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Nacional

26 de Abril de 2013

El rito que acabó con la vida del “anticristo”: “La comunidad sabía que mi hijo tenía que ser asesinado después de nacer”

Tras la formalización de los cuatro detenidos por el sacrificio humano de un menor de sólo tres días en Colliguay, se determinó prisión preventiva para los imputados, la que se extenderá por los ocho meses que dure la investigación. “Toda la comunidad sabía que mi hijo tenía que ser asesinado después de nacer y que […]

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Tras la formalización de los cuatro detenidos por el sacrificio humano de un menor de sólo tres días en Colliguay, se determinó prisión preventiva para los imputados, la que se extenderá por los ocho meses que dure la investigación.

“Toda la comunidad sabía que mi hijo tenía que ser asesinado después de nacer y que había que obedecer a Antares de la luz (Castillo Gaete), porque él era dios”, declaró Natalia Guerra, de 25 años, la madre de la guagua sacrificada.

Natalia fue formalizada por parricidio, y David Pastene (30), a María del Pilar Alvarez (25) y a Carla Franchy (34), por el delito de homicidio.

Según consigna Soychile.cl, Juan Emilio Gatica, fiscal de Quilpué, leyó la declaración de la madre del sacrificado, quien fue arrojado a una hoguera por su padre y líder de la secta Los Antares de la Luz, Ramón Castillo (35), quien se autodenominaba un “dios” y explicaba que por eso no podía tener hijos, por lo que si los tenía, el recién nacido sería el “anticristo” y habría que eliminarlo.

La declaración de la madre relataba el suceso: “observé una excavación y una hoguera. Antares le pidió a Pablo Undurraga (también prófugo) que me llevara adonde él. Mi hijo lloraba y no sé cuándo dejó de llorar”.

“Yo estaba destrozada, pero Pablo Undurraga me decía que tenía que ser así, que era mi karma. Presentía lo que iba a ocurrir con el bebé, pero eran órdenes superiores. Antares había matado al bebé arrojándolo al fuego”, agregó el fiscal.

El Tribunal de Quilpué emanó la orden de captura inmediata en contra de Castillo y también de cuatro personas más.

El origen del “anticristo”

El año pasado Ramón Castillo dejó embarazada a Natalia Guerra, quien era parte del grupo. Al enterarse del embarazo, el líder de la secta encerró a Guerra en una casa de Los Andes en donde era alimentada cada dos días y estaba bajo la vigilancia de dos cuidadores.

El 21 de noviembre de 2012 nació el bebé en la Clínica Reñaca, donde tuvo un varón por parto natural. Castillo se llevó al menor al día siguiente sin el consentimiento de la clínica. El día 23 se trasladó hasta la localidad de Colliguay, al interior de la comuna de Quilpué.

Allí lo esperaba el resto de la secta. Eran 12 personas quienes esperaban a Castillo, Guerra y a su hijo para realizar el rito que según ellos, “salvaría al mundo”. En esos días se creía que el 21 de diciembre sería el final.

El rito comenzó a las 23:00 horas. El bebé estaba desnudo y tenía una cinta en la boca para contener sus gritos. Luego fue colocado sobre un tablón que se encontraba sobre una caldera llena de fuego.

Al terminar el rito, los miembros de la secta dieron vuelta la tabla y el menor cayó a las llamas, a las 23.30 aproximadamente. Luego, todos habrían consumido ayahuasca, un alucinógeno. Esta actitud continuó hasta el 21 de diciembre. Al notar que el mundo no se había acabado, los integrantes del grupo abandonaron el lugar.

La denuncia fue hecha en enero, cuando una hermana de uno de los integrantes del grupo se enteró de la sucedido. Recién la semana pasada la PDI encontró el cuerpo calcinado del menor.

Ramón Castillo, el líder de “Los Antares de la Luz”, quien ordenó el asesinato de su propio hijo, se encuentra prófugo. Además, porta dinero ya que uno de sus seguidores vendió una parcela de su propiedad en $ 15 millones y luego le entregó el dinero. La información que se maneja es que Castillo se encuentra en Perú. La policía de ese país no tiene registros de su ingreso. Hay una orden de captura internacional en su contra.

Detenidos
La PDI sigue investigando al resto de la secta donde, según se informó, se consumía alucinógenos, se propinaban castigos físicos (45 golpes de palos, por ejemplo, según ha trascendido) y ritos sexuales donde Castillo mantenía relaciones con todas las mujeres del grupo.

Para entrar a la secta, había que entregar bienes a Castillo. Entre los integrantes del grupo había un veterinario, una azafata, un dibujante y un cineasta.

Permanecen prófugos, además de Castillo, Josefina López Núñez (24), Carolina Vargas San Martín (28) y Pablo Undurraga Atria (28).

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