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28 de Abril de 2024

Gonzalo Winter: “Creo que el Presidente ve en mí a un parlamentario que ha llevado con seriedad tal tarea, ve una maduración”

Gonzalo Winter Etcheberry Fotos: Felipe Figueroa (The Clinic)

La idea de Winter como sucesor de Boric ronda desde hace bastante tiempo dentro del Frente Amplio entre quienes lo ven como la figura de más peso dentro del bloque y como el posible primer timonel del partido, hoy en proceso de fusión. "Hablar de candidaturas dos años antes no solo me resulta incómodo porque usted pone mi nombre en la pregunta, sino que en general me resulta incómodo porque creo que no le hace bien al debate político", señala. El Presidente lo nombró esta semana dentro de nombres posibles a futuro y el diputado señala: "Creo que ve un esfuerzo muy creciente de mi parte por comprender con la mente y el corazón abierto la diversidad geográfica, de clases, de edades, de empleos que hay en Chile. Y además, reconoce un esfuerzo —que ya veremos si es exitoso o no— por intentar mirar el futuro".

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Gonzalo Winter Etcheverry (37) afirma sentirse distante del prejuicio que dice que todo político está en política con el fin último de alcanzar la Presidencia de la República. Pero fueron las palabras del Presidente Gabriel Boric a mediados de esta semana las que lo han obligado a responder si se ve en un intento por llegar a La Moneda.

La última vez que Winter conversó con The Clinic, en noviembre pasado, respondió sobre ese tema diciendo que —entre risas— “no está ocurriendo esa conversación en mi cabeza (…). Dicen que a todos los políticos hay un momento en que por primera vez alguien les pregunta eso y no saben qué responder”. Hoy repite que no está dentro de sus anhelos, pero que si su proyecto político así lo dispone, tendrá que dar la conversación con ellos.

La pregunta esa vez no fue al azar: la idea de Winter como sucesor de Boric ronda desde hace bastante tiempo dentro del Frente Amplio entre quienes lo ven como la figura de más peso dentro del bloque y como el posible primer timonel del partido, hoy en proceso de fusión. 

El parlamentario por el distrito 10, además, ha sido la cara visible de quienes empujan desde la colectividad una disputa en las ideas frente al espacio ganado por la derecha. “En mis adversarios ideológicos veo una disposición, un esfuerzo y un dinero invertido en dar la disputa ideológica que es muy impresionante”, reafirma.

—La última vez que hablamos sobre alguna eventual aspiración presidencial, se rio porque decía que no era algo que le hubiesen preguntado. Hoy el propio Mandatario lo pone en ese dilema. ¿Qué características cree que ve él en usted para ponerlo en esa proyección?

—Me incomoda de la política chilena la hiperpresidencialización del debate político porque ensombrece el debate sobre proyectos de país. Solo se debate el casting y nunca se debate el guion y la obra de teatro o la película que queremos ver. Por eso es que hablar de candidaturas dos años antes no solo me resulta incómodo porque usted pone mi nombre en la pregunta, sino que en general me resulta incómodo porque creo que no le hace bien al debate político. 

—¿Pisó el palito —como se dice— el Presidente, entonces?

—No, no lo sé, pero voy a responder la pregunta que me hace. Creo que el presidente ve en mí a un parlamentario que ha llevado con seriedad tal tarea, ve una maduración. Pero estoy especulando.

—¿No lo han conversado?

—No, para nada. Pero continúo: creo que también ve un esfuerzo muy creciente de mi parte por comprender con la mente y el corazón abierto la diversidad geográfica, de clases, de edades, de empleos que hay en Chile. Y además, reconoce un esfuerzo —que ya veremos si es exitoso o no— por intentar mirar el futuro, intentar que el debate político pase de la confrontación a la construcción de un proyecto de país que no se trate de ganar elecciones, sino de imaginar cuáles son las decisiones que hoy, quienes tenemos facultades de decisión, tenemos que tomar para que nuestros hijos vivan en un país próspero, rico y donde la vida merezca ser vivida.

—¿Tiene que ver con esta percepción, en la Cámara de Diputados, desde la oposición de que es un interlocutor “razonable” en el oficialismo, frente a otros compañeros de su bancada?

—Mi mamá me enseñó que era muy latera y desagradable la gente que hablaba de sus virtudes en conversaciones que pretendían ser interesantes para el resto, pero usted me está obligando. Soy una persona que si bien tiene una formación doctrinaria de izquierda, al mismo tiempo me pregunto cómo fue que mi adversario llegó a pensar como piensa, porque no puedo creer que en un determinado sector político seamos buenos y en otros malos. Además que los seis años de Congreso modifican ciertas conductas: una declaración que emociona a tus seguidores por lo duro que fuiste con tu adversario se empieza a volver aburrida y empiezas a desear sinceramente concurrir a la solución de los problemas que denunciaste.

Gonzalo Winter Etcheberry
“Los seis años de Congreso modifican ciertas conductas: una declaración que emociona a tus seguidores por lo duro que fuiste con tu adversario se empieza a volver aburrida”, dice el parlamentario.

Y por último, algo que me falta y que nos falta a todos, es tratar de comprender el país en su cabalidad. Por una cuestión tecnológica, el país cambia demasiado rápido y eso hace que los tipos de empleo cambien, así como la forma en que se asocian las personas. Eso significa una renovación de nuestras ideas que no pasa por solamente la lectura de libros de filosofía o de tecnología, sino que pasa por escuchar a la gente. En la izquierda tenemos una matriz de pensamiento que está construida en una época en donde gran parte de la sociedad estaba organizada de tal modo que había empleadores ricos y empleados pobres. Hoy eso, con nuevas formas de trabajo, se ha desordenado.

—¿Cree que comparte alguna característica con el Presidente Boric, esto de intentar tender puentes con la oposición, o reconsiderar ciertas posiciones?

—Lo de él es muy anterior. Una característica que tuvo siempre y fue la que lo hizo ser líder en nuestro mundo. Y estoy hablando de cuando era candidato presidencial, pero también cuando era dirigente estudiantil y de mucho antes también. Es una disposición muy valiente que tiene de reconsiderar la totalidad de sus posiciones, independiente de las emociones de orgullo que le generen. Está siempre dispuesto a reconsiderarlas, en la medida que alguien pueda racionalmente persuadirlo.

“Hay quienes nos miran a los frenteamplistas con cierta indignación porque tienen la sensación de que echamos a perder la fiesta”

—¿Lo puso en una posición aventajada dentro del Frente Amplio abrir el debate sobre la disputa ideológica?

—No lo creo. Pero sí he planteado la importancia que el gobierno, para poder implementar las reformas, debe ganarlas en la sociedad también. Nadie puede descansar en la posición de una mayoría social que haya existido en algún momento, porque parte de respetar al pueblo asumir que ha cambiado de opinión y que es diverso. Y en mis adversarios ideológicos veo una disposición, un esfuerzo y un dinero invertido en dar disputa ideológica que es muy impresionante (…).

Me llama la atención que cuando digo ‘muchachos, nos estamos quedando abajo’, y luego ejemplifico que si la totalidad de la sociedad es persuadida de que todo impuesto es un robo —como dice Milei— no se va a poder aprobar una reforma tributaria y eso implica no renovar la flota de autos para Carabineros, o si quieres ir a lo más pedestre, no vas a tener un Cesfam bien equipado. Bueno, algunos me decían ‘es que las disputas ideológicas no le cambian la vida a la gente’. ¿Perdón? En Chile hubo esclavitud y hubo un momento en que la sociedad se convence de que eso está mal. Las disputas ideológicas van cambiando la vida de la gente (…). Pero más que defender el pensamiento del Frente Amplio, tenemos un desafío que es mucho más grande que es construir lo que falta.

—¿En qué sentido?

—Tenemos que invitar a la sociedad chilena a un proyecto de desarrollo, porque al frente veo un mundo nostálgico y relativamente fanático.

—¿Lo dice a propósito de lo que dijo el Presidente en Enade, sobre esta idea de “restaurar el pasado”?

—Claro. Hay quienes creen que el futuro es ‘pucha que lo pasábamos bien en los 90’. Y nos miran a los frenteamplistas con cierta indignación porque tienen la sensación de que echamos a perder la fiesta y están muy equivocados. La falta de representatividad del sistema, el estancamiento de la productividad de Chile y el agotamiento del modelo, hicieron que un proyecto que proponía justicia social y ambiental tuviera cierta relevancia en la política chilena como el Frente Amplio. No es al revés. La discusión de la política no puede estar centrada en lo felices que fueron algunos en los 80 y los 90, porque era otro mundo. La discusión del futuro no tiene que ser sobre los 90, tiene que ser sobre el 2050, sobre ciencia, geotermia, hidrógeno verde, litio, IA. 

—¿Y cómo el Frente Amplio logra convocar? ¿No siente que ese impulso inicial del proyecto se ha diluido?

—Lo pongo en estos términos: la sociedad chilena para volar tiene que hacer una revolución educacional. Y la educación de los pobres no la va a resolver el mercado. Y en ese sentido es que yo he dicho que la justicia social no es un pero al crecimiento y al desarrollo, sino que es la pieza que falta para el desarrollo y el crecimiento. La educación no es un acto de caridad. Ni tampoco es una actividad mediante la cual una sociedad busca talento. La educación pública es la forma en que un país nutre las mentes de sus ciudadanos para convertirse en el país que quiere ser. Yo aspiro a una sociedad en que mis hijos no entiendan Machuca. Que piensen que es ficción. Que lo vean tan alejado del país en el que viven que piensen que es ficción. 

Gonzalo Winter
“Hay quienes creen que el futuro es ‘pucha que lo pasábamos bien en los 90′”, dice Gonzalo Winter.

Quiero construir en Chile una institucionalidad que dé oportunidades para todos, que el lugar donde naciste no determine de tal forma como ha sido durante toda nuestra historia. O donde los imponderables de la vida como la enfermedad, la vejez, o algo tan lindo como el nacimiento de un hijo, no sea algo que te saque de carrera, sino que por el contrario sea algo una situación en donde la sociedad te acoja y para eso se requiere un estado fuerte y presente. Y eso no lo digo yo, lo entiende hasta (Luis) Lacalle Pou. Todo eso es lo que el Frente Amplio tiene que terminar de cuajar para convocar a la sociedad chilena a volar. A que a este país le salga un ala en la Cordillera de Los Andes, otra ala en el Océano Pacífico y vuele.

—Pero su discurso es casi de campaña, Joaquín Lavín hablaba del “Alas para todos”.

—¡No, no es un discurso de campaña! (ríe). 

Gonzalo Winter y una opción presidencial: “No está entre mis anhelos en este momento”

—¿Qué le pareció el respaldo del Presidente Boric a una reforma al sistema político?

—Estoy muy de acuerdo con hacer muchos ajustes al sistema político, pero se ha fetichizado el debate por aquellos que creen que hay un botón mágico que se llama ‘reforma al sistema político’ y que si se aprieta, todo lo que a ellos les molesta de la política desaparece. Se suele ocupar el ejemplo de la reforma de pensiones como la reforma que no ha logrado salir por culpa del sistema político. Lo voy a decir caricaturescamente, con fines explicativos: no es que luego de una reforma al sistema político Javier Macaya vaya a decir ‘oye, eliminemos las AFPs que no sirven para nada’, y el Frente Amplio diga ‘no, mejor reforcémoslas porque la capitalización individual es el descueve’. No es ese el principal problema de la política.

—¿Y cuál es?

—A nivel mundial hay un problema con la falta de poder de la democracia. Segundo, estamos en medio de un debate político preso de los algoritmos. Y tercero, el simple hecho de que efectivamente estamos en desacuerdo (…). Sin embargo, y dicho lo anterior, sí estoy participando de conversaciones para que haya reformas.

“Se ha fetichizado el debate por aquellos que creen que hay un botón mágico que se llama ‘reforma al sistema político'”, afirma el diputado frenteamplista.

—¿Cómo cuáles?

—Deberíamos ponernos como objetivo que en los reglamentos de la Cámara y del Senado que sea posible ser un parlamentario independiente, pero que el incentivo esté a no serlo. Que sea posible ser un parlamentario díscolo, pero que haya un incentivo a no serlo. Que sea posible ser un partido muy chico, pero que haya incentivos a no serlo. Si por el contrario, las normas te incentivan ser lo más chico posible, lo más independiente y lo más díscolo posible, entonces ningún gobierno puede avanzar. Y con eso paso a otro punto: no quiero reforzar el presidencialismo, pero lo que quiero otorgarle al presidente que esté certezas, no mayorías ficticias.

—¿Es el militante con más opciones de presidir el Frente Amplio?

—Todos los militantes discuten sobre sobre cómo ordenar el partido. Yo he manifestado mi disposición, como la he tenido siempre, a participar donde sea necesario para la construcción del partido. Ahora bien, se nos viene una tarea doble o triple: construir una institucionalidad partidaria que haga sólido al partido, construir un proyecto de patria para el Chile de 2050 que convoque a la sociedad y defender al gobierno del presidente Boric del asedio voraz de sus adversarios.

—Se dice que todos los políticos están en política para ser o intentar ser presidentes. ¿Es su caso?

—No, mi relación con la política es distinta. Es más, yo no creo que todas las personas que están en la política estén por eso.

—¿Es un mito?

—Creo que no es cierto.

—¿No está entre sus anhelos?

—No está entre mis anhelos en este momento.

“(Una candidatura presidencial) no está entre mis anhelos en este momento”, reafirma Winter.

—¿Y no se ha imaginado con la banda presidencial? ¿Ni siquiera luego de que lo dijo el Presidente Boric?

—No. Te confieso que me he imaginado cosas como jugar por la selección chilena, jugar la Copa Libertadores por la U. Pero lo otro no ha ocurrido todavía. Pero si sigue insistiendo, va a terminar produciendo la imagen en mi cabeza.

—¿Y si su proyecto político así lo dispone, estaría a disposición?

—Lo tendría que hablar con mi proyecto político antes que con usted. Sería una descortesía hacerlo a través de una entrevista antes de hablarlo con quienes corresponde.

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