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Opinión

31 de Octubre de 2012

Sacá de chucha

Ayer fracasaron estruendosamente las encuestas. Se cumplió lo menos importante de lo que presagiaban. Perdieron candidatos que se daban por seguros. Los principales municipios pasaron a manos de la oposición. El presidente terminó de consagrarse como una mala influencia. Sus socios más ambiciosos pronto terminarán de traicionarlo. Ya comienzan a señalarlo con sus cuchillos. Ossandón […]

Patricio Fernández
Patricio Fernández
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Ayer fracasaron estruendosamente las encuestas. Se cumplió lo menos importante de lo que presagiaban. Perdieron candidatos que se daban por seguros. Los principales municipios pasaron a manos de la oposición. El presidente terminó de consagrarse como una mala influencia. Sus socios más ambiciosos pronto terminarán de traicionarlo. Ya comienzan a señalarlo con sus cuchillos. Ossandón lo trata de inepto a cada rato. No faltan quienes quieren huir de su gabinete lo antes posible. Nadie esperaba lo que sucedió. El movimiento social fue determinante. Quien lo enfrentó, perdió. Fueron electos ocho alcaldes mapuche. En Coyhaique y Tocopilla ganaron líderes ciudadanos que han encabezado marchas por causas locales. Militantes concertacionistas ganaron la mayoría de los cargos, pero no son necesariamente votantes concertacionistas quienes les dieron el triunfo. Se votó más en contra que a favor. La misma fuerza que eligió a Piñera contra la Concertación, ahora votó por la Concertación contra Piñera. No tenía muchas alternativas. Los mensajes de las campañas le resultaron insípidos a las mayorías.

Apenas un 40% de los que podían votar lo hizo. Los políticos cómodos culpan al voto voluntario. Yo creo en la obligatoriedad de votar, pero por otros motivos: porque nadie se debiera lavar las manos con los asuntos de la comunidad, porque los cambios se llevan a cabo y no se espera que acontezcan, porque la democracia necesita de todos, pero también es cierto que si el juego está arreglado, dan pocas ganas de participar. El país está sorprendente. Si la coalición del arcoíris piensa que ganaron sus colores, arriesga palideces futuras. Fueron muchos los colores que se infiltraron aquí. Está siendo instalado el partidor para los pingos presidenciales. La derecha la tiene difícil. El mismo Piñera dijo años atrás que comenzó a tocar La Moneda cuando sus partidos ganaron en las municipales. Hoy su Alianza comienza a despedirla. No es menor haber sacado a Labbé del gobierno de Providencia. No todo es administración; la decencia también existe. Una dueña de casa puede valer harto más que un gerente. Las contiendas emblemáticas estuvieron encabezadas por mujeres, y triunfaron.

Michelle Bachelet las llamó a todas esa noche de la victoria. No sé lo que les dijo, pero lo supongo: “cuentas conmigo, cuento contigo”. Golborne terminó como un perro mojado. Mucha foto y poco hueso. Allamand, aunque lo niegue, en el fondo sonríe. Carlos Larraín pareciera que también. La Udi está golpeada. El presidente ya casi no tiene en quién confiar. Se está convirtiendo en un hombre de la calle. Y lleguemos hasta aquí por el momento. Las cosas se mueven de manera inesperada. No nos atarantemos.

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