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Opinión

22 de Octubre de 2013

Duda universal: ¿qué quieren las mujeres?

Vía UnTipoSerio Si empiezan a leer este artículo pensando que les voy a dar la solución a todos sus problemas maritales, les tengo una mala noticia: no tengo la varita mágica de Harry Potter. La leyenda urbana de hombres desesperados dice que “las mujeres nunca saben lo que quieren”. Esta frase es como la hermana […]

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Vía UnTipoSerio

Si empiezan a leer este artículo pensando que les voy a dar la solución a todos sus problemas maritales, les tengo una mala noticia: no tengo la varita mágica de Harry Potter.

La leyenda urbana de hombres desesperados dice que “las mujeres nunca saben lo que quieren”. Esta frase es como la hermana gemela de la que dicen las mujeres despechadas: “Todos los hombres son iguales”.

Invito a los Tipos que se consideren Serios a hacer un examen de consciencia: ¿se creen iguales al resto de sus amigos, conocidos o compañeros de trabajo? La respuesta es obvia, así que vamos a dejar los conceptos claros y tengan en cuenta que ninguna verdad es absoluta, todo en esta vida es relativo.

Una vez aclarado esto, entremos en calor: la mujer es un ser por naturaleza cambiante, mensualmente atravesamos por más problemas hormonales de los que puede pasar un hombre a lo largo de toda su vida, algunas necesitan extremo cariño, otras necesitan espacio, otras necesitan ser escuchadas y si sigo con la lista tendría que hacer un documental en vez de un artículo. Pero la realidad de la situación es que ni ustedes ni nosotras podemos descifrar lo que quieren los hombres o las mujeres de todo el mundo. Pero si hay algo que podemos hacer, se trata de entender a un ser humano del sexo opuesto a la vez.

Para ser ingeniero tienes que estudiar 5 años o más, para ser un profesional tienes que tener experiencia laboral, para hacer una tesis tienes que realizar un proceso de investigación, pero a nadie le dicen: “Para entender a tu pareja tienes que estudiarla detalladamente hasta que te gradúes como Licenciado en Relaciones Amorosas Exitosas”. La noticia es que sí tienen que hacerlo. Mi abuela decía: “Antes de poner a latir el corazón, pon a funcionar el cerebro”.

Primero que nada, seamos exigentes. Nadie, por muy poca cosa que se considere a sí mismo, está privado del derecho de ser exigente con el prototipo de pareja que espera en su vida. Si eres un hombre liberal no esperarás que el amor de tu vida sea una puritana, de igual manera una mujer familiar no querrá estar con un hombre que no se quiere casar. La razón es muy simple: es probable que nunca se entiendan y pases a ser el hombre que anda por las calles diciendo las mujeres no saben lo que quieren.

Una vez que consigas a la persona que cumpla patrones similares y le des permiso a tu corazón de empezar a latir, inicia lo más difícil.

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