Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

27 de Febrero de 2014

Columna: ¿Por qué la Derecha debería legalizar las drogas?

* La Derecha sabe que las ideas de la Izquierda son cuestionables porque, a menudo, se basan en falsa ciencia (la farsa del calentamiento global), falsas crisis (la influenza porcina o de las aves), falta de conocimiento económico (el salario mínimo, políticas inflacionarias y políticas que “favorecen” a la mujer), fabulosas fantasías ideológicas (educación pública […]

John Cobin
John Cobin
Por

*
La Derecha sabe que las ideas de la Izquierda son cuestionables porque, a menudo, se basan en falsa ciencia (la farsa del calentamiento global), falsas crisis (la influenza porcina o de las aves), falta de conocimiento económico (el salario mínimo, políticas inflacionarias y políticas que “favorecen” a la mujer), fabulosas fantasías ideológicas (educación pública y gratis), dañinas políticas que socavan los derechos de propiedad y roban legalmente a un grupo a través de impuestos, para beneficiar a los menos afortunados o a actores políticos, y la grosera manipulación emocional de la masa ignorante, provocando envidia y violencia, que los lleva a luchar por el feminismo radical, la ecología, el aborto, la homosexualidad, los derechos positivos, etc. No obstante, las políticas de la Izquierda no siempre están equivocadas. En algunas cosas muchos derechistas concuerdan con izquierdistas, aunque sea por base filosófica o práctica diferente. En cada caso, las razones por las que se oponen son distintas, pero generalmente ambas partes apoyan la misma política.

El caso de las drogas, por ejemplo, ha provocado mucha discusión en la Derecha, ya que la gran mayoría de esta, se opone a su consumo por razones morales o religiosas. Muchos de ellos concluyen que es mejor prohibirlas por medio políticas públicas, pues así habría menos problemas con traficantes de drogas y drogadicción. Sin embargo, están equivocados. No hubo menos alcoholismo en los Estados Unidos cuando se prohibió el trago, hace 90 años. No habrá menos prostitución u homosexualidad por prohibirlas por ley. Tampoco hemos visto una disminución significante en el uso de drogas ilícitas, por la política actual. El resultado de criminalizar los hechos humanos consensuales y voluntarios, es aumentar el precio (monopolizar) de las drogas y disminuir su calidad, hasta el punto de ser peligroso, según Milton Friedman y otros economistas de la Derecha. Consumir drogas es una actividad prohibida y por eso, ¿deja de existir? Muchos derechistas se oponen a la prohibición de drogas, no porque ellos quieran consumirlas o que otros lo hagan, sino porque la costosa e inútil política de prohibición no funciona.

Como evangélico bautista practicante, papá de siete hijos, economista neoliberal y activo pensador, estoy muy en contra del pecado de abuso de drogas ilícitas. No obstante, este hecho no significa que quiera que el gobierno criminalice las drogas o que crea que la prohibición de ellas disminuirá su abuso o bajará su consumo—especialmente considerando los costos sociales y mayores impuestos asumidos por contribuyentes. Prohibir las drogas involucra: restringir las libertades personales, crear mucho más Estado inepto, saquear cuantiosas cantidades de impuestos y armar más prisiones y juzgados costosos. ¿Y para qué? ¿Los resultados realmente valen la pena? Creo que no. No tiene sentido gastar dinero en algo que apenas sirve.

Además, hay otra razón aún mayor por la que algunos derechistas están de acuerdo en legalizar todas las drogas (no solamente la marihuana): lo que en jerga económica se llama “incentivos perversos”. Esto anula cualquier intento de solucionar el problema social de drogas. Los que tienen poder para efectuar la eliminación no lo hacen porque es más conveniente sólo controlarla. La criminalización meramente alza el precio al restringir la oferta, causando varias distorsiones sociales, y además genera un incentivo perverso en la policía para mantener un cierto nivel rentable de drogas ilícitas. Si fueran eliminadas, muchos puestos de trabajo en la policía serían eliminados también. Además, es difícil subir impuestos, pero es agradable para las autoridades tener un flujo de efectivo inesperado capturado de traficantes. Con estos incentivos, la policía tiende a ver a los traficantes como observa el cultivo un granjero maximizando la producción. Jamás se eliminará la fuente de ingreso, aunque sea dañina para la gente. Con tales incentivos perversos y distorsiones en el mercado, sería mucho mejor la legalización de drogas, ahorrando el gasto fiscal o, por lo menos, invirtiéndolo en programas de iglesias e instituciones que buscasen persuadir a la gente a comportarse mejor. En el tema de drogas, necesitamos más mercado y menos Estado.

Por eso, concuerdo con izquierdistas como el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y el ministro de Salud actual, el derechista Jaime Mañalich, entre otras autoridades chilenas. Ellos tienen toda la razón al esforzarse en legalizar las drogas, especialmente las menos dañinas como la marihuana. El gobierno no puede cambiar los gustos de las personas por medio de legislaciones. Una persona debe ser persuadida por su religión, crianza o filosofía de vida para proceder correctamente y no consumir drogas. Entonces ¿por qué podría ser criticable que la Derecha quiera legalizar la droga?

*John Cobin es Ph.D. en Políticas Públicas
de la Universidad de George Mason en Virginia.
Académico de la Universidad Andrés Bello

Notas relacionadas