El magnate mexicano Carlos Slim entró hoy como accionista de YPF al hacerse con casi un 8,4 por ciento de las acciones de la petrolera controlada por el Estado argentino. YPF dijo en una nota enviada a la Bolsa de Buenos Aires que el grupo financiero mexicano Inbursa, perteneciente al multimillonario, adquirió una participación en […]
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El magnate mexicano Carlos Slim entró hoy como accionista de YPF al hacerse con casi un 8,4 por ciento de las acciones de la petrolera controlada por el Estado argentino.
YPF dijo en una nota enviada a la Bolsa de Buenos Aires que el grupo financiero mexicano Inbursa, perteneciente al multimillonario, adquirió una participación en YPF del 6,59 por ciento.
Asimismo, una sociedad relacionada al grupo Inbursa, Inmobiliaria Carso, se hizo con otro 1,77 por ciento de las acciones de la mayor productora de hidrocarburos de Argentina.
YPF señaló en una nota de prensa que, con esta operación, Slim inicia “una inversión de largo plazo en una de las empresas más relevantes del sector hidrocarburífero en América Latina”.
En una conversación mantenida esta tarde con el presidente de YPF, Miguel Galuccio, miembros del grupo comprador le manifestaron que ven a YPF como “una compañía sólida y con un buen potencial de crecimiento”.
Galuccio dijo a su vez que la incorporación del empresario mexicano al paquete accionarial de la empresa es “una clara señal” al mercado financiero internacional.
Además, destacó que es “muy importante” la aportación de Slim, “porque”, explicó, “es un conocedor y protagonista del mercado petrolero internacional” y subrayó la “gran muestra de confianza” del empresario mexicano “en Argentina y en el nuevo proyecto de la compañía”.
El pasado 5 de junio, YPF anunció que planea invertir a un ritmo de unos 7.000 millones de dólares anuales entre 2013 y 2017 con el objetivo de incrementar las reservas y la producción de combustibles.
Según la nota enviada a la Bolsa, Inbursa e Inmobiliaria Carso -que juntas suman una participación del 8,36 por ciento- adquirieron esas acciones al ejecutar la garantía en títulos de YPF por créditos impagados por el grupo argentino Petersen.
Petersen había contraído esa deuda para comprar al grupo español Repsol una participación del 25,46 por ciento de YPF, pero al no poder afrontar los pagos para cancelarla, los acreedores resolvieron ejecutar la garantías y quedarse con las acciones de la petrolera.
Según la nota de YPF, Inbursa se hizo de un 6,59 por ciento de YPF a razón de 11,12 dólares por acción, una operación valorada en 288,1 millones de dólares.
El Estado argentino tomó el control de YPF en mayo pasado después de que el Parlamento argentino aprobó una ley para expropiar el 51 por ciento de las acciones de YPF al grupo español Repsol.
Posteriormente, Repsol ejecutó garantías por créditos impagados de Petersen, con lo cual la participación del grupo español en YPF asciende al 12 por ciento.
Petersen podría seguir disminuyendo su participación en YPF, pues hay otros bancos acreedores que podrían ejecutar también las garantías.
La participación estatal total en YPF asciende al 51,02 por ciento, repartida entre el Estado nacional (26,03 por ciento) y las diez provincias petroleras argentinas (24,99 por ciento).
Otro 17,09 por ciento de YPF se cotiza en las bolsas de Buenos Aires y Nueva York.
Repsol inició el 15 de mayo los trámites para llevar a un arbitraje en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) la nacionalización de YPF con la remisión de una carta a Cristina Fernández en la que declara la existencia de una controversia en la expropiación.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau ha reclamado 10.000 millones de dólares en compensación por las acciones expropiadas.
El Gobierno argentino, que ha esgrimido una supuesta falta de inversiones en YPF para impulsar la expropiación, anunció que el Tribunal de Tasación argentino se encargará de fijar el valor de la petrolera, pero adelantó que no pagará la cifra reclamada por Repsol.
La compañía registró en 2011 una ganancia neta de 5.296 millones de pesos (1.179,5 millones de dólares), un 8,5 por ciento menos que en 2010.