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Poder

18 de Noviembre de 2013

Asamblea constituyente: la nueva cruzada de MEO para mantenerse vigente hasta el 2017

El nacimiento de una tercera vía, una nueva oportunidad y la madurez de un colectivo político con ideas alejadas de los dos grandes bloques políticos. Esos eran algunos de los comentarios que se repetían una y otra vez en el comando de Marco Enríquez-Ominami en la Avenida Salvador, minutos después de terminado el discurso donde […]

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El nacimiento de una tercera vía, una nueva oportunidad y la madurez de un colectivo político con ideas alejadas de los dos grandes bloques políticos. Esos eran algunos de los comentarios que se repetían una y otra vez en el comando de Marco Enríquez-Ominami en la Avenida Salvador, minutos después de terminado el discurso donde el díscolo reconocía su derrota.

Marco, que vestía un traje negro y una corbata gris con rayas, estaba rodeado de su familia y de quienes lo acompañaron durante toda su campaña: el concejal Jaime Parada, la actriz Marisela Santibañez, el presidente del Movilh Rolando Jiménez, el actor Edgardo Bruna y el productor de eventos Willy Geisse.

Meo, como se le conoció en la campaña presidencial pasada, le habló a sus adherentes con tono triunfalista pese a que ocupó el tercer lugar obteniendo un 10,98 por ciento, es decir, 716.654 votos, algo más de la mitad de los 1.396.655 votos de las elecciones de 2009.

Meo les dijo a sus votantes que su candidatura ya no era un voto de protesta sino que de propuesta. “Somos la tercera gran fuerza política de este país”, fue una de las primeras frases que soltó al recordar su participación en la votación anterior, donde fue el candidato del “voto de castigo” al tiempo que reconocía que la próxima presidenta de Chile sería Michelle Bachelet.

En su discurso, Meo, se preocupó de instalar conceptos transmitiendo que su carrera política no terminaba en esta elección. Habló del país que había elegido “amar” luego de haber repetido varias veces durante el día que había recibido el castigo de ser un exiliado. “Este país no me eligió. Pero querré más a este país cuando ningún niño del Sename pase por lo que está pasando ahora. Querré más a este país cuando sea el más igual de América Latina y no el más desigual”, se le pudo escuchar entre el griterío de la gente en el patio de la casa que ocupó en calle Salvador.

Meo, quien renunció a al Concertación y al Partido Socialista donde militó junto a su padre, el ex ministro y senador Carlos Ominami, llamó a reformar la política y a votar por una Asamblea Constituyente. Según sus palabras, será su bandera de lucha que tomará a partir de mañana pensando en una eventual candidatura el 2017.

A pesar de no adherir a ninguna de las candidaturas vigentes, el ex diputado llamó a no abstenerse de votar. Exactamente lo contrario que dijo su principal rival en esta elección, Franco Parisi, quien minutos antes al reconocer su derrota había anunciado que no asistiría a votar para la segunda vuelta.

Al terminar su discurso, los presentes aplaudieron y comenzaron a proclamar su candidatura para el el 2017. MEO no descartó la opción y luego en el punto de prensa no se cerró a la opción propuesta anteriormente por Marcel Claude de aunar fuerzas con otros grupos de pensamientos similares con miras a las próximas votaciones.

Fuerza de Izquierda

Edgardo Bruna, actor, dice que el resultado es “una grata sensación” y que esto es solo el comienzo de algo más grande. A diferencia de la elección pasada donde se pecó de novatos, según Bruna, el movimiento maduró y se transformó en un partido y una fundación. “No una idea dando vueltas en el aire. Ahora tenemos un programa que tiene lo que de verdad necesita Chile”, dice para luego insistir con la fusión de fuerzas de izquierda.

Un análisis muy similar al que hace el líder del Movilh Rolando Jiménez, quien fue candidato del PRO en el distrito 17 y que sacó 4,89 por ciento. “En cuatro años pudimos crear un partido con un proyecto y un programa claro. La gente ahora lo situó en el tercer lugar. Lo podemos nombrar como una tercer vía, una opción a la Alianza por Chile y a la Nueva Fantasía”.

En el partido aún no se sabe qué postura tomará Marco. Ya no es el díscolo crítico y deslenguado de antes. Está consciente que detrás de él hay más gente, tanto militantes como autoridades. Desde dentro del PRO dicen que MEO tomará posición de los temas que tuvo dentro de su programa y que intentará presionar para incluir en la agenda aquellos que no son considerados.

Con solo tres años de existencia, el Partido Progresista ha logrado instalar 50 concejales y 7 alcaldes a lo largo del país. La actriz Marisela Santibañez casi logra ser la primera diputada del partido. Aún obteniendo un 26,75% de los votos, primera mayoría del distrito, no pudo llegar al Congreso a causa del sistema binominal. Su modificación es uno de los cambios que propone el PRO.

Las horas previas

Optimista. Esa fue la actitud de Marco Enríquez-Ominami en las horas anteriores a los cómputos del Servel. Desde temprano en la mañana, cuando a las 8:30 convocó a la prensa para un protocolar desayuno en su hogar en la comuna de La Dehesa, MEO se mostró confiado de los resultados que llegarían casi doce horas después. El objetivo era lograr pasar a segunda vuelta.

Café con leche, galletas, pan y piña sobre la mesa. Sonrisas con las cámaras, también reproducidas por su esposa Karen Doggenweiler y sus dos hijas, Manuela y Fernanda. Cuadros de artistas chilenos en las paredes y diversas botellas adornando el suelo, mientras Meo, el perro de la familia, se paseaba entre las piernas de los asistentes. El ambiente era distendido, relajado. No había mucho que perder.

El único momento tenso de la mañana fue al referirse al ex ministro del Interior de Ricardo Lagos, José Miguel Insulza. El negar la importancia de dos de los pilares de su campaña, la asamblea constituyente y la educación gratuita universal, indignaron a Enríquez-Ominami. “Estamos en plena elección y ya está dando marcha atrás”, dijo MEO. La tensión no duró, pero aquella crítica sería repetida a lo largo del día.

Apenas terminó el desayuno, Marco se acercó a la puerta de la casa para despedir uno a uno a los asistentes. Tenía pocos minutos antes de dirigirse a Providencia, a la sede del Partido Progresista, para luego votar en el Liceo Carmela Carvajal. Una van y una escolta de dos vehículos lo condujeron hasta el recinto de Avenida Italia. Allí lo esperarían aún más periodistas que los que asistieron a su casa.

El trayecto de menos de dos cuadras entre el comando y el liceo fue un caos. Cámaras rodeaban a la familia Enríquez-Ominami/Doggenweiler. No debía demorar más de 10 minutos, pero finalmente fue más del doble. Durante toda la caminata, ningún miembro de la familia se separó del resto. Karen, por una parte, saludaba a la gente. Manuela y Fernanda sonreían. Marco, a la cabeza, respondía las consultas que se hacían sobre la carrera.

La entrada se hizo chica. Gritos y aplausos acompañaron el ingreso de MEO, provocando sonrisas de algunos de sus acompañantes. Uno de ellos era Jaime Parada, quien también ofició como uno de los voceros de la candidatura. Para él, la enérgica reacción generada por el ingreso del ex diputado al Liceo Carmela Carvajal era solo una expresión de una candidatura que “ha crecido mucho”. “Marco se consolidó en esta elección como un hombre de Estado, con proyectos. Eso lo pueden decir muy pocos candidatos”, aseguraba luego de un accidentado trayecto.

“Obviamente hubiésemos querido más debates, hubiésemos querido que la candidata de la Nueva Mayoría no se restara sistemáticamente”, dijo Parada, para quien estos espacios fueron insuficientes para mostrar a un candidato “que se preparó durante cuatro años, que estudió y que tiene el proyecto más contundente de todos los candidatos”.

Carlos Ominami, padre adoptivo de Marco, fue otro de los que acompañó a la familia desde el comando hasta el centro de votación. Para él, el apoyo mostrado “es emocionante, es la expresión de simpatia, de cariño”. El ex ministro también se refirió a las declaraciones de Insulza: es “muy delicado”, dijo y agregó que le “parece muy bien que alguien haya tenido la honestidad de transmitir lo que piensa. Eso es un anticipo de lo que puede venir en el gobierno de Bachelet… Si eso lo dice un socialista, no me imagino lo que piensa la DC más dura”, golpeó el ex senador.

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