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Poder

10 de Abril de 2013

El efecto Labbé que amenaza a Girardi

El senador Guido Girardi enfrentará las próximas elecciones por Santiago Poniente con una nube negra que lo seguirá durante toda la campaña: el rechazo hacia su imagen. Aunque en su entorno aseguran que existe animadversión de los poderosos grupos económicos que ha combatido, y eso explica su mala llegada en los medios, en algunos sectores de la Concertación y en el propio comando bacheletista no lo quieren cerca. En el PPD, en cambio, creen que su carrera frente al DC Alberto Undurraga está ganada.

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“(Guido) Girardi no abrió la boca, no dijo nada malo como para generar una reacción tan visceral en su contra y que fuera necesario aclarar de inmediato que él no es portavoz de Michelle Bachelet. Lo que provocó rechazo fue su figura, él por ser quién es, por lo que representa. Eso es un fenónemo complicado”, afirma un alto personero de la oposición al comentar el polémico episodio que protagonizó la semana pasada el emblemático dirigente PPD.

El senador por Santiago Poniente a través de una pauta de la agencia UPI citó a la prensa para “dar a conocer la constitución de los comandos senatoriales y presidenciales por Santiago Oriente y Poniente”, lo que fue leído por la prensa como la oficialización de una vocería que luego fue desmentida por el propio Girardi y por los presidentes del PS, Osvaldo Andrade, y el PPD, Jaime Quintana.

El mensaje, relatan fuentes del PPD, fue construido con cierta ambigüedad: “Es como si Girardi hubiese dicho ‘voy a decir esto, pero en rigor no estoy diciendo lo que se va a entender’”, comenta un dirigente de esa tienda al explicar la extraña convocatoria.

“El anuncio cayó como patada en la guata en el comando. Hoy Bachelet está cerca de la calle Girardi (paralela a Tegualda, donde se emplaza el comando), pero no de Guido, eso está más que claro”, sostiene una fuente del bacheletismo. Y agrega: “No se puede hablar de Girardi como nuestro Labbé porque no tiene ninguna deuda pendiente similar a la de él, pero su figura genera altos costos. Por ejemplo, nadie quiere salir en una foto con él ni aparecer cerca suyo. Eso es lo mismo que le pasó a Labbé durante su campaña”.

Aunque en el entorno del senador PPD descartan una manipulación de su parte para aparecer como portavoz, lo cierto es que en la próxima elección senatorial enfrentará el escenario más adverso desde que construyó su figura mediática cuando en los ’90 era director del Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente y alcanzó la fama clausurando empresas y restaurantes por la prensa.

Los muertos de Girardi

En el PPD no hay muchas dudas del resultado de las elecciones por la senaturía de Santiago Poniente. Ni en su elite, ni en las bases. Todos saben que con los años Girardi ha sido capaz de construir una industria electoral que le ha permitido instalarse en el Congreso desde 1993, primero como diputado y luego como senador.

Para graficar la poderosa máquina que se esconde detrás de él, un PPD explica que Girardi ha llevado a tal punto la “profesionalización” de la política, que cuenta con extensas bases de datos del Servel con registros de inscritos en su circunscripción y así sorprende cada tanto a una vecina enviándole una tarjeta de navidad o un saludo de cumpleaños con su firma. Eso, entre otras operaciones de mayor envergadura.


En el PPD dicen que a diferencia del ex alcalde de Providencia Cristián Labbé, a quien se le atribuye su derrota, entre otras cosas, a que se sintió tan seguro de su triunfo que se encerró durante años en su oficina, queGiradi nunca se ha recluido en su cargo. “Tiene una capacidad de acción social, de meterse en las juntas de vecinos, de ir a cuanta feria que se le ponga por delante, es un campañero constante. Pero por la técnica que emplea en el contacto con la gente, también genera clientelismo político y electoral que le permite mantener una base de apoyo potente”, agrega.

Pero el rechazo comunicacional está latente. No hay entrevista en la que no le pregunten por sus escándalos. Si se habla de un político que ha sobrevivido a varios, se habla necesariamente de Girardi. En el año 2002 vivió su primera gran polémica cuando asumió públicamente su responsabilidad por enviar 24 mil cartas a militantes del PPD como parte de su campaña para la reelección como presidente de partido. Las misivas fueron costeadas por la presidencia de la Cámara de Diputados. Al año siguiente, se vio salpicado en medio de las confusas acusaciones falsas en el caso Spiniak. En el 2006, enfrentó críticas por haber utilizado -junto a otros cuatro políticos, entre ellos, el presidente Piñera- los servicios de la empresa Publicam, involucrada en las irregularidades de la época en Chiledeportes. Mientras eso sucedía, se supo en la prensa de un tumor cerebral que lo aquejaba.

En 2008, acusó a un carabinero con la entonces subsecretaria de la institución, Javiera Blanco (DC): se quejó porque había controlado su auto en el kilómetro 37 de la Ruta 68 y le cursó un parte a su chofer por exceso de velocidad. Mientras que el año pasado enfrentó una moción de censura cuando era presidente del Senado luego de que un grupo de personas se tomó el ex Congreso y prácticamente expulsó del lugar al entonces ministro de Educación, Felipe Bulnes.

Frente a todos estos casos, Girardi ha reaccionado de la misma forma: desaparece un tiempo de los medios de comunicación y luego retorna como si nada hubiera pasado. Lo sorprendente es que no ha perdido ninguna elección y aunque en redes sociales suelen “trollearlo”, en las urnas la sentencia es otra: siempre le va bien.

El diario de Girardi

Tanto en el PPD como parte importante del PS creen que la lucha de Girardi contra el candidato DC Alberto Undurraga es carrera ganada. La fuerza que demostró el sábado pasado en el lanzamiento de su campaña con un auditorium repleto en el ex Congreso, donde asistieron mil 200 personas, entre ellos, alcaldes, concejales y dirigentes sociales, vaticina un resultado positivo. “Puro territorio”, comentan sus cercanos.

Girardi no deja presa suelta. Puede estar defendiendo pirquineros, en una junta de vecinos y luego en una conferencia de prensa. “Y sin problemas llega a La Moneda con un ataúd”, comenta un alto dirigente DC quien recuerda el episodio en que fue a dejarle un féretro a su hoy colega Eduardo Frei cuando éste era presidente de la República como protesta de que la salud pública estaba “muerta”.

Pero pese a lo multifacético que pueda llegar a ser, el deterioro de la marca está presente. Fuentes vinculadas al senador PPD hablan de una campaña orquestada en su contra. Dicen que todos sus males se deben a los proyectos en los que se ha visto involucrado.

Por eso, comentan, Girardi tiene pensado para estas elecciones sacar un diario donde contará con detalle las luchas que ha dado: derechos de agua, asamblea constituyente, Hidroaysén, aborto, reforma tributaria, AFPs, bancos, Freirina, Mapuche, Royalty, entre otros. Al boletín se sumará una cuenta pública y el terreno que tanto le alaban desde todos los partidos de la Concertación.

En su entorno dicen que saben que la mano viene dura y rehuyen admitir cuánta responsabilidad tiene Girardi en los ataques que recibe. Afirman que la respuesta a los cuestionamientos será la victoria en la elección. Además, aseguran que no olvidan que la serie de ataques en su contra nacieron de la acusación del ex ministro Andrés Velasco en Tolerancia Cero cuando habló de las amenazas que recibió de parte de Girardi luego de negarse a contratar operadores políticos en Hacienda. Algo que Girardi desmintió terminantemente. En esa oportunidad, el ex jefe de las finanzas de Bachelet lo bautizó como el líder “del clientelismo y las malas prácticas”


La señora Juanita

Otros consultados descartan que a Girardi se le pueda medir sólo por “la mala” marca comunicacional que arrastra. Inciden, explica una alta fuente DC, otros factores: es un personaje políticamente muy fuerte y es un jefe con una red territorial estructurada. A eso se suma su manejo con los medios. “No puede decirse que su estilo implique que sus posibilidades estén mermadas. Políticamente es muy competitivo y si uno va a competir con él, tiene que entender que va enfrentar estas tres variables”.

Pese a que en el PS se han dado muestras de apoyo contundentes al senador PPD, como las actividades públicas, hay importantes grupos que en privado no piensan lo mismo. No quieren ni fotos ni aparecer cerca de él.

La ex ministra de medioambiente de Bachelet Ana Lya Uriarte, socialista de la Nueva Izquierda, es una de las que está trabajando para que no gane Girardi. Aunque aclara que su candidata es Michelle Bachelet y no el DC Claudio Orrego, sí reconoce que está del lado de Undurraga.

“No he tenido ningún inconveniente por apoyar a Alberto. Muchos compañeros y compañeras me han señalado que entienden perfecto mi decisión. Son muchos los que tienen la misma percepción”, explica.

Y agrega: “Creo que el escenario político que enfrenta tanto Undurraga con Girardi no está escrito. Undurraga dejó un lugar absolutamente seguro en Maipú y abandonó ese nicho para apostarlo todo y generar un nuevo servicio al país”, dice Uriarte.

Undurraga tendrá que competir con las estrategias electorales de Girardi, con el envío de tarjetas de saludos de cumpleaños en las zonas críticas de la circunscripción -que las conoce bien- y con el despacho de calendarios en marzo. Y con quien ha sido el segundo senador más votado después de Soledad Alvear. Es decir, se enfrentará con toda una máquina electoral y una agenda de temas “progresistas” que marcan largas distancias entre ambos competidores.

“En el caso de Girardi, con el juicio juvenil sin contemplación de las redes sociales y del establishment concertacionista, uno podría decir, sí, está derrotado. Pero él siempre dice que ‘la señora Juanita’ no entra a internet”, comenta un operador político.

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