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Opinión

31 de Diciembre de 2014

Columna: 2014, vamos avanzando

* A más de un año del triunfo de Michelle Bachelet y su programa de gobierno en segunda vuelta, y en la víspera del 2015, surgen los balances y evaluaciones por doquier. El gobierno, la marcha de su programa y las reformas han estado en el centro de prolíficos y extensos recuentos, entrevistas y opiniones. […]

Carola Rivero
Carola Rivero
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Las imágenes del año 2014

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A más de un año del triunfo de Michelle Bachelet y su programa de gobierno en segunda vuelta, y en la víspera del 2015, surgen los balances y evaluaciones por doquier.

El gobierno, la marcha de su programa y las reformas han estado en el centro de prolíficos y extensos recuentos, entrevistas y opiniones. Sin embargo, desde la Nueva Mayoría y sus partidos ha escaseado una evaluación autocrítica durante el año 2014. Pretensión de observadores, como si cuyos juicios y acciones no tuviesen efectos, en la marcha del gobierno y del programa.

Una de las tareas de las fuerzas que acompañan la actual agenda de transformaciones, es la necesidad de hacerse cargo de cultivar un “estado de ánimo”, que contribuya a una formación de una subjetividad, que acompañe con optimismo y convicción, el proceso de reformas. De que, a pesar de las dificultades propias de todo proceso de transformaciones, estamos avanzando.

Sin embargo, esta energía muchas veces, ha sido neutralizada por los “matices” o por disputas estériles desmovilizadoras al interior de la Nueva Mayoría.

Las Reformas no dependen sólo del diseño o su despliegue comunicacional. Requieren además de un estado de ánimo propicio que permita sostener y doblegar las dificultades, errores incluso, e incertidumbres iniciales.

El éxito de las reformas estructurales, desde la gestión de las fuerzas políticas que las respaldan, requieren por una parte de: talento de las fuerzas propias, que debe acompasar el dar cuenta de correcciones y ajustes, pero sin empañar o debilitar el proceso. Se ha privilegiado con demasía los “énfasis” por sobre los triunfos productos de la convergencia de las fuerzas progresistas. Que pocos no son.

Y por otra, pedagogía y templanza. No es suficiente la declaración de apoyo al programa de gobierno. Es necesario respaldar también el proceso de implementación del Programa, que por cierto tendrá luces y sombras. No existe un proceso político-social de transformaciones estructurales, que carezca de tropiezos propios y externos. Y junto con ello, las enormes resistencias, no solo políticas y económicas, sino también culturales, enraizadas y naturalizadas.

Porque lo que se pretende desplazar son pautas donde se han asentado las discriminaciones y exclusiones de nuestra sociedad, en forma de sentido común.

La buena noticia es que a pesar de las dificultades vamos avanzando. Contamos con una Presidenta que ha sostenido en forma clara que cumplirá con su programa, honrando su compromiso y su mandato.

El 2014 ha sido en medio de dificultades económicas que van quedando lentamente atrás, un año fecundo, donde el corazón del programa y las reformas ha quedado resguardado: se cuenta con la segunda mayor reforma tributaria en gobiernos democráticos, existe un amplio consenso que permitirá modificar el sistema binominal. El Senado acaba de aprobar en general el proyecto que elimina el lucro, copago y selección escolar, y se continuará en esa dirección. Durante estos días además, el gobierno ha enviado el proyecto de reforma laboral.

Junto a estas llamadas reformas estructurales, se ha impulsado y puesto en agenda, importantes iniciativas de hondo significado cultural, como el AVP, la ley de cuotas o el término del embarazo como preexistencia. Nuestra sociedad se está moviendo.

El logro de estas tareas, pospuestas durante muchos años por razones múltiples, demuestra que existe conducción y un equipo político con capacidad renovada de gestión y éxitos mayores. Se equivocan en forma argumental a quienes ponen aquí las dificultades.

Tenemos por el contrario, que concentrar más energía y gestión, en lo que pasa día a día en nuestros barrios, paraderos y hospitales. Este será un gobierno breve pero intenso.

A pesar de las dificultades e incertidumbres, nuestra sociedad, como lo demuestra la última encuesta CEP, tiene en la desigualdad y el abuso uno de sus malestares mayores. Y el gobierno tiene la convicción y liderazgo para escuchar esta demanda, y seguir avanzando hacia un Chile más justo para todos y todas.

*Secretaria General
Partido Socialista de Chile

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