron menos acertados al juzgar a los hombres, con solo 57 por ciento de efectividad. Estos errores se presentaron, según los autores, porque a un hombre con facciones femeninas se le tilda fácilmente de homosexual, lo cual no indica que lo sea. En el caso de las mujeres con rasgos masculinos es menos probable que sean consideradas lesbianas. “La gente está más familiarizada con el concepto de gay que de lesbiana. Por eso, tal vez, sea más fácil señalar a un hombre que a una mujer”, le explicó Tabak a SEMANA. Esto demuestra también que a nivel cultural las normas que rigen los roles de género son mucho más estrictas con los hombres.

Según los autores del trabajo, no todo el mundo posee el ‘gaydar’. “Aún hace falta realizar más estudios que demuestren si las personas de generaciones previas a la época de la liberación sexual pueden hacerlo”, dijo Tabak a SEMANA. Lo cierto es que esta investigación es un ejemplo de que la gente puede juzgar detalles sobre una persona por “sus caras y señales no verbales”, afirma Rule.

Aunque el estudio sobre el ‘gaydar’ puede provocar malestar porque implica juzgar a ‘ojímetro’ la preferencia sexual de una persona, los autores afirman que debe ser vista como una herramienta para evitar la discriminación. Algunas investigaciones señalan que “ignorar las diferencias entre grupos alienta el racismo, mientras que el reconocimiento de ellas promueve la armonía”, concluye Rule.

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