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Poder

6 de Octubre de 2013

Los Tres y Sol y Lluvia encabezan concierto para conmemorar a las víctimas de los Hornos de Lonquén

Este domingo se realizó un acto cultural en que participaron integrantes de la Iglesia Católica y Evangélica además de bandas musicales y agrupaciones de Derechos Humanos para conmemorar a las 15 víctimas de los hornos de Lonquén. Los familiares aún esperan que la justicia aclare el caso y determine culpables del siniestro hecho ocurrido a semanas del golpe de estado de 1973.

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Imagen: @Cacerolachilena

Varios grupos musicales participan esta tarde de un recital por los 15 campesinos detenidos por los represores de la dictadura militar el 7 de octubre de 1973, ejecutados y enterrados ilegalmente cerca de la capital chilena en unos hornos donde se fabricaban ladrillos en la zona de Lonquén.

Las iglesias Católica y Evangélica estuvieron a cargo de la liturgia, mientras la música corrió por cuenta de la banda Los Tres y Sol y Lluvia, entre otros.

Según el Servicio Médico Legal, hasta ahora se han identificado catorce personas y se continúa trabajando en la identificación de la última víctima junto al laboratorio Gregor Mendel Institute of Molecular Plant Biology (GMI), de Austria.

El presidente de la Agrupación de Víctimas de Lonquén, Emilio Astudillo, recordó que el día 7 de octubre de 1973 fueron detenidos los integrantes de las familias Maureira, Hernández y Astudillo y otros cuatro jóvenes de la localidad de la Isla de Maipo, quienes estuvieron cinco años detenidos desaparecidos.

En 1978, los cadáveres fueron descubiertos, con lo que se hizo pública una verdad que muchos intuían, la existencia de detenidos desaparecidos.

Tras un largo juicio, los autores del crimen fueron identificados y su culpabilidad demostrada, pero la Justicia militar los sobreseyó en 1979, aplicando la ley de amnistía dictada por Augusto Pinochet el año anterior.

Los familiares de las víctimas no tuvieron ni siquiera el consuelo de enterrarlas, pues desacatando incluso un dictamen judicial que ordenada devolver los restos, agentes de la dictadura sacaron los cuerpos del Servicio Médico Legal y los arrojaron a la fosa común del cementerio de la localidad de Calera de Tango, cerca de Santiago.

Años después, para evitar nuevos hallazgos, Pinochet ordenó la operación “retiro de televisores”.

La misma consistió en que los cadáveres de centenares de víctimas fueron exhumados de forma clandestina, puestos en sacos, amarrados a rieles y lanzados al mar, según estableció la justicia en los últimos años, durante la investigación de diversos casos.

Emilio Astudillo dijo hoy a los periodistas que los familiares de la víctimas de la dictadura todavía esperan que la justicia aclare el caso que continúa pendiente, el que aún después de 40 años del golpe militar no se ha sido resuelto.

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