Corporación de Profesionales Mapuche refuta estudio que asegura que miles se han certificado indígenas sin tener ancestros de pueblos originarios

Según una carta escrita por el abogado Richard Caifal Piutrin en el artículo “se plantea una teoría respecto de la identidad que se suponía extinta en las sociedades modernas. Hablamos de la pureza racial”.

“Señala el artículo que Fundación Aitué –vinculada en Temuco a CorpAraucania- ha constatado que en dos décadas 12.470 personas se han declarado indígenas por la vía de la “autoidentificación” y que en el año 2013 se registraron 1.805 casos, una “cifra récord”. Esto, de manera tendenciosa, El Mercurio lo relaciona con una “fábrica de indígenas” cuyo objetivo no sería otro que beneficiarse irregularmente de políticas sociales”, se lee en la carta.

“Producto de lo anterior, la Fundación Aitue hace un llamado a implementar en Chile un “registro de ADN” para impedir estos “abusos” y así precisar con exactitud científica quién podría optar y quien no a la calidad de “indígena” en Chile. Esta idea, según consigna la nota, sería respaldada de manera inexplicable por la propia jefatura de CONADI”.

Según el autor de la carta, “basta un análisis superficial para establecer lo equivocado y anacrónico de la propuesta planteada por la Fundación Aitué y quienes la estarían respaldando. El propio Convenio 169 de la OIT, ley de la República en Chile, establece la “autoafirmación” como un derecho y así también la Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, del año 2007, firmada por Chile”, asegura.

“Relacionar la identidad de nuestros pueblos con determinada condición genética nos remite a los tiempos de la Alemania Nazi y a discursos de Civilización/Barbarie que creíamos todos superados por la Humanidad. Del mismo modo, nos sugiere una idea de pureza racial que ha sido desechada completamente del derecho internacional moderno”, escribe Richard Caifal.

Para cerrar, el abogado alude que hoy en día se vive un proceso de “auto afirmación y ‘mapuchización’ de algunos sectores de la sociedad chilena” y dispara contra El Mercurio, diario “que se niega a ver fracasar aquel proyecto de blanqueamiento de la sociedad nacional que ha promovido por casi dos siglos”.