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Cultura

12 de Mayo de 2013

Cinco tipos de madres en el cine

Texto de paradigma mejillón Madres coraje Hace medio siglo, Vitorio de Sica firmó una de las cintas más crudas del neorrealismo italiano, “Dos mujeres”, con una Sophia Loren en auténtico estado de gracia que ganó un Oscar por encarnar a una madre que pelea por salir adelante junto a su hija, librando su propia batalla contra […]

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Texto de paradigma mejillón

Madres coraje

Hace medio siglo, Vitorio de Sica firmó una de las cintas más crudas del neorrealismo italiano, “Dos mujeres”, con una Sophia Loren en auténtico estado de gracia que ganó un Oscar por encarnar a una madre que pelea por salir adelante junto a su hija, librando su propia batalla contra el miedo, la penuria, el hambre y el atropello de su dignidad. En el año 2000, Lars von Trier y Steven Soderbergh también nos conmovieron con dos mamás muy diferentes. El primero nos clavó a la butaca con su gran “Bailar en la oscuridad”, donde una madre casi ciega, interpretada por una magnífica Björk, premio por su interpretación en Cannes, se pone a cantar en los momentos más dramáticos de su penosa vida, y el segundo la permitió a Julia Roberts hacerse con su única estatuilla dorada gracias a “Erin Brockovich”, una madre con desparpajo y mucha humanidad que consegue ganar una demanda contra una mega corporación norteamericana. En “Kill Bill”, la Mamba Negra, Uma Thurman, busca a su hija tras cinco años en coma, con un trozo de metal en su cabeza y el deseo de venganza en su corazón. Ken Loach y Clint eastwood se basaron en dos madres reales para dar forma a “Ladybird, Ladybird”, en la que una mujer lecha con uñas y dientes para que la burocracia estatal no le quite a sus cuatro hijos, y a “El intercambio”, donde una madre soltera, Angelina Jolie, que pierde a su hijo y se niega a reconocer a otro como tal, es torturadad en una institución psiquiátrica.

 

Madres ‘diferentes’

Elastic Girl, la protagonista de “Los Increíbles”, no es una mamá cualquiera. Ella es capaz de olvidar su sosa vida de civil para enfundarse de nuevo la capa desuperheroína y estirarse hasta el infinito para proteger a sus tres hijos. En esta línea surrealista también se mueve Felicity Huffman en “Transamerica”, en la que encarna a un transexual operado cuya vida toma un giro inesperado al descubrir que cuando a ella todavía le crecía bigote tuvo un hijo, ahora convertido en un adolescente que vaga por las calles de Nueva York. En “Alien resurrección”, Jean-Pierre Jeunet resucitó a la teniente Ellen Ripley, 200 años después de su muerte, mediante avanzadas técnicas de clonación. El único problema es que durante este complejo proceso, el ADN de Repley se mezcló con el de la reina Alien. De ahí, su fuerza sobrenatural y su arrolladora masculinidad, unos atributos que no le impidieron dar a luz a un híbrido xenomorfo humano al que finalmente matará para salvar a la humanidad.

 

Madres sufridoras

En la primera película norteamericana de Roman Polanski, “La semilla del diablo”, el cineasta de origen polaco consiguió aterrorizar a la platea gracias a la efectista máxima de sugerir antes de mostrar y al soberbio trabajo de Mia Farrow, que consigue transmitirnos el desasosiego de una futura madre que sospecha que lo que lleva dentro no es muy humano. En 1999 Almodóvar riza el rizo en una de sus mejores películas, la que por fin le dio el último reconocimiento internacional que le faltaba y con la que obtuvo el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa , “Todo sobre mi madre”, donde Cecilia Roth es una madre en busca del padre del hijo que acaba de perder en un accidente y que resulta ser un transexual. Ese mismo año el realizador sevillano Benito Zambrano rindió tributa a la generación doliente de la posguerra, y en especial a la figura de la madre, en su ópera prima de gran éxito “Solas”. De sobresaliente alto es el careo interpretativo de sus dos protagonistas, María Galiana y Ana Fernández. En “Magnolias de acero” se orquestaba una emotiva historia de mujeres sureñas, reunidas en torno a una boda, con una soberbia Sally Field en el papel de madre en permanente sufrimiento por la diabetes de su hija, Julia Roberts. Unos años más tarde, Field volvería a conmovernos en “Forrest Gump”, en la que aleccionaba a su peculiar hijo con reflexiones de sabiduría popular como ‘la vida es una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar’.

Madres con mala baba

La madre más perturbadora del cine siempre esta muerta. O semimuerta, si tenemos en cuenta que revivía cada vez que su hijo, Norman Bates, Anthony Perkins, se colocaba su vestido y su peluca en un gesto de sometimiento a una madre que durante su infancia lo martirizó con sentimientos de culpa. Para dar forma a “Psicosis”, Alfred hitchcock adaptó la novela de Robert Bloch, inspirada en un verdadero asesino, Ed Gein, que mató y se comió a cuatro mujeres entre 1954 y 1957, Brian de Palma también se sirvió de la literatura de Stepehn King para su filme “Carrie”, en el que Piper Laurie encarna a una madre enfermiza, cuyo afán religioso le lleva a maltratar a su hija Carrie, Sissy Spacek. En “Viernes 13”, la actriz Betsy Palmer se mete en la piel de una madre psicópata que se encuentra detrás de los misteriosos asesinatos cometidos en un campamento de verano, donde hace años murió ahogado su hijo Jason. Este año 2010 también hemos asistido a un máster de lo que nunca debería hacer una madre en “Precious”, en la que la actriz y presentadora Mo´Nique abandona su habitual registro cómico para convertirse en una madre egoísta y maltratadora que pretende hundir a su hija Clareece en la ciénaga donde ella misma se encuentra.

Madres picaronas

En 1967 Mike Nichols nos sirvió un cóctel agridulce de sexo, egoísmo materno e inocencia, endulzado con las pegadizas canciones de Simon & Garfunkel, en “El graduado”, donde la señora Robinson, Anne Bancroft, una mujer madura, atractiva y alcoholizada, seduce a un inocente Dustin Hoffman. Cuatro décadas después JulianneMoore era la que seducía a su propio hijo para intentar lo que no halló en su marido en la irregular “Savage Grace”. En clave mucho más bonachona, Mamma Mia!nos descubrió la cara más pilla de Meryl Streep, que se movió con soltura en el papel de madre hippie con serias dudas sobre la identidad del padre de su hija Sophie. En su curriculum, la estupenda actriz puede demostrar que es especialista en madres en películas como “Kramer contra Kramer” o “La decisión de Sophie”.

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