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Nacional

13 de Agosto de 2013

Eva Olthof, artista holandesa: “El edificio del Congreso es el arco de triunfo de Pinochet”

Aniversarios: 40 años del golpe militar; 10 años de Valparaíso como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Y 50 años de “A Valparaíso”, la fundamental película de Joris Ivens. Estas fueron las coordenadas del paso de Eva Olthof, artista visual holandesa, durante su residencia artística en el puerto y que concluyó con la edición de El Deformes, un periódico de número único y que, entre sus contenidos, recopila titulares, noticias y fotografías del único diario que existía en los últimos años de la dictadura.

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Mucho antes de viajar a Chile, Eva Olthof conoció el puerto a través del blanco y negro lírico de “A Valparaíso” (1963), de su compatriota Joris Ivens. Le impresionó cómo interpretó la ciudad a través de sus elementos, como el viento y el fuego, así como los modos de moverse de sus habitantes: arriba y abajo. Cerro y plan. Con Ivens no sólo compartía la procedencia -ambos nacieron en Nijmegen, Holanda- sino también, una mirada sobre el arte como mecanismo para entender procesos históricos de gran envergadura.

Olthof arribó a Valparaíso en abril pasado para realizar una residencia junto al CRAC (Centro de Residencias y Arte Contemporáneo), un inquieto grupo de artistas también interesados en analizar la ciudad. En ese momento las pautas para su trabajo estaban más o menos definidas. Por ejemplo, cómo habían afectado a la ciudad los diez años como Patrimonio de la Humanidad, estatus otorgado por UNESCO.

-Mi interés vino desde dos ángulos, uno conceptual y otro práctico. La película “A Valparaíso” establece un tiempo “congelado” de la ciudad y UNESCO también “congela” el puerto en términos de preservación. Esto trae el segundo ángulo de mi trabajo. Durante ese tiempo vivía en el cerro Concepción y allí una veía las implicaciones cotidianas de la declaración de ciudad patrimonio: el comercio local desapareció, los restaurantes y boutiques de moda lo reemplazaron, el precio de las propiedades se fue a las nubes mientras las paredes se pintaban coloridamente para los turistas que vienen a ver el “Valparaíso real” que es sólo una imagen construida- dice Olthof.

Contrastes del NeoValparaíso. Que no es tan neo. “En el libro “Joris Ivens en Chile”, de la documentalista Tiziana Panizza, ella señala que la precariedad de las casas improvisadas en sitios ilegales no difiere mucho de la situación actual. Pese a haber sido declarada ciudad patrimonial, Valparaiso continúa siendo la urbe con la más alta tasa de cesantía en Chile”, comenta la holandesa.

Pero faltaba lo mejor. Deambulando por la ciudad, se encontró con el edificio del Congreso Nacional, en la confluencia de las avenidas Argentina y Pedro Montt. “En la guía Lonely Planet aparece una superficial revisión sobre éste y dice que el edificio es ‘controversial’. Y eso es todo… Pues bien, yo comencé a caminar por los alrededores, así como por otros lados, para agarrar el sentimiento de la ciudad. Me encontré con que el modo en que fue construido el Congreso es un enorme símbolo de poder. Leí sobre la comisión que Pinochet encargó para la construcción de un edificio que sería ocupado cuando la democracia recomenzara. Lo encontré muy curioso. Me dije: Qué extraño edificio, qué ambivalente”, cuenta. “Yo venía de trabajar en una exposición sobre la idea del panóptico, y el edificio del Congreso posee una mirada de panóptico post-traumático. Bueno, hay varias cosas en esta ciudad, y en el país, que todavía siguen recordando el período de Pinochet; lo mantienen presente”.

LA VERDAD FICTICIA
El siguiente paso de Eva Olthof fue ir hasta la porteña biblioteca Santiago Severín para revisar la prensa del período en el que el Congreso fue construido. Como era predecible, mucha diversidad mediática no encontró. Al igual que hoy, el añoso El Mercurio de Valparaíso era el encargado de presentar las novedades a los lectores y transeúntes del puerto. La holandesa también se llevó varias sorpresas.

El lugar donde se construyó el parlamento fue escogido entre cuatro locaciones en la ciudad por esta comisión que, en la práctica, sometía su última opinión a Pinochet. En el sitio existía un hospital, el Dr. Enrique Deformes, de larga historia, y pese a haber quedado dañado tras el terremoto de 1985, sus perjuicios no lo hacían merecededor del derribo. La dictadura se demoró muy poco en modificar la ley que establecía la ciudad de residencia del poder legislativo, en 1987. Ya en enero del año siguiente, el general anunciaba la construcción del nuevo Congreso, tarea para la que convocaron a un concurso para definir la forma del edificio, certamen ganado por los arquitectos Juan Cárdenas, José Covacevich y Raúl Farrú.

Se venía el plebiscito del ’88 y El Mercurio titulaba “Plebiscito no afectará construcción del Congreso”.
-Vuelvo a la pregunta sobre cómo estos grandes cambios afectan la vida de los habitantes de la ciudad. Ocurre con la construcción del Congreso, donde un hospital fue demolido y no reemplazado. Trabajo y mejoramiento del vecindario son prometidos, pero pronto la realidad dice otra cosa- señala la artista, quien comenzó a seleccionar titulares y fotografías de la prensa para armar una especie de narrativa del proceso. Relumbraron joyas, como una nota que compara el congreso con un arco del triunfo, un Concepto por cierto muy europeo que le llamó la atención.

-Lo interesante es la fecha de esa noticia, porque es publicada el 11 de marzo de 1990, el primer día de democracia. Pero este “arco” fue construido por Pinochet para Pinochet. Él quería descentralizar los poderes (del Estado) para expandir el suyo propio, y quizás él vio el nuevo Congreso como algo que coronara su trabajo y dejara una marca, era su propio arco del triunfo- dice.

Analizando las noticias, viendo su secuenciación por días y semanas, entre 1987 y 1990, la artista califica el trabajo realizado por El Mercurio de Valparaíso como la construcción de una verdad ficiticia. “Se creó una ficción que se vendió como verdad. Un ejemplo es la cobertura al plebiscito de 1988. En las noticias el Sí siempre ganará; los políticos se explayan en por qué el Sí debiera ganar y en cómo la traída del Congreso a Valparaíso es una gran decisión porque traerá trabajo, etc etc… Se puede entender aquel diario como una pieza más del régimen de Pinochet y constatar que la libertad de expresión jamás existió. La información que entrega está lejos de ser objetiva pero desde su forma emana la idea de objetividad, de ser verdad. Esto lo hace muy chocante. Es un derecho básico ser bien informado a través de la prensa escrita, y esto es aún un problema en Chile, donde un amplio espectro periodístico no existe”.

¡GRACIAS PRESIDENTE!
La selección de notas de prensa es pieza importante en El Deformes, un periódico impreso que se autodenomina de aparición “ocasional” y que fue la conclusión del trabajo de Eva Olthof. Pero en esta publicación hay más materiales. Hay pequeñas entrevistas a comerciantes y transeúntes del sector del Congreso, muy especialmente, de la feria de la Avenida Argentina sobre temas como la situación actual de los medios de comunicación en Valparaíso y Chile; el pasado del sitio donde hoy se yergue el Congreso; el estado actual de la ciudad y, cómo no, las expectativas de vida de los porteños. Con este objetivo, durante un fin de semana de mayo la artista se instaló en una mesa, a un costado de los puestos de los feriantes, con algunos cuestionarios para conocer las opiniones de la gente.

-Para mí era necesario integrar una sección con un saber local y actual, una especie de archivo contemporáneo que tratara temas contingentes, para complementar la selección que hice con noticias e imágenes del pasado reciente, un período en que la prensa oscureció el saber local- explica.

En las páginas centrales de El Deformes se reproduce una inserción en las páginas mercuriales de aquellos años con un explícito “¡Gracias Presidente!”… Por el Congreso. Firma: La ilustre municipalidad de Valparaíso. “Esta imagen es inimaginable hoy. Es muy extraña. Creo que es importante volver a mostrarla. Reabrir los viejos diarios; reabrir las viejas noticias y ver qué te provocan hoy como ciudadanos de esta ciudad”, comenta Eva Olthof.

El Deformes se repartió gratuitamente, en la feria de la avenida Argentina, el domingo de las primarias. Un día soleado, con miles de personas en la calle y el edificio del Congreso de fondo, silueta cotidiana en Valparaíso. Tanto que queda la idea que la dictadura quería poner un referente físico monumental con este. Marcar un referente. Construir la memoria de los chilenos del futuro que pronto naturalizarían el hecho que el emblema de la democracia fue diseñado y construido en un régimen de facto. Como la Constitución del 80, sin ir más lejos. Según Eva Olthof, “al construir el Congreso quizás Pinochet pensó que podría crear una imagen de democracia, un camuflaje para la dictadura; que la gente creyera en esa imagen y olvidara que él era un dictador”.

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