Presidente del Senado se lanza contra la Corte Suprema por “decir qué es lo que tiene que hacer el Congreso”

El senador de la Democracia Cristiana (DC) y presidente de la Cámara Alta, Jorge Pizarro, criticó los planteamientos que habría realizado el presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, respecto de la propuesta del Ejecutivo para nombrar como integrante del máximo tribunal a Gloria Ana Chevesich.

“Es muy importante que los otros poderes del Estado no pretendan influir en poner un criterio o un nombre, porque aquí cada cual tiene sus facultades y no me pareció adecuado que el presidente de la Corte Suprema en entrevistas públicas empiece a decir qué es lo que tiene que hacer el Congreso. Como sería muy inadecuado que desde el Congreso le digamos cómo tiene que fallar la Corte Suprema, o que el Presidente de la República, diga envío un nombre y me lo aprueban, porque simplemente fue enviado”, afirmó Pizarro, según consigna un comunicado de su equipo de prensa.

Asimismo, el legislador explicó que “el Senado y cada uno de los senadores vota la propuesta hecha por el Presidente de la República, dependiendo de la voluntad y del convencimiento al que llegue, si la persona propuesta cumple o no con lo que va a ser el rol del tribunal más importante del país”.

“La Corte Suprema elabora una quina, es decir, cinco nombres entre los ministros de las cortes de apelaciones del país, se le entrega al Presidente de la República, quien escoge uno, y ese nombre es el que envía al Senado. Y el Senado dentro de sus facultades constitucionales, lo que hace es aprobar o rechazar es nombre. Es decir, aquí hay tres poderes del Estado que actúan con total autonomía, con total independencia y cumpliendo el rol que le da la Constitución”, agregó el timonel del Senado.

El senador falangista aclaró que tras la “cuenta de la petición del Gobierno respecto de un posible nombramiento de la ministra de la corte, la comisión de Constitución verá cuando la cita para que exponga sus puntos de vista. Se hará una evaluación en una o dos sesiones, dependiendo la instancia legislativa. Y con posterioridad, tenemos un plazo de 30 días para que el Senado vote de acuerdo a sus facultades. Y ese es el procedimiento”.

En tanto, respecto de los tiempos, Pizarro sostuvo que es una situación que hay que analizarla en su justo mérito y con calma como se hace en todos estos procesos.