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Mundo

2 de Febrero de 2014

Brasil 2014, tanta música como fútbol

Brasil está en boga y no solo por su pujanza económica. El gigante del balón acoge en unos meses el Mundial de Fútbol y en dos años llegarán los Juegos Olímpicos, pero no todo es deporte en la cuna de la bossa nova, que quiere demostrar que vuelve a ser la potencia musical de antaño. […]

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Brasil está en boga y no solo por su pujanza económica. El gigante del balón acoge en unos meses el Mundial de Fútbol y en dos años llegarán los Juegos Olímpicos, pero no todo es deporte en la cuna de la bossa nova, que quiere demostrar que vuelve a ser la potencia musical de antaño.

Brasil es uno de los pocos países que en 2012 rompieron la racha continuada de caídas en ventas a nivel global, con un 9 por ciento más de ingresos, apoyado en un enorme mercado para la música en vivo y un 25 por ciento de crecimiento del sector digital.

Con esa premisa, el país se ha presentado en Cannes (Francia), en el Mercado Internacional del Disco y de la Edición Musical (MIDEM), de la mano de tres embajadores de peso que han logrado alcanzar el éxito más allá de sus fronteras: el gigantesco festival Rock in Rio, el servicio de “streaming” Pleimo y el sello Som Livre.

Este último, la mayor discográfica nacional de Brasil, es la casa de dos pelotazos musicales a nivel global que, no por efímeros y comerciales, son menos relevantes: Gusttavo Lima (“Balada”) y, sobre todo, Michel Teló, cuya versión de “Ai se eu te pego” vendió más de 7 millones de copias y fue la sexta canción más exitosa de 2012.

“El idioma portugués sigue siendo a día de hoy una gran barrera para que los artistas brasileños consigan un éxito internacional, pero algunas canciones están recibiendo más atención de la que habrían tenido hace 10 años”, ha señalado Marcelo Soares, director ejecutivo de Som Livre.

Destaca además la enorme diversidad musical del país. “Los dos o tres géneros que representan el ‘mainstream’ en Brasil copan el 85 por ciento de las ventas, pero el resto aglutina una cantidad ingente de estilos y artistas nuevos que aparecen cada año”, dice.

En ese porcentaje se encuentran géneros relativamente recientes que soflaman a la juventud carioca, como el llamado “favela funk”, que ha logrado saltar de la marginalidad de su cuna e impregnar la obra de artistas internacionales como M.I.A.

Como muestra de la riqueza del país, MIDEM se ha convertido estos días en un nutrido escaparate para algunos de los más prometedores rostros de esa joven escena brasileña, con actuaciones de la banda de eletropop Zémaria, de la artista de maracatú Renata Rosa, el pop-rock de Rita Benneditto y el resurgir de la samba de la mano de jóvenes como Criolo.

“Tienes que ser diferente para ganar”, defiende Luis Justo, director ejecutivo de Rock in Rio, el gigante de los festivales de música que, desde su nacimiento en 1985, ha reunido a más de 7.000.000 millones de personas entre sus sedes de Río de Janeiro, Lisboa y Madrid. En 2015, desembarcará en Las Vegas (EEUU).

El modelo de Rock in Rio, ha añadido, se distingue por una enorme plataforma de comunicación, que se ha revelado capaz de atraer en sus treinta años de historia más de 52 millones de dólares en patrocinios y más de 100 millones de dólares en concepto de venta de entradas.

En este sentido, Justo ha destacado el especial mimo que recibe la música brasileña, con entradas a mitad de precio para estudiantes, “una cuestión cultural que otros países podrían incorporar”, ha dicho.

En línea con esa sensibilidad especial hacia la cultura, destaca la filosofía del servicio de escucha musical sin descarga Pleimo, que se mide cara a cara en Brasil con gigantes como Deezer y Spotify.

Frente a las críticas que sobre todo este último ha recibido de varios artistas por la rácana forma que tiene de compensarles por la escucha de sus temas, Pleimo defiende una remuneración justa y la necesidad de promover que los debutantes sean capaces de grabar un segundo álbum.

“Lo vemos como un ciclo interconectado. Ponemos a los artistas en el centro de las ganancias derivadas de las escuchas. Si atraen a público a las suscripciones de pago, ellos ganan. Además, pueden vender su merchandising, entradas para conciertos, vídeos… e informamos de dónde actúan”, enumera Dauton Janota, director ejecutivo de este servicio.

Queda mucho por hacer. La infraestructura de la música en vivo se concentra en Río y Sao Paulo, pero las posibilidades que abre el mercado digital y la voluntad de los nuevos artistas de volar más allá de casa hace pensar que, en 2014, Brasil proporcionará una vez más tanta música como fútbol.

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#Brasil 2014#fútbol#música

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