Secciones

The Clinic
Buscar
Entender es todo
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

14 de Mayo de 2014

Felipe Ward, diputado UDI: “En ese Chile inclusivo que quiere la Nueva Mayoría no cabe la UDI”

Felipe Ward anda más creativo que nunca. Suya fue la idea de los panfletos en contra de la reforma tributaria- tildados por la izquierda de campaña del terror- y de dar a leer a Gramsci a la gente de su bancada para que sepan por qué hay que temerle a la Nueva Mayoría. La semana pasada viajó a Roma a la doble canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. Pero tuvo mala cueva: No pudo ver de cerca al Papa Francisco ni bendecir los rosarios que compró a luca en el Vaticano.

Compartir


Vienes llegando de la canonización de Juan Pablo II, ¿cómo estuvo?
-Bueno, entretenido, bonito. Como católico es una experiencia súper emocionante. Era un ambiente muy de fiesta. Nunca había visto tanto sacerdote junto en mi vida.

¿Pudiste estar cerca del Papa?
-No tanto, porque se produjo algo inesperado. Éramos cuatro parlamentarios en la delegación oficial y había tres entradas. Hubo que renunciar a una, elegir quién se quedaba afuera, y quedé yo fuera.

Qué mala cueva.
-Sí. Quedé más atrás, como a 70 metros del Papa. Adelante quedaron Víctor Torres, Aldo Cornejo y Hernán Larraín. De hecho, Cornejo y Larraín fueron a saludarlo.

Pero la mala suerte que no lo pudiste saludar.
-No, tenía que agrandar la pantalla del celular para poder verlo.

¿Mentira que lo viste por celular?
-No, pero era para sacar fotos. Sí, lo vi. Lejos, pero lo vi.

Pero el Papa móvil, al menos, habrá pasado cerca tuyo.
-No. Me paré durante 40 minutos, después que terminara la misa en primera fila, esperando que pasara el papa móvil, ¡y se dio la vuelta para el otro lado! Ahí me fui con la cola entre las piernas caminando hacia la salida.

¿Trajiste algún souvenir del Vaticano?
-Muchas cosas. Me dieron un muy buen dato desde la embajada chilena para traer souvenir de la canonización, a buen precio, así que compré muchas fotos del Papa Juan Pablo II, del Papa Francisco I, rosarios y algunos regalos para las dirigentas de mi distrito que me encargaron del Padre Pío y de Juan Pablo II. La mitad de mi maleta eran objetos religiosos. En el Vaticano, los rosarios estaban a luca, así que compré muchos para poder llevarlos a Calama y Tocopilla. Y me pidieron ojalá benditos por el Papa, así que llegué a la ceremonia con una mochila que no se podía de rosarios y de santitos para poder bendecirlos.

¿Y los pudiste bendecir?
-Pucha, no. A la ceremonia no se podía entrar con nada. Así que los traje comprados del Vaticano, pero no benditos. Pero está bien. Hoy llegué al Congreso con una mochila llena de souvenirs religiosos y se los regalé a varias personas que trabajan conmigo. Quedaron agradecidos.

LA LECTURA DE GRAMSCI
Diste de leer a “Gramsci en Chile” a la gente de la UDI. ¿De cuándo tu interés por él?
-Lo leí tiempo atrás. Un muy buen amigo mío hizo su tesis en Gramsci y un ex diputado, Cristián Letelier, nos habló el año pasado de este libro, que en el fondo traía a la realidad chilena las enseñanzas de Gramsci. Lo leí, lo fotocopié- me van a retar ahí los del derecho de autor- y se los mandé a dejar a las oficinas de los parlamentarios de la UDI. Eso fue todo.Eso fue en marzo, se supo un par de meses después, pero no es que haya encargado un estudio. Me pareció interesante el libro y se los regalé como fotocopia.

¿Por qué te interesaste en Gramsci?
-Mucho de lo que él plantea en su tesis es aplicable a lo que está ocurriendo en Chile. Perdimos las elecciones presidenciales pasadas y nos fue muy mal en las parlamentarias porque hubo un cambio cultural. Perdimos ese cambio cultural y luego el cambio político. Me atrevo a traer a colación otra vez al Papa. El Papa representa muchas cosas en las que nosotros creemos -no como sector político, porque el Papa no es de derecha ni de izquierda- como la igualdad de oportunidades, la dignidad del ser humano, en la persona humana por sobre el Estado, y algunas de estas ideas han sido apropiadas por sectores más de izquierda. Y esa batalla cultural la perdimos.

¿Por qué la perdieron?
-Se incorporaron en el inconsciente colectivo conceptos que nos perjudican mucho. A nosotros nos hacen ver como los defensores de los empresarios, los defensores del lucro. La palabra lucro hoy está satanizada, pero en todo ámbito de la vida hay lucro. Ha habido tal nivel de cambio cultural que se asocia el lucro con sectores de derecha, con una forma de percibir ingresos de manera inadecuada.

Pero esa idea viene de tiempos remotos. No es nada nuevo.
-Sí. Eso, como concepto cultural, contribuye a que hayamos perdido las elecciones políticas. Y Gramsci trata justamente de eso. De cómo a través del lenguaje y de la introducción de ciertos conceptos en la sociedad, se puede manipular la opinión ciudadana. Ahí hay un contrasentido, porque los defensores de la libre expresión, el libre emprendimiento, están más en nuestro sector. Pero lo hemos vendido muy mal. Somos muy malos para el marketing, somos malos comunicadores. El gobierno del Presidente Piñera tiene muy buenos números en términos de estadísticas, pero vendió su programa de una forma en que no penetró a la ciudadanía. No hemos aprendido la lección de la izquierda, de que ellos a pesar de tener un producto mucho más malo, y que ha fracasado en muchos países en el mundo, son capaces de hacerle creer a la ciudadanía que son los verdaderos defensores de la gente pobre, cuando no es así.

Hablas como si el gobierno fuera una empresa. Mencionas marketing, producto…
-Sí, bueno, quizás es un error conceptual. Ahí mismo estoy demostrando que somos malos vendedores de pomadas. Creo que en la izquierda son buenos vendedores de pomadas.

¿Quién es el mejor vendedor de pomadas en la izquierda?
-De los que recuerdo, el ex ministro Vidal, el vocero. Él era capaz de interpretar en fácil, en chileno, y en simple, el sentir ciudadano y finalmente a pesar de ser las 12 del día, te podía convencer de que eran las 12 de la noche. Lo digo con respeto, porque le tengo aprecio, el cargo de vocero le quedaba a la medida.

¿Por qué la UDI le teme a Gramsci?
-No es que organizadamente estemos estudiando a Gramsci. Es una buena lectura. Pero no estoy obsesionado con Gramsci, ni mucho menos, pero me parece que tiene una tesis interesante. Algunos se lo leyeron, otros no, otros lo botaron a la basura.

Les dio urticaria leerlo.
-Yo creo. Pero nadie me criticó la entrega de este libro porque, nada, libertad de expresión.

Hace unas semanas, el ex candidato a la presidencia de la UDI, Víctor Pérez pidió que la Nueva Mayoría se definiera si era marxista o no. ¿Tú crees que la Nueva Mayoría lo sea?
-No. Son otros tiempos. La izquierda ha mutado. Tiene un pensamiento distinto que hace 50 años.

O sea, dio jugo Víctor Pérez.
-Ja, ja, ja. No diría que dio jugo, pero no comparto lo que dijo. No tenemos el riesgo de caer en el populismo de Venezuela ni de transformarnos en una Cuba. No creo ese discurso.

Pero la UDI, en sus principios, sigue hablando del marxismo.
-La declaración de principios de la UDI tiene cosas bien locas, totalmente fuera de lugar, anticuadas. Estoy por actualizar la declaración de principios. Hay cosas insólitas, como hablar de la Unión Soviética, por ejemplo. Pero no creo que el país esté yendo para Venezuela o hacia Cuba. Creo que todo lo que está pasando, metido en una licuadora, puede llevar a que tengamos un candidato presidencial de izquierda, en tres años más, mucho más extremista, y eso sería malo.

¿Volverán los fantasmas del pasado?
-No. El Partido Comunista es 2.O. En sus orígenes no creía en la persona humana, no creía en la familia y no creía en la democracia.

Era el diablo en persona.
-Ja, ja, ja. No.

¿Y en qué consiste el comunismo 2.0?
-En lo único que han avanzado es que hoy creen un poco más en la democracia. Pero no son respetuosos de la persona humana ni de la familia. Ellos creen en el rol estatal, en el rol del ministro de Educación que toma mejores decisiones que el padre. Eso atenta contra la familia. El rol del Estado debiera ser subsidiario. Si el privado no puede tomar esa decisión, que la tome el Estado. Pero no, primero el Estado, sino que debe ser secundario. No creo que la Nueva Mayoría sea marxista ni que se esté izquierdizando. Tenemos un gobierno responsable, con ideas equivocadas, y hay sectores moderados de la Concertación que no van a permitir que Chile pierda el rumbo ni que se vaya al despeñadero.

Igual llama la atención que la UDI lea a Gramsci.
-Lo encuentro súper interesante. Es fácil armar una caricatura. Y decir que nosotros creemos que va a quedar la embarrada y que aquí se comerán las guaguas. Es fácil transformarlo en un chiste, mucha gente que está leyendo esta entrevista, estoy que seguro que quizás no le guste la forma que tenemos de defender algunos temas, pero sí estará de acuerdo con el fondo. No tengo ningún problema de decirte que creo que el matrimonio tiene que ser entre un hombre y una mujer. Y eso lo cree la mayoría. Pero la gente que no piensa esto, piensa que uno es homofóbico. Y, te digo, no tengo fobia hacia el mundo homosexual. Pero la heterosexualidad es la condición general del ser humano y hay una condición especial que es la homosexualidad. Y para esa condición especial se requiere de una institución distinta al matrimonio. Por eso estoy a favor del AVP para personas del mismo sexo. Pero para heterosexuales, no.

¿Por qué no?
-Es una competencia para el matrimonio. Y no me gustan las competencias para el matrimonio.

Pero de verdad crees que si se aprueba el AVP se debilitará el matrimonio…
-Sí, sí. Muchos van a optar por el AVP, una institución más sencilla, con menos carga de nombre, mucho más liviana y por eso es una competencia para el matrimonio.

LOS PANFLETOS
Con sus declaraciones, con el panfleto, con lo de Gramsci, ustedes están armando un ambiente alarmista. Casi como campaña del terror.
-El panfleto tuvo mucho más detractores que gente que lo apoyó. Pero a mí me da lo mismo.

Te retaron dentro del partido, también.
-Me retaron bien retado acá. Lo encontraron subversivo. Me dijeron que para la otra avisara. Porque en la UDI solemos ser más calmados, más reflexivos, y lo del folleto fue un acto impulsivo. Pero estuvo súper bien hecho y marcó un punto. Yo creo que le dio terror a la Concertación verlos. Yo sabía que la Concertación se iba a enojar, y hoy el hecho de que exista un video por parte de la Concertación tiene mucho que ver con lo que hicimos con los panfletos: hoy cerca de un 40% solamente apoya la reforma tributaria y nuestro planteamiento ha penetrado en la opinión ciudadana.

¿Crees que eso fue gracias a los panfletos?
-No, no, sería mucho decir que gracias a los panfletos. Pero sí produjeron una polémica, en la que fuimos muy criticados, pero que sacamos públicamente el tema de que aquí más que una reforma tributaria, había un alza de impuestos. Nadie salió a desmentir el contenido del panfleto. Lo único que criticaban eran los colores, que aparecía el símbolo del Partido Comunista. Todas verdades, pero nunca nadie intentó desmerecer el contenido, porque todo lo que está ahí es cierto. Pero ¿campaña del terror? No. ¿Le dio terror a la Concertación? Sí, porque la reforma es mala. Al pan, pan, y al vino, vino. Digamos las cosas por su nombre. Y tengo otras ideas en mente.

¿Qué cosas?
-Otras maldades que irán apareciendo… tampoco son tan geniales, pero hay que atacar sin complejos las cosas que uno considera malas. Y considero mala la reforma tributaria. Es una mala pomada.

¿Por qué?
– Está demostrado que la reforma tributaria afectará a la clase media.

Eso no está tan claro. Sí afectará a los más ricos.
-Afecta a los sectores con más recursos, pero principalmente a la clase media. Esto no lo digo como eslogan, lo creo firmemente. De verdad la eliminación de la exención del IVA en la construcción, impuestos de timbres y estampillas, significarán un crédito más caro, una vivienda más cara, porque las inmobiliarias van a traspasar el precio a la gente de clase media. Un aumento en el precio de las viviendas, un aumento en el costo del crédito, es un problema para la gente que quiere comprar una casa.

Juan Pablo Swett, presidente de la Asociación de Emprendedores, hablaba del impacto que va a tener la reforma en las pymes.
-Aplaudo de pie lo que está haciendo, porque entiende lo que está hablando. La reforma tributaria afectará a las pymes. No tengo ninguna duda. Muchas de las modificaciones que están en la reforma tributaria, afectan al almacenero, a la gente que tiene bodegas, que tiene ferreterías, y que hoy día ya tiene que competir con las grandes tiendas y se verá más complicada con este aumento de impuestos. No me cabe ninguna duda que hay buenas intenciones detrás de la reforma tributaria, pero traerá problemas que se van a ver en los próximos años. Y te digo: el video del gobierno sobre la reforma tributaria lo encontré malo y rasca. Transmite cosas que no son ciertas y de una forma demasiado cercana a la lucha de clases. Esto de emplazar a esos trabajadores es un concepto muy anticuado, que no representa al ciudadano común y corriente. Hoy un emprendedor para el gobierno es un empresario. Puede tener dos o tres personas que trabajen con él, que lo pueden transformar en empresario, pero finalmente no es la persona con doce Mercedes Benz, de chaqueta y corbata, que se puede asociar al concepto del mal empresario. Hoy día, empresario puede ser cualquiera y eso el gobierno no lo ha entendido.

Osvaldo Andrade dijo que la derecha usaba eufemismos para evitar hablar de los ricos. Dijo también que ustedes eran de piel muy fina.
– Tengo una buena opinión de él, en términos personales, pero tiene opiniones a veces demasiado cargadas por las diferencias que nos separan. Y se le pasa la mano en el tono. Y te digo: yo soy de decir las cosas por su nombre. La gente que tiene plata se llama rico. Y la que no, es pobre. No hay ningún eufemismo. Y la derecha hace mucho tiempo dejó de ser solamente la representante de sectores acomodados. Y eso está comprobado en la representación popular que tiene la UDI. Que estemos en lugares acomodados, es un estigma.

Camilo Escalona decía que los alegatos de la derecha por la reforma son un berrinche.
-Si uno tuviera un libro de las frases comunes de la izquierda, son siempre las mismas. No tengo ni siquiera que calificar las expresiones de Escalona, pero mientras más pasan los días, más gente se opone a la reforma tributaria. Ya se están viendo detractores en la misma Nueva Mayoría que serán una prueba de fuego para aprobar la reforma.

Voces de la DC han planteado dudas sobre algunos puntos de la reforma.
-Sí. Hay coincidencias con algunos parlamentarios de la DC en que hay cosas de la reforma tributaria que son muy malas. Independientemente, que no formamos parte de este gobierno, hay puntos que tenemos en común con la DC, y no veo problema en hacer alguna alianza.

¿Cómo lo ha hecho el ministro Alberto Arenas en el tema de la reforma tributaria?
-Ha tenido una postura demasiado dura. No se ha mostrado flexible frente a ningún cambio.

¿Ha pecado de soberbia?
-Soberbia es una palabra muy grande. Pero ha sido poco flexible, porque la Nueva Mayoría en campaña prometió un Chile inclusivo, pero parece que en ese Chile inclusivo que quiere la Nueva Mayoría no cabe la UDI. Esto ha sido una aplanadora, una retroexcavadora, como quieras llamarle. Y lo siento todo el día. No toman en cuenta a la mitad del país que no votó por Michelle Bachelet. Y te repito: acá más que una retroexcavadora, acá pasó una aplanadora, que lo único que quiere es demoler un sistema exitoso.

LA MADRE
Recién me decías que te sacaban la madre todos los días en tuíter.
-Sí. Tengo pocos seguidores, como 6 mil, pero 5999 son detractores, gente que aunque yo les diga: buenos días, que tengan un lindo domingo, se acuerdan de toda mi familia, porque las redes sociales son así. O sea, en tuíter me siento como un árbitro de fútbol en el Estadio Monumental, cobrándole un penal en contra a Colo Colo, y al lado de la Garra Blanca.

La media volá.
-Es estar en un estadio y que la gente te grite lo que quiera. Y yo me he expuesto. Me he mandado condoros. Se me arranca la pelota. Soy bien apasionado y reconozco que en tuíter me he mandado condoros que me han hecho pasarlo muy mal.

Como cuando trataste a Camila Vallejo de miss comunismo.
-Y que le ganábamos en cualquier elección. Fue una falta de respeto. Son expresiones que a veces uno de puro embalado hace, y no se justifican bajo ningún punto de vista. O sea, hay cosas en tuíter que no volvería a escribir. Ya he aprendido a amarrarme los dedos antes de escribir cualquier cosa.

Eres medio lengua de víbora.
-Soy el pistolero más rápido del tuíter de la derecha. Conviene pensar dos veces lo que uno escribe, porque a pesar de que está solamente en las redes sociales, el impacto en la reputación de las personas es complicado. Lo he vivido en carne propia y hay que ser más cuidadoso. Se han tergiversado cosas que he dicho. Se han usado frases de manera distinta y se me ha ridiculizado. Específicamente una publicación del diario La Tercera.

¿Te refieres a la sección Mi Manifiesto en El Semanal?
-Sí. Muchas de las cosas que dije son verdad, pero aparecen caricaturizadas. La imagen que tiene la mayoría de mi persona, después de eso, es que soy un pelotudo, frívolo, que le pega a la Vallejo, que cree en puras cosas impopulares, que es un viejo de 80 en un cuerpo de 40, y tienen razón, porque me he mandado muchos condoros. Y ojalá me dieran el espacio en The Clinic para poder aclarar esto en cinco líneas. El manifiesto del diario La Tercera no lo escribí yo. Segundo, fue a raíz de una conversación que tuvimos en un café de Santiago, con una periodista que ni siquiera es del diario, sino que colaboradora, y que fue 8 meses antes de publicarme. Fue mala leche. Me ha perseguido durante dos años ese manifiesto. Porque, diga lo que diga en tuíter, siempre me van a sacar el manifiesto en cara.

Una de las cosas que dijiste es que habias entrado a la UDI porque los que estaban ahí veraneaban juntos, tenían los mismos autos, las esposas eran íntimas… ¿Es cierto?
-Ja, ja, ja. Pucha, no. Eso es una caricaturización que una vez leí de la hermana de Jaime Guzmán que le escribía a su hermano muerto de cómo admiraba a muchos de los dirigentes de la UDI que decía que hasta se parecían entre ellos. Y daba algunos de estos ejemplos.

Lo que no deja de ser cierto.
-Si hay gente del partido comunista es porque tienen ideas comunes. Y el que pertenece a la UDI es porque tenemos ideas comunes.

Eso está bien. Pero me refiero a la burbuja que vive la gente de la UDI. Que se mueve en un circuito social específico, que veranea con determinadas personas…
-Para nada. O sea, en la directiva de la UDI, en los alcaldes de la UDI, en la bancada de diputados de la UDI, tú podís ver al pituco más pituco, al pelolais más pelolais, y al rey guachaca. Esa es la gracia de la UDI.

También dijiste que te habían discriminado por tu apariencia física.
-Sí. Es verdad. Llegué a ser candidato a diputado en un distrito donde son súper regionalistas, lo que está bien, y donde el afuerino es mal visto. Pero eso quedó en el pasado.

Pero, ¿te discriminaron por ser guapo?
-No, no, no. Por ser afuerino.

Pero decías que Waldo Mora te había comparado con un actor de cine
-Sí. Él dijo en la radio que habían traído de Santiago a un candidato con pinta de actor de cine. Eso es un estigma y un error muy parecido al que cometí con Camila Vallejo.

¿Pero te encuentras guapo como un actor de cine?
-No. Ni mucho menos. Soy flacuchento, tengo las patas flacas y ya me están saliendo canas.

LA UDI

Ernesto Silva es joven, pero tras él están los conservadores. Está Jovino Novoa. Uno pensaría que con él, la UDI se mantendrá igual.

-La UDI ha sido exitosa porque ha mantenido una línea. Y Ernesto Silva debe mantener esa línea. Nos sentimos orgullosos de ser un partido que represente al mundo conservador. No va a cambiar porque haya gente que sea detractora a esa idea.

Pero existe un ala liberal en la UDI que querrá cambios.
-Totalmente. Hay personas, como Francisco de la Maza, que tienen un pensamiento que podría ser considerado más liberal. Y él está apoyando con la misma fuerza a Ernesto Silva.

¿Por qué es el momento de Ernesto Silva? ¿Es hora que los coroneles pasen a retiro?
-No, no. Los coroneles son importantes porque transformaron a la UDI en el partido más grande de Chile.

Pero ahora la UDI está arrinconada. Ha tenido derrotas simbólicas como el voto en el extranjero.
-Sí. La UDI está arrinconada. Por eso es útil salir jugando con cosas en la que nosotros creemos… Por eso la UDI va a salir a la calle.

¿A marchar?
-No, no. A la feria. Lo mejor que sabe hacer un candidato de la UDI es trabajar en las ferias, las plazas, las poblaciones. Ahí le ganamos a la izquierda por lejos. Y vamos a ir con estos folletos, con los videos, con toda la información que tengamos en nuestro poder, para transmitirle a la gente la realidad de esta alza de impuestos.

La UDI seguirá siendo el partido más grande, pero el que tiene menos peso para impedir los cambios que se quieren hacer.
-Tienes razón en términos de números de parlamentarios. Pero, en términos de influencia, sí tenemos la fuerza. Y creo que el próximo candidato presidencial será de la UDI. Estoy seguro que le vamos a ganar a los candidatos de izquierda en tres años más.

Tienes harta fe.
-Por eso estoy en política, sino sería un amargado. Porque al final nosotros perdemos 9 de diez votaciones en el Congreso. O sea, hay que estar medio loco para estar en política.

Y más encima en la UDI…
-Ja, ja, ja. Hay que ver la vida con optimismo. Esa es la verdad.

Notas relacionadas