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5 de Abril de 2013

Entre el miedo y la fantasía: La crisis de Corea del Norte vista desde dentro

Un líder de 29 años en una nación pequeña, aislada y pobre amenaza a la mayor potencia militar del mundo y tiene en jaque al planeta entero.

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Lo que podría parecer el argumento risible de una mala novela es la realidad que los televidentes del mundo ven con preocupación e incredulidad, intentando comprender qué hay detrás de la escalada belicista de Corea del Norte y sus amenazas crecientes de atacar a Estados Unidos y Corea del Sur.

Pero no es posible entender las acciones del líder norcoreano Kim Jong-un, según analistas, sin comprender cómo recibe ese mensaje uno de sus principales destinatarios: la propia población de su país, hermético y enigmático, cuya visión del mundo es fruto del aislamiento y del culto monolítico a la dinastía Kim.

Para quien vive en Corea del Norte, “la actual crisis genera temores profundos y reales”, asegura el periodista estadounidense Blaine Harden, quien ha entrevistado a innumerables prisioneros que huyeron de los gulags o campos de trabajo forzado en territorio norcoreano.
“La propaganda en Corea del Norte es efectiva”, le dijo a la BBC Harden, autor del libro “Escape del Campo 14”.

“La campaña propagandística comienza en la escuela pero también está basada en un pasado real. Durante la Guerra de Corea, Estados Unidos bombardeó duramente a Corea del Norte, cerca del 85% de la infraestructura fue transformada en cenizas. Eso ocurrió entre 1950 y 1953, hace mucho tiempo, pero para los norcoreanos, aislados del mundo, fue ayer”.

“Cuando Kim Jong-un anuncia que aviones estadounidenses de combate están sobrevolando otra vez la península coreana, eso produce un miedo muy real en la población y ese miedo es muy útil para un líder que quiere mantener su poder”.

El “peligro” de los DVDs
La vida en Corea del Norte es “miserable para muchos”, según Harden.

“Incluso para la élite. Se ha dicho que la élite norcoreana vive peor que el trabajador promedio en Seúl. La gran mayoría de la población fuera de la capital, Pyongyang, no tiene electricidad la mayor parte del tiempo y un tercio de la población padece hambre”.

Para el autor estadounidense, “la gente no sabe que la imagen que presenta el gobierno puede no ser real. Están aislados del mundo, aunque durante la hambruna de los 90 la frontera con China se hizo semiporosa y entraron algunas radios y DVDs y algunas personas saben que su país es muy pobre en comparación con Corea del Sur y el resto de Asia”.

Sin embargo, asegura Harden, “sin acceso a internet, ni Twitter ni Facebook ni algo así, no es posible que aquellos con un poco más de información puedan compartirla. Están socialmente atomizados y la omnipresencia de la policía secreta los mantiene así”.

Barbara Demick, periodista del diario Los Angeles Times y autora del libro “Nada que envidiar, vidas reales en Corea del Norte”, asegura que la restricción en el acceso a la información es uno de los pilares sobre el que se sostiene el gobierno norcoreano.

“El régimen está aterrorizado de la industria pirata de DVDs, porque permiten que la gente se asome al mundo exterior”, dijo Demick en declaraciones con motivo de la publicación de su libro en 2010.

Sigue leyendo en BBC mundo.

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