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Poder

6 de Marzo de 2013

El secretismo en torno a la salud de “El Comandante”

30 de junio del 2011. Hugo Chávez habla desde La Habana, dando a conocer que se había operado de un tumor. A diferencia de los largos y pomposos discursos, solo habla 15 minutos siempre con actitud melancólica. Días antes, la noticia de la presencia del cáncer le fue dada por el mismo Fidel. Este día […]

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30 de junio del 2011. Hugo Chávez habla desde La Habana, dando a conocer que se había operado de un tumor. A diferencia de los largos y pomposos discursos, solo habla 15 minutos siempre con actitud melancólica. Días antes, la noticia de la presencia del cáncer le fue dada por el mismo Fidel. Este día fue el punto de inflexión respecto a la salud del venezolano.

Un simple dolor de rodilla. Con aquello comenzó la debacle de la salud del presidente venezolano. Aquel dolor lo llevó a cancelar giras y actividades. Una de estas giras era a Brasil, Ecuador y Cuba, la cual llevó a cabo un mes después de lo programado. Ya en Cuba, el 20 de junio, Chávez fue operado de emergencia. La intervención se debía a un absceso pélvico, encontrando el tumor casi por casualidad. Un par de horas después, habló para despejar rumores, pero estos crecieron cada vez más. Nunca se dio a conocer un parte oficial, tenía que bastar con la palabra del mandatario.

Elías Jaua, vicepresidente en aquel momento, habló desde Venezuela luego de la escueta intervención de Chávez. No dio más información, solo pidió el apoyo en esta nueva batalla. “No hay tiempo para la tristeza, sino para el coraje y para el trabajo. Unidad es lo que se requiere en estos momentos”, dijo en aquel entonces.

Un periódico español publicó una información no oficial, citando a “fuentes diplomáticas venezolanas”. Aseguraban que se trataba de cáncer al colon, información que fue desmentida algunos días después por el gobierno venezolano. Esos días de silencio no hicieron más que alimentar las dudas sobre el real estado de Chávez, con una oposición que presionaba cada día más para obtener información oficial sobre esta. Solo dijeron que el tumor había sido extirpado por completo.

Dos semanas después de la operación el presidente vuelve a Cuba para empezar un tratamiento por cáncer. Un mes después, el 16 de agosto, habló Chávez. Dijo estar “inmejorable” y que no presentaba metástasis, pero nuevamente no contestó todas las preguntas que se esperaban. No se sabía a que órgano afectaba ni tiempo estimado de recuperación. Nuevamente se podía elegir entre creer en la palabra de Hugo Chávez o caer en las especulaciones que aparecían cada día.

Comentarios escuetos, como “va bien” o “estoy optimista”, eran los que salían de las que debían ser las fuentes oficiales de información. A finales de agosto, a través de una grabación, se escuchó “el cáncer más nunca volverá” a las afueras del Hospital Militar, donde sus seguidores se reunieron para prestarle su apoyo tras someterse a la tercera etapa de la quimioterapia. “Voy a seguir con mi tratamiento, comer temprano y descansar” dijo, como si tratara de calmar a niños.

Todo parecía mejorar para Chávez. Incluso llegó a dar un discurso de nueve horas en el Congreso a comienzos del año 2012. Aseguró necesitar un examen cada cuatro meses, nada más que eso. Hasta aquel momento, y con un Chávez que parecía solo mejorar, no se entregó ningún parte oficial.

Nuevos rumores aparecieron cuando el 21 de febrero Hugo Chávez anuncia que debe someterse a otra operación en Cuba. Vuelve a negar la metástasis, diciendo que es solo una lesión donde se le había extirpado el tumor, siempre bajándole el perfil. Tres días después parte de La Habana, siendo recibido por Raúl Castro. Dos días después es operado.

“Se realizó la extracción total de la lesión pélvica y no hubo complicación” comunicó el vicepresidente Jaua. Nuevamente el comunicado es de forma rápida, como cuando un tema delicado no se quiere tratar en la mesa. Se entendía que todo salió bien y que nuevamente Chávez mejoraba. No daban pie a ninguna sospecha de empeoramiento en la situación.

Recién el 8 de diciembre del año pasado, un día después de las elecciones que se llevaron a cabo en Venezuela, Chávez se abre a la posibilidad de que no pueda gobernar debido a su cáncer. Nombra a Nicolás Maduro, quien ocupa el cargo de vicepresidente, como su sucesor. Tres días después es sometido a la cuarta operación, la más delicada de todas. Y no volvió a aparecer en pantalla.

Dos días después de la operación, Ernesto Villegas, ministro de Comunicación e Información, dice que Hugo Chávez se encuentra en recuperación. Nombra una complicación, un sangramiento, pero que ya estaba controlado. El 30 de diciembre, en vísperas de año nuevo, Nicolás Maduro da a conocer un comunicado donde informa sobre nuevas complicaciones como consecuencia de una infección respiratoria, pero que presenta una evolución favorable aún cuando su estado es delicado.

Pasan los días y un informe médico no aparece. Las palabras de las autoridades suenan igual desde hace meses. Frases llenas de optimismo como “el comandante está en el mejor momento que lo hallamos visto en estos momentos de lucha y batalla” salen del vicepresidente Maduro. La evolución sigue siendo favorable, así como los tratamientos se siguen llevando al pie de la letra. Se da a conocer un comunicado, pero nuevamente no dice nada de lo que todos quieren escuchar, solo palabras de aliento y agradecimiento.

Sorpresivamente, Chávez vuelve a Caracas el 18 de febrero. Sin que nadie lo pueda ver, se dirige desde el aeropuerto al Hospital Militar. La única comunicación que hay en aquel momento es a través de Twitter, donde Chávez da a conocer la noticia. No se muestran videos o imágenes de su llegada. Nuevos rumores sobre la salud de Chávez, desde que llegó caminando hasta que llegó ya fallecido, aparecen mientras la gente se agolpa fuera del recinto, mostrando su apoyo al presidente.

El 21 de febrero, Villegas dice que hay una complicación respiratoria que mantiene a Chávez en una condición delicada. “Se mantiene aferrado a Cristo, con máxima voluntad de vida y disciplina en el tratamiento de su salud” dice Villegas, en lo que sería la última información oficial entregada por las autoridades respecto al tema. En la otra vereda, la oposición seguía exigiendo un parte médico oficial. Un papel que les permitiera el pedir elecciones anticipadas, pero este no llegó.

Este lunes apareció hablando Villegas, de forma no oficial. Una nueva infección empeora el estado de Chávez, el cual ha sido un permanente enigma. Nicolás Maduro apareció este martes negando las informaciones sobre la muerte de Chávez. Dijo que aquel cáncer había sido causado por los “enemigos de la patria”. Nombró el caso de Yasser Arafat, quien murió envenenado, comenzando una ola de nuevas teorías sobre la salud de Chávez. Maduro dijo tener “pistas” para confirmar esto.

“No ha habido ni un segundo de respeto a la figura humana del comandante Chávez de atenderse su salud. Siempre aparecen rumores, mentiras”, diciendo que todo se trataba de un intento por desequilibrar el país para una intervención militar extranjera en Venezuela. Eso más el cuento ya repetido: “es complicado, está siendo tratado y parece mejorar”. De la misma forma se puso el parche antes de la herida, llamando a todos los venezolanos a ser fieles a la patria y a estar preparados ante cualquier intervención que atente contra la paz.

Finalmente, Hugo Chávez falleció hoy. Algunos medios especulan sobre la muerte, tanto en su motivo como en el tiempo, sin existir aún información clara. Se habla de muerte cerebral desde el momento que llegó a Caracas, que llegó muerto o que incluso había fallecido antes de aquel discurso dado por Nicolás Maduro. De la forma que sea, el dichoso informe no llegó en el momento que se requería y parece que ahora tampoco llegará, agregando algo más de condimento al mito de Hugo Chávez, el militar que llegó a presidente, el que se atrevió a hablarle de tú a tú al gigante del norte. El mismo que en abril de 2012 rezó sin éxito: “Dame vida. Que sea vida llameante, vida dolorosa, no me importa. Dame tu corona, Cristo. Dámela que yo sangro, dame tu cruz, 100 cruces, que yo las llevo, pero dame vida. No me lleves todavía”.

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